Tomado de UNIVISIÓN
Donald Trump y otros 18 colaboradores fueron acusados este lunes por un gran jurado en Giorgia. Se les formulan cargos por presuntamente llevar a cabo acciones con la intención de anular de manera ilegal los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en ese estado y entorpecer la transición pacífica de poder.
La fiscal del condado de Fulton Fani Willis, encabezó la presentación de la acusación tras una investigación que se extendió por más de dos años. Este caso marca la cuarta vez que se presentan cargos criminales contra el expresidente, siendo el segundo caso relacionado con sus supuestos intentos de influir en los resultados de las elecciones de 2020 que culminaron con su derrota frente a Joe Biden.
Tras una deliberación de diez horas, después de escuchar a testigos y revisar la evidencia presentada por la fiscalía, el gran jurado votó a favor de imputar a otras 18 personas, además del exmandatario.
La fiscalía acusa a estas personas de formar “una organización en marcha cuyos miembros y asociados funcionaban con el propósito común de lograr los objetivos” y el documento de la imputación detalla que esta supuesta organización operó en el condado de Fulton, así como en otras partes de Georgia, al igual que en otros estados, incluidos, Arizona, Michigan, Nevada, Nuevo México, Pennsylvania, Wisconsin y el distrito de Columbia.
Donald Trump: presiones al gobernador y secretario de Estado de Georgia
El expresidente Donald Trump se negó a aceptar su estrecha derrota en el estado haciendo afirmaciones infundadas de fraude electoral generalizado.
Trump telefoneó a altos funcionarios estatales, incluido el gobernador Brian Kemp, para instarlos a encontrar una manera de revertir su derrota en Georgia.
A finales de noviembre de 2020, cuando el conteo perfilaba la victoria de Biden por pocos votos, Trump le pidió a Kemp reemplazar a los electores de ese estado. Al no conseguirlo, pidió públicamente su dimisión y dijo que era una vergüenza haber apoyado su carrera a la gobernación, acusándolo de “haber hecho absolutamente nada” para cuestionar los resultados en Georgia.
Kemp le respondía poco después, a través de su portavoz, Cody Hall: “La ley de Georgia prohíbe al gobernador interferir en las elecciones. El secretario de Estado, que es un funcionario constitucional electo, supervisa las elecciones que no pueden ser anuladas por orden ejecutiva”.
En una llamada telefónica el 2 de enero de 2021 al secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, Trump le pidió “encontrar” 11,780 votos a su favor para revertir su derrota en ese estado.
En esa conversación, Trump pasó de halagos y súplicas a amenazas, insistiendo a Raffensperger que declarara que había “recalculado” y encontrara los votos necesarios para revertir la derrota, porque, según alegó el presidente “ganamos el estado”.
“No hay forma de que pierda Georgia”, le dijo Trump a Raffensperger una y otra vez durante la llamada, cuya grabación fue obtenida porThe Washington Post. “No hay forma. Ganamos por cientos de miles de votos”, afirmaba Trump a lo que el funcionario le replicaba que el presidente tenía información equivocada.
La fiscal Willis abrió una investigación sobre posibles intentos ilegales de influir en las elecciones poco después de que se hiciera pública una grabación de esa llamada.
Giuliani, Meadows, Eastman y Powell, los creadores del complot de los falsos electores
Durante varias audiencias legislativas en el Capitolio de Georgia en diciembre de 2020, el exalcalde de Nueva York y abogado de Trump, Rudy Giuliani, promovió afirmaciones no respaldadas de fraude electoral generalizado en Georgia.
Los fiscales también han dicho que Rudy Giuliani estuvo involucrado en un plan para que 16 republicanos de Georgia actuarna como electores falsos, jurando que Trump había ganado las elecciones presidenciales de 2020 y declarándose a sí mismos los electores “legítimamente elegidos y calificados” del estado.
El esquema de Giuliani de los ‘electores suplentes’ también implicó a Pennsylvania, Georgia, Michigan, Arizona, Wisconsin, Nevada y Nueva México, todos estados que fueron ganados por Biden.
Según reportes de medios de la fecha, Giuliani reunió a simpatizantes del expresidente para sustituir a los electores legítimamente seleccionados y certificados en varios estados y coordinó una reunión de esos electores ilegítimos en los parlamentos estatales el 14 de diciembre de 2020. Además, distribuyó borradores de certificados falsos que finalmente se enviaron a los Archivos Nacionales.
En la estrategia también estuvo implicado John Eastman, uno de los abogados de Trump y exdecano de la Facultad de Derecho de la Universidad Chapman en el sur de California.
Eastman escribió un memo argumentando que Trump podría mantenerse en el poder si el entonces vicepresidente Mike Pence anulaba los resultados de las elecciones durante una sesión conjunta del Congreso donde se reuniría el Colegio Electoral para certificar la votación. Ese plan incluía la designación de un grupo de electores “alternativos” en siete estados disputados incluido Georgia, que certificarían falsamente que Trump había ganado esos estados.
Pence siempre se negó al plan de desconocer los resultados electorales y la semana pasada declaró que “lamentablemente, el presidene Turmp estaba rodeado por un grupo de abogados chiflados que seguían diciéndole lo que sus oídos querían escuchar”.
Mark Meadows, entonces jefe de gabinete de Trump, visitó el condado de Cobb, a las afueras de Atlanta, mientras los investigadores estatales realizaban una auditoría de las firmas en los sobres de las boletas por correo en diciembre de 2020.
La abogada y aliada firme de Trump, Sidney Powell formó parte de un grupo que se reunió en la casa del abogado conservador Lin Wood en Carolina del Sur en noviembre de 2020 “con el propósito de explorar opciones para influir en los resultados de las elecciones de noviembre de 2020 en Georgia y en otros lugares”, según han dicho los fiscales.
Wood, que tiene licencia para ejercer la abogacía en Georgia, dijo que Powell le pidió que ayudara a encontrar residentes del estado para actuar como demandantes e impugnar los resultados de las elecciones en el estado.
Los falsos electores y otros de los acusados por la Fiscalía de Georgia son: Ray Smith, Robert Cheeley, Michael Roman, David Shafer, Shawn Still, Stephen Cliffgard Lee, Harrison William Prescott Floyd, Trevian C. Kutti, Cathy Laham y Misty Hampton.