LA PATRIA CELEBRA.
I
¡La Patria celebra! ¿Qué es eso?
¿Qué es eso que tanto la gente idolatra,
y que llaman Patria?
¿Es algo que dicta una ley?
¿Una letra muerta escrita en un papel?
¿O acaso esos ríos que corren furiosos
abriendo sus cauces entre las montañas?
Ríos caudalosos…..
Volcanes gigantes guardando sus fuegos entre sus entrañas…..
El aire que encierra los tantos mensajes
que escriben historias
de héroes fantásticos…..preciosos paisajes
que guardan sus glorias…..
Y aquél alimento que surge venciendo la tierra
que abona sus fuertes raíces,
que nos dan la vida cuando se nos llegan
los días oscuros con sus noches grises…..
El árbol que ofrece sus frutos de tantos sabores,
que nos da una sombra que se extiende al suelo como sueva alfombra.
Si esa es la Patria, ¡Bendita ella sea¡
¡Brillen sus honores!
II
O acaso es esa otra con todas sus gentes
y todos sus sueños, y todas sus ansias,
y todas sus dudas, brazos impotentes
que una vez supieron ser brazos valientes.
Y sus meretrices,
vendiendo sus cuerpos por unas monedas,
con sus días tristes, sus días de penas,
y la vida yéndose ante sus narices.
Con sus grandes circos vendiendo alegrías,
risas que no llenan el hambre que muerde….
…..El hombre se pierde
en el crudo enredo de sus fantasías…..
Y unos que caminan, de saco y corbata,
que se dicen sabios,
pobladores de las academias,
cerebros-anemia
a quienes su orgullo la moral les mata;
que gastan la vida haciendo unos libros que nadie discute
porque no se quedan más que entre los labios.
III
…..Hay noches serenas,
noches en que el viento se lleva la breña.
¡Sí que hay noches buenas!
Y en ellas, el hombre se levanta y sueña.
Pero pasan rápido y vuelven los truenos
que anuncian tormentas cargadas de espanto,
y regresa el llanto
de los hombres buenos…..
IV
¿Cuál es, pues, la patria? ¿La de los contentos?
¿Es esa figura de que hablan las leyes?
Letras que repiten los niños que van a la escuela
para que les cuenten cuentos.
Y gritan aquellos que viven en los parlamentos.
Patria triquiñuela que emboba al humilde,
que mata al honrado,
que ha sacrificado
tantos de sus hombres que han luchado en vano
por un ideal que al final no existe.
Patria que ha soñado ser libre sin serlo.
Y cuesta creerlo,
pero ha sido esclava de sus propios hijos
llenos de prejuicios.
¿Es esa la patria? La que es un lamento.
La Patria de niños famélicos, de madres de rostro agachado;
del padre que implora cuando el niño llora, y se queda callado
pues no tiene el medio que le dé el sustento.
La Patria del cuento,
de la letra muerta,
es la patria muda
con sus realidades tocando a la puerta.
V
Un día, la puerta se quitó el candado
que la resguardaba del ataque infame,
de aquél opresor que buscaba sus oros,
y todos sus otros tesoros;
y el indio que asoma, y tras quinientos años,
se da cuenta entonces que nada ha pasado,
que el reloj del tiempo se le ha detenido
mientas él estaba dormido, dormido,
dejando que avance aquél yugo que muerde.
Y el indio se pierde…..
Por eso, por esos lugares, todavía, hermano, camina el Quijote
con sus Sanchos Panzas cubriendo la espalda,
y defiende el indio su hermoso cenote
que el agua de vida le guarda…..
Mas también por ella caminan unos caballeros
blandiendo sus lanzas sobre los penachos
del indio valiente que aun se resiste….
El indio está triste,
mira a los gigantes montando sus machos
rudos y ligeros.
Le engañan espejos
que surten misterios con tantos reflejos
cuando la luz llega y les cambia los ojos,
que se vuelven rojos
de tanto mirarlos.
VI
Díganme cuál Patria para así cantarle
con el tono grave del alma que implora,
o con el acento del que se la roba.
Díganme cuál Patria que quiero abrazarle.
VII
¡Cantemos, hermanos, un himno a la Patria
que es la Patria nuestra!
¡Estamos de fiesta!
II
EL ARMA EN LA MANO
El arma en la mano,
se sacude el viento.
Un pecho que se abre,
se esfuma un aliento.
Allí está el soldado
con su vestimenta,
su casco apretado,
la muerte en su mente.
Se escucha la orden
y el disparo llega.
El hombre que cae,
y el dolor que queda
en la viuda triste
y el niño que llora,
y un pueblo que gime
por la paz que implora.
Arropó el silencio
aquél acto infame.
Pero quedó al viento
la historia, el reclamo.
El arma en la mano,
se sacude el viento.
Ha muerto un hermano,
¡Qué triste el momento!
III
ATADO AL PALO SECO QUE UNA VEZ FUERA UN ROBLE.
Atado al palo seco que una vez fuera un roble,
extraviada la vista, ya espera la descarga.
Es su culpa el ser indio y llevar vida amarga
cargando a sus espaldas el dolor de ser pobre.
El pelotón apunta, y a la voz del sargento
se escucha en el silencio la ráfaga asesina.
Todo termina rápido. Sólo se escucha el viento,
y el llanto de una madre rendida ante la inquina.
Se dobla el cuerpo indígena, hijo de aquella tierra,
se inclina el duro rostro sobre el pecho sin vida.
Fue cosa de un instante…..se terminó la guerra,
y se ahogó la lucha en la sangre vencida.
¿Cuántos fueron? ¡Qué importa! Al decir, fueron todos.
El indio originario se quedó sin sustento…..
…..Es la historia que, necia, sigue, de todos modos
Apagando las voces, silenciando el aliento.
IV
PATRIA, TIERRA DE MESTIZOS Y DE MAZORCAS.
Patria esta mía, tierra de mestizos y de mazorcas
donde se abre la sal llenando de sudor la frente,
donde corre el mandril vestido de caballo
rozando las veredas con sus cascos robados al venado.
Aquí dicen que tuvo que morir el bosque
porque el aire se hubo de ocultar un rato
para, después, ya puro, que volvieran los esdrújulos
montando nunca vistos cuadrúpedos mayores.
Se hicieron con sus lanzas venciendo las esquinas dormidas,
atravesando los penachos y las flores,
y con sus dos espuelas aguijoneando las carnes
del centauro que les iba cargando.
Al final, cuando hubieron acabado con todo
se fueron como huyendo del hambre amenazante.
y de nuevo volvieron a florecer los bosques,
y volvieron también mestizos y mazorcas,
y el aire se hizo otra vez cálido
de tanto que rozaban los hombres sus esquinas.
Llovió de nuevo a cántaros
y sobraron los peces…..
Y este pueblo, antes triste,
a cuyos cacicazgos vencieron los cascos y corazas,
volvió a la caza del cunicuil y del pezote,
y volvió a ser el reino de mestizos y mazorcas,
y eso somos ahora:
patria, pueblo de mestizos y mazorcas
a quien el sol curtió sus pieles
volviéndolos adoradores de cipactlis y pacunes.
El tiempo, con su llaga,
avanza, pero avanza en retroceso.
Pareciera que llega una nueva conquista,
¡El eterno retorno!
porque andan unos gavilanes haciendo sus piruetas
cruzando el cielo y viendo hacia los montes
donde futuras y atontadas presas
medran sin darse cuenta de su fatal futuro.
Eso se lo contaron a un Atlacatl desnudo
que ni él se daba cuenta de si había existido
o había sido sólo más bien un espejismo.
Y dijo, despertándose en su tumba, que eso ya lo sabía,
que era la misma historia que siempre le contaban
los chalanes, los brujos, y hasta los charlatanes
mientras iban recorriendo los lodos de sus porquerizas
y trepando en los árboles buscando copinoles.
Patria, pueblo de mestizos y mazorcas….
El indio lleno de penachos de pájaros de oro,
y aquél centauro esdrújulo que apenas conoció sus selvas,
juntaron sus pijamas, y dieron luz
a un pueblo confundido que no entendió esa historia.
Hoy, como siempre, nuevos gavilanes
van surcando los cielos con sus nubes aladas,
y esperan con paciencia que exhalen el último suspiro
para volver a devorar el bosque enrareciendo el aire.
Vamos, pues, a ser ciervos de nuevos señoríos.
Abramos nuestros pechos a las lanzas mortales,
que si de algo la historia nos llama y se repite
es para ser los súbditos del poder que se rapta
escondido en caminos nebulosos y oscuros,
para después surgir, de nuevo el aire enrarecido
y al bosque inútil que ni siquiera oculta.
V
LA MANO TENDIDA, CUBIERTA DE TIERRA.
La mano tendida, cubierta de tierra,
mortal es el signo en el rostro, ya seco.
Y todos la miran. Niña sólo era.
Ahora no es más niña; ahora es recuerdo.
Duerme el uniforme, duerme satisfecho.
Cumplió la jornada…..disparó al silencio…..
La bala, ya loca, se perdió en el eco
cayendo en el rostro de aquél tierno cuerpo.
Ella no lo supo. Breve la agonía.
El fuego en la entraña…..no entendió el suceso…..
Le mordió la bala sus ansias de vida,
Y no le dio tiempo…..El cuerpo en el suelo…..
Ya murió la niña…..Se murió en su ensueño…..
El soldado duerme. Cumplió la faena.
Feliz es su rostro, el gozo le llena…..
¡No se ha dado cuenta que ha muerto en el sueño!