Wilfredo Arriola,
Escritor, guía del Teatro
Nacional de San Salvador.
El teatro Nacional de San Salvador cumplió 103 años desde su fundación el 3 de marzo de 1917. El presidente Carlos Meléndez inauguró este templo de las artes escénicas, que en la actualidad sigue dándonos increíbles experiencias culturales.
Este domingo 1 de marzo del 2020, se celebró bajo la administración del Ministerio de Cultura el efemérides de nuestro Teatro Nacional de San Salvador, donde se dieron cita, diferentes manifestaciones del arte: danza, canto, ballet folclórico, pintura etc. Además, la orquesta sinfónica de El Salvador, deleitó con su talento destacable. En esta misma celebración durante el día, hubo visitas guiadas para conocer un poco más de la Historia que alberga este recinto. Cada quien que entraba, se le dibujó en su rostro una expresión de sorpresa, admiración, encanto, al ver cada uno de los espacios conservados del Teatro Nacional. No es para poco, por que cuando es por primera vez que se asiste a tal edificio, siempre nos deja un sabor difícil de explicar en nuestra mente. En ese dialogo interno, está sin duda, la maravilla del encuentro, donde nos cuestionamos, el motivo por el cual no lo visitamos más seguido, o mejor aún, porque no lo conocíamos desde antes, si es que ha sido nuestro primer encuentro.
Niños, adultos, ancianos, jóvenes, abarrotaron las instalaciones, las más de 1, 200 personas que llegaron tienen ahora una nueva historia que contar. Desde una foto, una conversación inolvidable, una mirada, un recuerdo contado de otras visitas que han tenido a lo largo de tantos años. Las tradiciones que se han mantenido a lo largo de décadas, las experiencias vividas en la calle Delgado, frente a la plaza Morazán. Esa arquitectura Neoclásica que, Daniel Beylard (creador del diseño del Teatro Nacional de San Salvador, francés) consideró como estilo Renacimiento Francés Modernizado fue el lugar este pasado 1 de marzo para hacer memoria lo vivido.
El Teatro Nacional fue intervenido en el año 1976, bajo la dirección del arquitecto Ricardo Jiménez Castillo, quien tomó a bien, invitar en esa participación a diferentes personajes de la escena cultural, entre ellos: Carlos Cañas (pintor, premio Nacional de cultura 2012) quien intervino la cúpula elipsoidal en la gran sala María de Baratta, también es el autor de la pintura en el Café Teatro representando la fusión del arte. Roberto Salomón (director y productor de teatro salvadoreño) colaboró con el escenario contemporáneo, Margarita Álvarez más conocida como “La negra Álvarez” (escultura y pintora) puso su cuota para los acabados en repujados de cobre en las puertas de los palcos y Simón Magaña (decorador) intervino las paredes haciendo una fusión de estilos como: Versalles, Rococó, Romántico y Art Nouveau, con toques regionales. De esa forma el Teatro Nacional se acentuó con un toque eclético por la fusión de estas formas.
Todos recordamos nuestra primera anécdota en el teatro, quién nos llevó, qué evento presenciamos, qué nos pasó y con qué cariño lo mantenemos en nuestra memoria. Volver es sinónimo de querer, y siempre lo agendamos en nuestra rutina de actividades, porque la belleza siempre es belleza y tiene ese espacio en nuestra admiración, sobre todo porque es un bien patrimonial del cual todos somos parte. Cuando pasamos frente al teatro existe esa reverencia, muy a pesar de no ser asiduos sabemos muy al fondo que es uno de los lugares más emblemáticos de El Salvador y del que se tiene un espacio en el corazón. Esta vez se cumplieron 103 años, labrados por todos, donde nos hemos hecho parte, hemos visto sus cambios, lo hemos visto ser cuna de grandes artistas, de nuestros artistas, ha albergado en otro tiempo otras instituciones del estado, se ha cantado, se ha reído, nos ha impactado, hemos asistido a él, con personas que ya no están, con las personas de toda la vida, amigos, parejas, familiares, pero sobre todo nos acompaña con su grandeza y espero sea herencia a nuestros herederos y tener siempre una historia que contar. ¿Qué historia tenés vos? Seguro son muchas y se cuentan con el corazón, porque es ahí adónde esta nuestro teatro de toda la vida. En su aniversario 103, felicidades.