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Texto y fotografía de: Iván Escobar
La masacre del 30 de julio de 1975, forma parte de una cadena de acontecimientos oscuros que sufrió la sociedad salvadoreña en medio de la dictadura militar de los años 70, que desencadenó posteriormente en una cruenta guerra interna que multiplicó por 100 las víctimas de estos sucesos.
Como periodista he registrado diversos acontecimientos, entre ellos las actividades anuales de conmemoración de la masacre que tuvo lugar la tarde del 30 de julio de 1975, y que causó la muerte y desaparición de muchos estudiantes de secundaria y universitarios que participaban en una protesta pacífica por la toma del campus universitario, la represión en la zona occidental, y el ataque y persecución permanente contra toda voz disonante con el sistema de gobierno de la época.
En esta oportunidad presentó un pequeño adelanto de un ensayo fotográfico, que he comenzado a trabajar en este 2020, tomando en cuenta que por la pandemia del coronavirus o COVID-19 que se vive en el país, por primera vez desde los acontecimientos, no habrá marcha estudiantil para recordar la fecha, aunque sí hemos visto homenajes virtuales. Recurro a mis archivos, encontrando en él imágenes captadas durante las marchas conmemorativas pasadas, y con una pequeña intervención digital en algunas de las imágenes, tratado de volver al pasado, no solo como recuerdo sino como memoria y aprendizaje.
A través de la serie “30 de julio de 1975/30 de julio del siglo XXI”, busco con la fotografía el recuerdo, con la foto alterada la agitación del momento, los tonos tenues, el negro y el blanco representando lo añejo, como una forma de elevar la voz en el presente que sigue clamando justicia frente a un pasado que aún no sana.
Las víctimas de la masacre siguen ahí, y en voz de algunos sobrevivientes hemos conocido testimonios duros, pero solo las escuchamos cada año en el tramo de “la 25”, hoy “Mártires del 30 de julio”, sí la calle que fue testigo fiel a la masacre, una voz que muchos siguen ignorando, y que es justo replicar.
A través de estas imágenes regreso mí vista al pasado, para dejar la voz latente en el presente, siguiendo la ruta que no concluyeron aquellos que a su paso solo encontraron tanquetas, fusiles, bombas, balas, la muerte.
Hoy comparto algunas de las primeras imágenes de este proceso de creación, que no ha concluido pero avanza en la ruta de la memoria. Un homenaje a las víctimas en ocasión del 45 aniversario de la masacre.
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