Ramón D. Rivas*
Conmemorar 194 años de Independencia política y económica de la corona española nos motiva a seguir trabajando por alcanzar los ideales de libertad, illness thumb unidad y justicia social por la que lucharon los héroes y mártires de la gesta independentista de 1821.
Los salvadoreños debemos tener claro que la historia humana tiene sus ciclos; es dinámica y cambiante porque está formada de actividad y práctica. Aunque Centroamérica logró su Independencia de España, ese proceso quedó inconcluso desde el momento en que cada centroamericano abandonó los ideales y las luchas por alcanzar sociedades más justas e inclusivas.
Nos libramos de un sistema político extranjero pero aún persisten, a la fecha, políticas que fomentan la injusticia y la exclusión de las personas a los beneficios de una república, únicamente por ser diferentes a los que ostentan, el poder económico y los medios de producción.
Los procesos históricos son dinámicos y muchas veces cíclicos. Y ahora conviene al pueblo, por razones de su misma identidad, conocer a los hombres y mujeres notables que nos precedieron, para enrumbar nuevamente las metas y objetivos de tener una sociedad verdaderamente libre, unida y desarrollada.
Al decir lo anterior, no me cabe la menor duda que los salvadoreños debemos trabajar en los próximos años por encontrarnos a nosotros mismos, por tener una identidad cultural fortalecida y de la cual nos sintamos orgullosos y participemos.
Debemos conocer nuestra verdadera historia para saber quiénes somos, de dónde venimos y hacia donde queremos avanzar.
Cuando Centroamérica logró su independencia del sistema político de España, se comenzó un proceso de redefinición política, de reencuentro con nuestra cultura, nuestro arte y nuestra riqueza como pueblos.
Con la Independencia, los pueblos del istmo, por medio de sus héroes y mártires, querían tener su propia identidad, sentirse orgullosos de sus raíces indígenas o afrodescendientes y seguir preservando sus costumbres y tradiciones autóctonas.
Un pueblo con identidad se puede sentir reconocido, libre y digno.
Quizá el objetivo que se tuvo hace 194 años aún no se logra, pero debemos seguir luchando para que cada pueblo centroamericano pueda sentirse orgulloso de sí mismo, de su cultura, de su lengua y de sus pueblos originarios.
Hay mucho trabajo que hacer en pro del rescate de nuestra historia y la dignificación de nuestra cultura con el objetivo de transformarla en un eje transversal de toda la agenda de nación; en lo económico, en lo social, en lo educativo, en la salud, en el medioambiente, el turismo y la seguridad. Solo así lograremos dignificar y darle buen rumbo a la gesta que aquellos próceres iniciaron hace 194 años, y con ello dignificar nuestra cultura. He ahí la importancia del trabajo que realizamos desde el Gobierno, para que todo esto sea una realidad y, en esto, conocer que la historia y la cultura de un pueblo son clave para el desarrollo.
El Gobierno está muy interesado en cambiar la cultura del irrespeto por una cultura de tolerancia. Debemos trabajar por una cultura que promueva la paz social y donde cada ciudadano se sienta parte del desarrollo, no solo para alcanzarlo sino también para disfrutarlo y heredarlo.
Esos fueron los ideales de muchos próceres de 1821.
Hubo traiciones, hubo engaños, hubo fracasos en sus luchas; pero al final lograron heredarnos la independencia de un sistema político externo. Pero su trabajo no terminó ahí, las luchas continuaron para mantener vigentes sus ideales hasta los últimos años de sus vidas.
Ahora nos toca a los salvadoreños seguir trabajando por esos ideales de la independencia. Ya vivimos esa experiencia con la firma de los Acuerdos de Paz. En donde luchamos por tener libertad política, libertad de expresión, del disenso, de la libre determinación.
Trabajamos por dignificar al campesino y al obrero, a las mujeres, pero también al indígena y a otros grupos excluidos de la sociedad como las personas con capacidades especiales.
Han pasado casi dos centurias y toca una vez más seguir trabajando hasta consolidar ese nuevo proyecto de libertad, y este es la libertad de conocer nuestra historia, la verdadera historia de nuestra patria, de nuestra gente, todo ello para conocernos y formar una verdadera identidad de salvadoreños.
*Secretario de Cultura de la Presidencia
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