15 de septiembre 1851
Caralvá
Intimissimun
“ Se ha celebrado este año el TRIGESIMO ANIVERSARIO DE NUESTRA INDEPENDENCIA con toda la mayor posible solemnidad. Una numerosa y lucida concurrencia asistió a la Santa Iglesia Catedral, en donde el Ilustrísimo Sr. Obispo Celebró Misa Pontifical y el Sr. Canónigo Dn Manuel Cerrano pronunció un elocuente discurso análogo a la festividad. La Artillería y tropa de guarnición hizo las acostumbradas descargas saludando al pabellón Centroamericano que flameaba en la plaza principal. Concluida la función de la Iglesia, el Supremo Gobierno con todo su acompañamiento se dirigió a uno de los portales de la plaza a dejar colocada y con la guardia correspondiente el acta de independencia. A su regreso para la casa de Gobierno se incorporó a la comitiva el Ilustrísimo Sr.Obispo que se dirigía al mismo edificio con el objeto de felicitar al Supremo Gobierno y a todo el Estado en su persona, haciendo votos por la prosperidad del Salvador.
El Sr. Presidente lo recibió con todo el afecto que sinceramente le profesa: le dio las gracias a nombre del Estado por la distinción de aprecio con que acababa de obsequiarlo y por el placer que le causaba ver a las dos potestades en perfecta armonía haciendo cada cual por su parte todo lo posible por la felicidad de su patria.
En seguida se sirvió un refresco y toda la concurrencia se entregó a la alegría al toque de repetidas dianas y bien ejecutadas piezas de la música marcial.
Durante este tiempo se pronunciaron varios brindis. El Sr. Presidente brindó por la independencia y porque todos los pabellones del mundo flameasen simbolizando la unión en las plazas del Salvador; porque una política fraternal le conserve a su patria las simpatías de los Estados vecinos y las de las demás naciones de la tierra, y porque desapareciendo las rencillas interiores se fijasen todas las miradas y todas las inteligencias en el prospecto de la felicidad que comienza a radiar en nuestro horizonte.
El Sr. Dn. José Mariano Vidaurre brindó en los términos que se verá en otro lugar. El Sr. Dn. Julio Rosignon lo hizo por la Universidad del Estado, por los progresos de la juventud, por la buena acogida que ha tenido en el pueblo salvadoreño. El Sr. Vice-Rector de la Universidad Lic. Dn. Eugenio Aguilar brindó por el progreso del Estado y por el que hace la ilustración entre nosotros. Muchas otras personas notables brindaron por la pacificación de Nicaragua y porque esta se verifique sin una sola gota de sangre, por la unión nacional y por la paz &, &.
La alegría, la confianza y el buen humor reinó en toda la reunión, hasta las cuatro de la tarde que se disolvió. En ella se encontraron los señores comisionados de Nicaragua, el agente consular británico, el Cuerpo Municipal, todos los empleados civiles y militares, el Claustro de la Universidad y otras muchas personas respetables. La plaza principal fue iluminada con luces de diferentes colores durante dos noches y la música marcial ejecutó diferentes piezas. El tiempo no dio lugar al paseo acostumbrado de por la tarde.
El día 16 la Universidad hizo su festividad por separado. El mucho llover no permitió que se hiciese la función de la Iglesia que tenía preparada, pero por la tarde se reunió el Claustro y muchos concurrentes ante los cuales pronunció un discurso análogo el Sr. Secretario de la Universidad Lic. Dn. Victoriano Rodríguez. Por la noche tuvo efecto en el salón del Gobierno un lucido baile, al que asistió una numerosa concurrencia de ambos sexos, en el cual reinó el buen humor y después de haberse servido una abundante cena se terminó la función entre las tres y las cuatro de la mañana.
Tenemos la complacencia de anunciar, que en todas las reuniones se observó el mejor orden y una armonía que pocas veces se ha visto, el convite fue general y general fue también la concurrencia, sin que nada causase el más pequeño desagrado. En nuestras reuniones se advierte de un modo muy notable el adelanto de nuestra sociedad, tanto en el buen gusto, como en sus buenas maneras sociales, de tal suerte que pronosticamos a nuestra patria que al cabo de cinco o seis años las mejoras serán mucho mayores, pues las bases que se están echando, es difícil que dejen de producir los mejores resultados. La paz se encuentra perfectamente establecida, la agricultura en un desarrollo siempre creciente, el laboreo de minas en continua actividad y el comercio cada día aumenta. La mano protectora de la Providencia nos extiende sus beneficios y nos brinda una prosperidad, que si sabemos aprovecharla muy poco tendremos que desear”. Gaceta del Salvador en la República de Centroamérica 19 de septiembre de 1851
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