ASOCIACIÓN INTERSECTORIAL PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y EL PROGRESO SOCIAL – CIDEP – [email protected]
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El Día Internacional del Migrante fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000, esta conmemoración tiene como fin principal enviar a la población mundial algunos mensajes claves, tales como el papel fundamental que tienen las y los migrantes en el fortalecimiento de la economía mundial tomando en cuenta su contribución al crecimiento económico y al desarrollo humano, ya que enriquecen las sociedades mediante la diversidad cultural, los conocimientos, el intercambio tecnológico; y mejoran el equilibrio demográfico de las poblaciones que envejecen.
La migración tiene más probabilidades de ser beneficiosa para las personas cuando se realiza en condiciones de seguridad y por causas ordinarias, sin embargo, las oportunidades para la migración regular se han reducido, y el aumento del desempleo y la inseguridad han potenciado la migración irregular.
Aunque hay diversas iniciativas para proteger los derechos humanos de todas y todos los migrantes, especialmente de las decenas de millones que se encuentran en situación irregular, cada vez más se logra visibilizar los atropellos que sufren cuando se les niegan las protecciones básicas en el ámbito laboral, las debidas garantías procesales, la seguridad personal y la atención de la salud, además son vulnerables a sufrir detenciones prolongadas o malos tratos y, en algunos casos, a ser víctimas de esclavización, violaciones o incluso asesinato.
Las salvadoreñas y los salvadoreños que viven en diferentes partes del mundo y que en la actualidad suman más de 2 millones no escapan a esta realidad, sin embargo, a pesar que la mayoría de ellas están en situación irregular en los países donde residen, son quienes sostienen en gran parte la economía salvadoreña. De esta población migrante, preocupa especialmente el aumento de niñas, niños y adolescentes que viajan sin acompañantes, lo que aumenta las vulnerabilidades a las que se enfrentan.
Las caravanas de migrantes que salieron recientemente de diferentes países centroamericanos, incluyendo El Salvador, permitieron poner rostros y visibilizaron al mundo una realidad que diariamente viven miles de familias al verse obligadas a separarse en busca del sueño americano, que en muchas ocasiones se vuelve una pesadilla.
CIDEP se solidariza con estas familias y reitera su compromiso de trabajar por los derechos de la población salvadoreña, principalmente del derecho a la educación, el cual puede garantizar mejores oportunidades de vida para las personas. Reconocemos el sacrificio que cada migrante realiza para poder ayudar a su familia, y de esta manera a la economía del país; sin embargo estamos convencidos que se debe trabajar por que existan en el mundo los mismos derechos laborales, económicos, sociales y culturales, para que nadie deba dejar su país para tener una vida digna.