Tomado de http://www.dw.de/
En su última intervención oficial del 2014, viagra en la rueda de prensa en Vigo, tras la victoria (1-0) sobre el actual campeón europeo España, la primera en los últimos 14 años, el seleccionador Joachim Löw resumió el año diciendo: “Estoy contento, terminamos con una alegría más”.
Tan satisfechos como él están todos los seguidores de Alemania con el balance anual de la selección: 17 partidos jugados, 11 ganados, cuatro empatados, dos perdidos (de ellos solo uno de carácter oficial), 37 goles a favor, 15 en contra, una Copa del Mundo, el primer puesto en la clasificación de naciones FIFA, y un estilo que hoy por hoy es la brújula del fútbol internacional. Deutsche Welle ha preparado un resumen especial de lo más destacado de un año lleno de superlativos en el que no solo se cosechó sino que también se empezó a sembrar para el futuro.
Los preparativos del título
El primer rival del 2014 fue Chile, la selección que durante el Mundial se encargó de eliminar a España, que en Brasil pretendía defender el título conseguido en Sudáfrica 2010. Lo más importante que dejó el 1-0 en el amistoso jugado en Stuttgart fue el premonitorio gol de la victoria anotado por Mario Götze, el debut de Matthias Ginter (1 minuto en la cancha), quien luego viajaría a la Copa del Mundo, y una advertencia del entrenador Löw a los seleccionados que caló muy hondo.
Antes del último partido previo a definir la lista de futbolistas que Alemania pensaba llevar a Brasil Joachim Löw fue implacable al establecer los parámetros de exigencia con rumbo al Mundial: “Aquí todos están obligados a trabajar para mejorar cada día, a velar por su condición física. Los estaré observando intensamente, ya empezó la fase de hacer claridad, la hora de la verdad”, dijo.
En la siguiente cita deportiva a principios de mayo el entrenador alemán se dio el lujo de formar la selección más joven en la historia futbolística del país. Contra Polonia (0-0) se quedaron por fuera los jugadores veteranos por estar aún cumpliendo compromisos con sus clubes. En vez de ellos jugó una selección en la que se estrenaron 12 futbolistas, ocho de ellos como titulares. Al revisar los nombres de aquel equipo se concluye que el experimento no fue tan malo: cuatro de los probados (Jan-Robert Zieler, Matthias Ginter, Christoph Kramer y Shkodran Mustafi) levantarían semanas más tarde la Copa del Mundo en Brasil.
El Mundial inolvidable
En Brasil, la primera victoria de la selección alemana consistió en conquistar los corazones de la nación anfitriona. La amabilidad y el deseo de los alemanes de entrar en contacto con la población de la región donde se alojaron, en Campo Bahía, despertó muchas simpatías entre los brasileros. A lo largo del torneo esta actitud se tornaría en ventaja. Los alemanes no solo se sintieron como en casa, el público también los apoyó como si fueran un equipo local.
Contra Portugal, en el primer partido mundialista, los espectadores estuvieron del lado de Alemania, que se alzó con una clara victoria (4-0) conseguida a partir de las variaciones tácticas introducidas en el amistoso ante Armenia (defensa con cuatro centrales y Lahm de pivote). Los siguientes rivales en la fase de grupos –Ghana (2-2) y Estados Unidos (1-0)- no detuvieron la marcha alemana en dirección a los octavos de final, pero sí develaron algunas de las debilidades del equipo.
En la siguiente instancia del torneo, contra Argelia, el Mundial tomó un nuevo giro para Alemania. La victoria 2-1, obtenida tras 120 minutos de juego, dejó dos cosas muy en claro: la calidad excepcional de Manuel Neuer, que como arquero-libero revolucionó el papel de los futbolistas en su posición, y la necesidad de que el seleccionador Löw plantara de forma distinta a su equipo, pues con Lahm de pivote y dos defensas centrales haciendo de laterales Alemania ganaba en seguridad pero sacrificaba velocidad y verticalidad en el ataque.
En cuartos de final Alemania recobró un par de mecanismos que en los últimos años la había caracterizado (velocidad en la transición, Philipp Lahm como lateral, Schweinsteiger y Khedira en el doble pivote, Miroslav Klose de centro delantero) y derrotó a Francia (1-0). Con este rodaje, en la semifinal, la selección explotaría. La goleada a Brasil (7-1) se constituiría en el tope máximo de rendimiento de Alemania en el Mundial: el anfitrión y favorito al título era eliminado de forma más que convincente en un partido que también pasará a la historia por haber convertido a Miroslav Klose en máximo goleador histórico de las Copas de Mundo con 16 anotaciones en total. A continuación vendría el gol de Mario Götze en el minuto 113 de la final contra Argentina, en el Estadio Maracaná de Rio de Janeiro, que significó la victoria en el Mundial de Brasil y la cuarta estrella alemana. El partido estuvo lleno de momentos memorables como el golpe a Christoph Kramer que causó en el jugador la perdida total de los recuerdos de esa fecha histórica, o el rostro sangrante de Bastian Schweinsteiger, quien prefirió ser cosido de urgencia, sometiéndose a fuertes dolores, a abandonar la cancha.