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@arpassv
El prestigioso periodista franco-español Ignacio Ramonet, view director del periódico francés Le Monde Diplomatique, llama “latifundistas mediáticos” a los empresarios que concentran las frecuencias radioeléctricas.
Durante su intervención en los “Diálogos Culturales de Invierno” organizados por la Secretaría de Arte y Cultura del gobernante partido FMLN, Ramonet señaló que estos acaparadores de estaciones de radio y televisión se oponen a cualquier reforma legal que disminuya su poder económico y político.
Los latifundistas mediáticos tienen vínculos con élites empresariales oligárquicas, grupos sociales conservadores y partidos políticos de derecha, sea que estén en el gobierno o en la oposición. Forman, por tanto, un súper poder que es necesario contrarrestar para garantizar el pluralismo y la democracia.
Y el camino para tal propósito es –según Ramonet– consolidar medios de comunicación públicos y de la sociedad civil, que garanticen la pluralidad y la diversidad de voces. Dicha propuesta coincide con lo planteado por instancias internacionales como la UNESCO y la CIDH.
Estas entidades proponen crear modelos mediáticos caracterizados por una diversidad de medios públicos, privados y comunitarios: una especie de “reforma agraria del aire” que desmonte los latifundios mediáticos que, según la Relatoría de Libertad de Expresión de la OEA, “conspiran contra la democracia”.
Por eso en El Salvador los latifundios mediáticos se oponen a la aprobación de los proyectos de ley de medios públicos y de radiodifusión comunitaria. Los latifundistas mediáticos salvadoreños ni siquiera permiten que surjan otros latifundios, por esto rechazan la entrada de un competidor extranjero.
Se trata de la fuerte presión que las principales televisoras privadas mantienen contra la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) para revertir el traslado del Canal 37 UHF al Canal 11 VHF. Dicho canal estaría en manos del magnate televisivo y de la industria cultural mexicano-estadounidense Ángel González.
Este empresario dueño de decenas de televisoras en varios países latinoamericanos es muy temido, sobre todo por la Telecorporación Salvadoreña (TCS), principal latifundio mediático del país vinculado a sectores oligárquicos y al opositor partido ARENA.
La presión de los “latifundistas mediáticos”, sin embargo, no debe impedir que el país avance en democratizar la comunicación y en la construcción de un modelo mediático más democrático. Y aprobar las propuestas de ley de medios públicos y de radiodifusión comunitaria, es el inicio de este proceso.
