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150 años de Masferrer

Álvaro Darío Lara

Escritor y poeta

 

Este 24 de julio se conmemora el 150 aniversario del natalicio de don Alberto Masferrer, nuestro gran pensador y escritor nacional , cuya obra ha despertado en los últimos años un significativo interés por parte de algunos estudiosos nacionales y centroamericanos, quienes nos han enfatizado la importancia, vigencia y trascendencia de la obra del Maestro.

La fecunda vida de don Alberto estuvo signada por la incomprensión y hostilidad de los más poderosos, puesto que su profética palabra, caía sobre sus almas egoístas como un ácido letal. Por el contrario, los sectores intelectuales, populares, humanistas y revolucionarios de su tiempo, siempre le guardaron un profundo respeto y admiración. Lamentablemente fue a partir de la década de los cincuenta, cuando un reducido grupo de novatos escritores se dio a la ignara tarea de descalificar su obra y de recriminar la moralidad de Masferrer.

Estos jóvenes del ayer, llegaron, incluso, al  grosero insulto y a la mofa, en diversos escritos. Una profunda contradicción, puesto que en sus airados discursos políticos, exigían justicia, libertad, tolerancia, y actuaron totalmente opuestos a estos principios, al condenar de manera absurda una obra que desconocían. Esto estigmatizó y rodeo de prejuicios infundados la lectura de Masferrer por parte de las sucesivas generaciones.

Sin embargo, hubo otros autores de gran talento y sensibilidad, como los recordados Ítalo López Vallecillos, Roberto Armijo y Francisco Andrés Escobar, que sí aquilataron los méritos de don Alberto, justipreciándole de forma desapasionada. Por supuesto, su gran estudiosa, entre nosotros, la doctora Matilde Elena López, siempre mantuvo una línea de gran objetividad académica y crítica, hacia el pensamiento masferreriano.

Yendo a la obra de don Alberto, en el marco de esta nueva celebración, hemos escogido, este fragmento tomado de su delicada prosa titulada “La Órbita”.

Que su palabra bienhechora nos siga iluminando en nuestra vida personal y ciudadana: “Un hombre, lo mismo que un astro, ha de tener su propia órbita, y no invadir nunca la de otro. Ideal, negocio, empresa, contienda, manera de ser y de hacer, estudios, gustos, sentimientos y aficiones…, todo eso es la órbita de la vida, y cada uno ha de tener la suya propia. Corre la tuya, y olvida las ajenas. Hasta la enseñanza y el consejo que se dé a los demás, han de ser sin desviarnos de nuestra órbita: así como el Sol, que nos alumbra sin desplazarse, o como la flor, que nos aroma sin abandonar la rama. Que los demás hagan su obra. Tú, haz la tuya, y calla. No te inquietes ni del reproche ni del aplauso: ninguno de esos actos de extraños deben desviarte de tu órbita, ni acelerar ni retardar tu movimiento. Aquí también atiende la lección del Sol (…) Y en fin, y otra vez, enciérrate en tu órbita y gira en torno de un solo designio, en torno de una misma luz. Así hacen la mariposa, la palmera, el ruiseñor y el Sol. Y su belleza y su inocencia son grandes”.

 

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«Para enflorar». Foto: Karen Lara. Portada Suplemento Cultural Tres Mil Sábado, 2 de noviembre 2024.