26 años han pasado desde la firma de los Acuerdos de Paz, realizada el 16 de enero de 1992 en Chapultepec, México; en los cuales se adoptaron acuerdos y compromisos para consolidar la democracia y generar un clima de tolerancia entre las partes que se enfrentaron por más de 12 años en una guerra que dejó más de 75 mil muertos y 25 mil desaparecidos.
A más de dos décadas y media de firmados los Acuerdos se han dado importantes avances en el país, poco a poco se han ido reconociendo y corrigiendo los errores del pasado y, aunque a paso lento, se va conociendo la verdad de las terribles violaciones a los derechos humanos que en su gran mayoría fueron cometidas por los gobiernos de derecha que tenían el poder económico y político durante la guerra y la posguerra.
Aún quedan deudas pendientes, sobre todo con las miles de familias que sufrieron la muerte o desaparición de algún ser querido y que por años han estado buscando que se les haga justicia; por lo que aún es legítimo y necesario demandar el esclarecimiento de los crímenes perpetrados antes y durante el conflicto armado, que se dieron en las décadas de los setenta y ochenta. Será hasta conocer la verdad que podremos afirmar que los acuerdos de paz no quedaron en un documento archivado, sino que son compromisos cumplidos que permitirán la consolidación de un mejor país.
En materia de las condiciones de desigualdad que generaron el conflicto, si bien se han dado importantes avances y se ha iniciado un camino para lograr ser una sociedad inclusiva y con igualdad de condiciones para todas y todos, aún queda mucho camino por recorrer para consolidar lo establecido en estos Acuerdos de Paz, sobre todo en temas como la distribución de la riqueza, educación, pobreza, desempleo, seguridad y justicia, entre otros.
A 26 años de haberse firmado la paz por las ahora dos fuerzas políticas más posicionadas en el país, es importante recordar que el espíritu de los Acuerdos de Paz buscaba generar las condiciones para garantizar los derechos humanos de la población y, sobre todo, buscar soluciones dialogadas a los problemas de país y jamás volver a una guerra y a una militarización de la sociedad que tanto daño le hizo a la población salvadoreña y principalmente a la más pobre e indefensa.
Como CIDEP celebramos este nuevo aniversario, reconociendo que aún hay retos por cumplir que derivan de una deuda pendiente de estos Acuerdos, honramos la memoria de quienes ofrendaron sus vidas para dar a las nuevas generaciones un país donde la justicia social sea lo principal; por ello llamamos a la población a defender esos acuerdos y a demandar como ciudadanas y ciudadanos una paz verdadera y una democracia real, porque la población merece justicia, verdad y una verdadera reconciliación basada en la inclusión, la igualdad, la equidad y defensa de los Derechos Humanos.