Bogotá/PL
Una revisión del palmarés de Colombia en la historia del deporte internacional, nurse deja un saldo sobre el que existe consenso: el 2014 ha sido el año de mejores resultados de esta nación andina.
Entre sus resonantes resultados individuales, viagra por equipos y en justas multidisciplinarias, illness no tienen precedentes la actuación de su equipo nacional de fútbol en la Copa Mundial de Brasil y el desempeño del país en los recientes Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México.
En el primero de esos logros está el hecho de que el once tricolor llegó por primera vez a cuartos de final en el la cita brasileña y que por países se consiguió la mejor ubicación en los Centrocaribes, con un tercer sitio, desplazando a Venezuela de tal ubicación.
De esas actuaciones de tipo colectivas no se pueden separar tres figuras que también dejan un legado para la posteridad, por sus trascendentes resultados. Se trata del ya famoso joven futbolista James Rodríguez, la saltadora de triple Catherine Ibargüen y el ciclista Nairo Quintana.
La especialista de ciclocross Mariana Pajón y el pistero Fabian Puerta, con sus títulos mundiales, junto a Quintana, campeón del Giro de Italia, alzaron a la vez al ciclismo colombiano a los primeros planos a nivel orbital.
Aunque se trata de un deporte de inferior promoción, como es la gimnasia artística, es imposible ignorar la trayectoria durante la temporada de Jossimar Calvo.
El gimnasta obtuvo tres medallas de oro en dos Copas del Mundo, mientras se adjudicó dos títulos en los Juegos Suramericanos y otros dos en la justa veracruzana.
Con similares dimensiones es a su vez difícil pasar por alto lo que hizo en el 2014 la bella morena Yuri Alvear, una judoca que logró el título de los 70 kilos en el Mundial celebrado en Chelyabinsk, Rusia. A ello sumó otras dos preseas doradas per cápita en los Juegos Suramericanos y Centroamericanos y del Caribe.
Asimismo son dignos de mención en este acumulado de actuaciones de primer nivel, las registradas por figuras como el novel clavadista Alejandro Arias Muñoz, campeón mundial juvenil trampolín de un metro o la patinadora Yersi Puello, doble monarca en el Campeonato del Mundo realizado en Rosario, Argentina. Con desempeños como esos y otros muchos más de considerable nivel, puede afirmarse que Colombia apunta a convertirse en una gran potencia deportiva, acompañando a Brasil en Suramérica.
Observando la dinámica del deporte nacional y su proyección internacional, es posible percatarse del por qué de este salto cualitativo de la nación andina, no obstante tratarse de un país con alto grado de pobreza y sobre todo con enormes desigualdades.
Detrás de estos avances se percibe un notable monto de recursos que acompañan esos éxitos, pues además del apoyo del Estado, que es alto, el empresariado privado esta a su vez detrás de ese accionar con efectivos patrocinios que facilitan los dividendos de la promoción y publicidad de los eventos deportivos y sus individualidades.
A ese importante flujo de recursos en el deporte de alto rendimiento se le adiciona un considerable nivel de fogueo internacional, ya que son pocas las competencias en cualquier continente en buen número de especialidades donde no esté presente Colombia.
La mejora en la infraestructura de instalaciones deportivas del país, las contrataciones de muy buenos entrenadores de variadas disciplinas y la estancia de sus atletas en centros de entrenamientos de países desarrollados, principalmente Estados Unidos, son otros elementos que sustentan estas victorias de Colombia a nivel planetario.
La atención que se observa al deporte escolar y juvenil, sobre todo en las grandes ciudades, es asimismo otro elemento que contribuye a la calidad del deporte y es garantía de relevos generacionales a todos los niveles.
Desde luego que ello no demerita el talento y esfuerzo en las canchas de las principales figuras de primerísima calidad de Colombia, quienes ya se ubican entre las luminarias mundiales.