Tel Aviv/Ramala/dpa
Al menos 16 palestinos resultaron heridas en la noche del martes, en nuevos enfrentamientos con la Policía en Jerusalén, después de que Israel retirara la víspera los detectores de metal y anunciara otra medidas de seguridad más modernas en los accesos a la Explanada de las Mezquitas.
De los heridos, tres están graves, informó la Media Luna Roja. Como en los últimos días, miles de musulmanes rezaron en las calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén y tras la oración nocturna se enfrentaron a la Policía, que respondió con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras al lanzamiento de objetos y piedras, según la versión policial.
Varios representantes palestinos llamaron desde Ramala a una escalada de las protestas. Wasel Abu Jussef, uno de los dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), llamó a los palestinos a dirigirse a los puestos de control del Ejército israelí en Cisjordania para protestar, según la agencia de noticias Maan.
Además, la organización radical Hamas convocó de nuevo un «día de la ira» con protestas el próximo viernes.
Los palestinos protestan por la instalación de detectores de metal y tornos en los accesos a la Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusalén, que alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa y que es el tercer lugar más sagrado del islam. Israel instaló esas medidas tras un atentado en el lugar el 14 de julio en el que murieron dos policías a manos de tres árabes israelíes que fueron abatidos.
Tras numerosas protestas y una escalada de la tensión que dejó cuatro palestinos muertos, cientos de heridos y tres israelíes apuñalados en otro ataque en un asentamiento, Israel retiró ayer martes los detectores y anunció otro sistema de seguridad de tecnología más avanzada en el lugar.
Los palestinos recibieron la noticia con escepticismo y exigen la vuelta a la situación anterior al 14 de julio. Además, continuaron las protestas, al considerar que Israel pretende aumentar su control sobre el lugar, algo que este país niega.
La Explanada, que los judíos llaman Monte del Templo, es también un lugar sagrado para ellos, que sitúan allí dos templos bíblicos, el segundo de ellos destruido en el año 70 por los romanos y del que quedan los restos de un muro lateral, el Muro de las Lamentaciones, donde tienen permitido rezar.
Ikrema Sabri, que lidera la Comisión Suprema Islámica, consideró que la retirada de los detectores no es suficiente y exigió que Israel vuelva a abrir todos los accesos a la Explanada y retire los tornos en uno de ellos. Además, la fundación jordana Waqf, controlará en el futuro si Israel instala cámaras en el lugar.
También el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, consideró insuficiente la retirada de los detectores de metal, aunque saludó el paso en un discurso ante académicos del mundo islámico en Ankara.
Erdogan exigió a Israel el respeto a los derechos humanos y la renuncia a una política que pueda «incendiar la región y a sí mismo». Además pidió que los judíos y sus sinagogas sean protegidos en Turquía.
El Ministerio de Exteriores israelí reaccionó indignado a las palabras de Erdogan. «Es absurdo que ahora el Gobierno turco, que ocupó el norte de Chipre, que reprime brutalmente a la minoría kurda y envía a los periodistas a la cárcel, dé lecciones a Isarel, la única democracia verdadera de la región», dijo un portavoz. «Los tiempos del Imperio Otomano han terminado».
Turquía e Israel retomaron sus relaciones diplomáticas el año pasado tras seis años de estancamiento.