Caralvá
Intimissimun
En aquella sociedad de 1931, existió por breve tiempo la libertad de prensa, un fragmento de publicación “La Estrella Roja” 19 de diciembre de 1931: “Los partidos políticos”
“Cuando un régimen sustituye a otro en el escenario histórico, lo hace violentamente. Como todos los comienzos, el de una nueva era está concedido de dolores y exige a sus soldados espíritu de sacrificio, conciencia y resolución en la acción. Esperar a que los nuevos destinos de las sociedades se resuelvan en la tranquilidad de los salones es renunciar a toda una nueva vasta experiencia histórica”…
(framento) “Tenemos el caso clásico del señor Araujo ¿Qué cosa no prometió? ¿Cuándo se escribían más páginas llenas de promesas que las que incesantemente Masferrer dirigió a las masas? ¿Y qué queda de todo esto? Nada más que la dolorosa realidad de cien mil campesinos burlados que ingenuamente sirvieron de pedestal a los mismos que en Sonsonate y Zaragoza ahogaron en sangre la protesta de sus camaradas hambrientos”[1]… las tesis de estos grupos universitarios coinciden con el Partido Comunista de aquella época, ellos trataron de implantar una revolución exitosa en otras naciones sin considerar la realidad nacional, tampoco estudiaron las estructuras culturales salvadoreñas, en síntesis un discurso idealista.
Policía prohíbe la publicación de periódico
El régimen golpista no escatimó esfuerzos para censurar ese medio universitario, así lo publicó el Periódico Patria 7 de enero de 1932. Policía prohíbe la publicación de periódico “La Estrella Roja”
“Patria considera incorrecto tal proceder. Los Directores de “La Estrella Roja” órgano del Grupo Marxista de la Universidad Nacional, que ha estado publicando sábado a sábado en los Talleres Gráficos Cisneros, estuvieron esta mañana en nuestra redacción a comunicarnos que la Dirección General de Policía, por medio de sus agentes les acababa de prohibir la edición próxima y las subsiguientes; agregando que si se obstinan en darla a publicidad, les será incautada por completo al no más salir de las prensas. Sobre materia de imprenta dice el Art. 29 de nuestra Carta Fundamental: “Todo hombre puede libremente expresar, escribir, imprimir y publicar sus pensamientos sin previo examen, censura ni caución; pero deberá responder ante el Jurado por el delito que cometa”. Revisando cuidadosamente la Constitución no encontramos una sola línea que diga que la propaganda de las ideas marxistas constituya delito. Porque si ello fuera cierto, no venderían las librerías libro alguno sobre cuestiones sociales o revolucionarias. Y no debemos olvidar que actualmente no estamos en estado de sitio, ni hay censura de prensa”.
Debo hacer una breve reflexión sobre el tema que divulgamos, los años 1931 y 1932 pueden considerarse fundacionales en la “violencia autoritaria” para el resto del siglo XX, la masacre de 1932 aún tiene aspectos que estudiar y divulgar, puesto en ese mes acontece la matanza del mes de enero de 1932 y surge el calificativo de “comunista” para todo opositor político, pero también se inaugura la dictadura, que tiene signos de perpetuidad, ruptura constitucional, represión etc. con resultados desastrosos en la sociedad salvadoreña en su democracia, cultura, administración política, escuela de corrupción, militarismo etc.
La cultura a partir de esos años es un ejemplo de parcialidad, así leemos en el libro: Política Cultural del Martinato / Rafael Lara-Martínez – San Salvador: Talleres de la UCA, 2013 –212 pág. “Resulta sintomático de la manera en que se escribe la historia nacional salvadoreña, lo selectivo que suelen ser las fuentes documentales primarias. La historia se convierte en una materia flexible y maleable al antojo del presente, el cual la emplea para propósitos políticos en boga. Adaptar lo desconocido a lo familiar, el pretérito a lo actual, precisa al instante la verdad de lo dicho.” Pág 1 idem.
En todo caso, la serie de artículos publicados durante estos años conforman un panorama caótico, desde el apoyo rampante al fascismo hasta su antítesis universitarios, recordemos que las elecciones no son un evento permisivo del General Martínez sino una convocatoria de la administración del presidente Araujo antes del Golpe de Estado; el presidente Araujo el cual heredó la tormenta perfecta para cualquier régimen democrático: caída económica mundial, baja en los precios del café, impago a los empleados públicos, rechazo a su propuesta de moneda, fuga de capitales, atraso de salarios al ejército, impago los servidores públicos, desempleo rural, fraude electoral, oposición de su propio partido etc. se constituyó en la ecuación favorable al Golpe de Estado, pero sirva este ejemplo en la censura de prensa del martinato. amazon.com/author/csarcaralv
[1] En La crisis del 1929 y sus Consecuencias en los años posteriores / Gerardp Iraheta Rosales, Vilma Dolores López, María del Carmen Escobar – San Salvador: Universidad de El Salvador, 1971 – pág. 67
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