Néstor Martínez
Redacción Internacionales
Las “vibrantes homilías que pronunciaba en la Catedral y que se transmitían por radio a todo el país”, cheap que lo convirtieron en verdadero profeta, es la causa por la que miembros de la Asociación Católica Mundial (SIGNIS) para la Comunicación, proponen que Monseñor Oscar Arnulfo Romero sea Patrono de los Comunicadores Católicos.
Monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa en la capilla del Hospital Divina Providencia. La Comisión de la Verdad que dentro de sus investigaciones incluyó el asesinato de Monseñor, determinó como autor intelectual al fundador del partido derechista Arena, Roberto d’Aubuisson, mientras que la Congregación para la Causa de los Santos determinó que fue un crimen contra la fe católica.
Monseñor Romero será solemnemente beatificado el 23 de mayo. “Esta semana santa es una ocasión ideal para reflexionar sobre el legado que nos dejó a los comunicadores cristianos”, dice el presidente de SIGNIS Gustavo Andújar, de Cuba, en su Mensaje Pascual de Semana Santa. “Aunque no se piensa a menudo en Monseñor Romero como comunicador, él es un ejemplo para los comunicadores cristianos, no tanto por su trabajo en la prensa y la radio en etapas tempranas de su ministerio, como por las vibrantes homilías que pronunciaba en la Catedral y que se transmitían por radio a todo el país”, afirma Andújar.
Agrega que “en ellas clamaba incesantemente en defensa de los pobres y los oprimidos, víctimas de la violencia fratricida que destrozaba a la nación. Ya hacía tiempo que había abrazado fervientemente la opción preferencial por los pobres, a la que sus hermanos en el episcopado latinoamericano llamarían en Puebla en 1979. Escuchaba primero al pueblo, y ofrecía entonces su voz a los que no la tenían”. “Se impuso a su natural timidez y carácter reservado cuando su misión pastoral requirió que defendiera con firmeza la justicia. Sus diarios revelan hasta qué punto su voluntad de servir a Dios y su experiencia de la Gracia lograron vencer sus limitaciones personales hasta transformarlo en el pastor valeroso y resuelto que su Iglesia necesitaba”, dice el presidente de SIGNIS.
“A los comunicadores cristianos se les reclama a menudo que sean “proféticos”. Lamentablemente, esto se afirma muchas veces partiendo de un concepto reduccionista que ve al profeta ante todo como quien denuncia. En la tradición judeocristiana -y también en el Islam- los verdaderos profetas no tienen un mensaje propio, sino que hablan de parte de Dios”, afirma.
Sobre las homilías de Monseñor asegura que “el mensaje de Romero era el Evangelio de Jesucristo, y sus denuncias, aunque vigorosas y llenas de autoridad, eran al mismo tiempo portadoras de esperanza. Las hacía precisamente durante la celebración del Banquete de la reconciliación, al que todos están invitados”.
“Preparaba sus mensajes con un profundo sentido de comunión con sus sacerdotes y fieles, cuyas preocupaciones y sufrimientos procuraba expresar, y rezaba por ellas, siempre fiel a su lema episcopal Sentire cum Ecclesia (“pensar y sentir con la Iglesia”). Tenía la clara certeza de que no estaba solo”, agrega.
Sobre la actualidad del Mensaje de Monseñor destaca que: “Quienes pretendieron silenciarlo solo lograron que su voz se escuchara con más fuerza y poder de convicción. Como el buen pastor de la parábola dio su vida por sus ovejas y, al hacerlo, se convirtió en una inspiración para la causa de la justicia, una inspiración que se necesita con urgencia también hoy, cuando tantos sufren terribles injusticias y violencias”.
Tras la exposición que justifica el ministerio de Monseñor la misiva dice que “algunos colegas han propuesto que Monseñor Oscar Romero sea declarado patrono de SIGNIS y copatrono de los comunicadores católicos. Personalmente me gusta mucho la idea, y estoy convencido de que la Pascua, cuando celebramos el triunfo de la vida abundante y eterna que Jesús vino a traernos y que Monseñor Romero quería para todos, es el mejor tiempo posible para que reflexionemos sobre ello”. La Asociación Católica Mundial (SIGNIS), es una red de comunicaciones de todo el mundo y sus miembros son asociaciones nacionales agrupadas por regiones continentales, representadas en el Consejo de Administración.
Las dos secretarías generales están en Bélgica y los servicios de SIGNIS en el Vaticano.