@arpassv
El año que termina tuvo cosas positivas. Una es -sin duda- el esfuerzo del Ejecutivo por mantener los programas sociales, a pesar del boicot financiero de la derecha oligárquica a través de grandes empresas evasoras/elusoras, la negativa de ARENA de aprobar financiamiento público (presupuesto, medidas fiscales y préstamos) y el bloqueo de la Sala Constitucional a los ingresos estatales.
Otra es la reforma en telecomunicaciones aprobada por la Asamblea Legislativa que reconoce a los medios comunitarios, elimina la prórroga automática de las concesiones, otorga a SIGET nuevas facultadas para la gestión del espectro radioeléctrico y actualiza la ley en aspectos tecnológicos, administrativos y financieros.
Y del órgano judicial podría mencionarse el tímido proceso de depuración judicial iniciado por la Corte Plena.
Sin embargo, al hacer un balance integral, parecen dominar las cosas negativas. No es para menos -por ejemplo- la oposición destructiva de ARENA, la mezquindad de la ANEP que se opone a aumentar el salario mínimo, los abusos de los magistrados de la Sala Constitucional, los criterios sospechosos de la Sección de Probidad y los sesgos de las actuaciones de la Fiscalía.
A esto se agrega la permanente desinformación de medios conservadores: TCS, Prensa Gráfica, Diario de Hoy; y la hipocresía de ONGs de derecha, como FUSADES y FUNDE, que abrazan hipócritamente el discurso de la transparencia, rendición de cuentas y anticorrupción.
Pero lo negativo alcanza también a la izquierda gobernante: el Presidente Salvador Sánchez Cerén debió mandar mensajes más contundentes contra la corrupción -por ejemplo- destituyendo al presidente de CEPA y al Ministro de Hacienda, uno por despilfarrador de fondos públicos y el otro por evasor de impuestos.
El gobierno también genera dudas cuando negocia propuestas de ley de agua con la ANEP, a espaldas del movimiento ambiental promotor del derecho humano al agua; y provoca aún sospechas negociando con la minera Oceana/Gold después de que el CIADI ha fallado a favor del Estado!!!!
El Ejecutivo también es criticable por no hacer una asignación más transparente y equitativa de la pauta publicitaria, y seguir priorizando en los medios hegemónicos. Pareciera que el criterio es el “masoquismo político”, que consiste en pautar en los medios que le dan palo todos los días.
Ojalá que en 2017 las cosas mejoren. Que ARENA y compañía sean oposición constructiva, que la Sala respete la Constitución y la institucionalidad, que los medios hegemónicos no cometan más el pecado de desinformar y que el gobierno rectifique. Las organizaciones populares, movimientos progresistas, sectores democráticos y toda la población honrada, deben exigirlo.