Gloria Silvia Orellana @GloriaCoLatino La Emergencia Nacional por la Pandemia del COVID-19 pasó factura a los tradicionales eventos y desfiles estudiantiles y cívicos que fueron cancelados como una medida de prevención de contagios. Este año en sus fiestas patrias, San Salvador lució como una nación con dos rostros, mientras unos helicópteros y aviones surcaron el cielo de la ciudad ondeando la bandera nacional. La Coordinadora Sindical Salvadoreña realizó una protesta por la situación de exclusión social. La marcha de sindicalistas de la CSS y estudiantes de la Universidad de El Salvador (UES) llegó hasta el monumento dedicado a la memoria de los estudiantes mártires del 30 de julio de 1975, en donde reiteraron la continuidad de su lucha social que parte del respeto de los derechos fundamentales de la población. Los contrastes de discursos del presidente Nayib Bukele y Rafael Méndez de la CSS, parten desde la concepción de “independencia”, para el primero, los salvadoreños pueden “elegir de nuevo nuestra propia independencia” y “girar hacia la dirección correcta”. Mientras, Méndez, argumentó “que se conmemoran 199 años de una supuesta independencia, a la que queremos desenmascarar, porque lo que ocurre en el país, no tiene nada que ver con una verdadera soberanía e independencia”. Sin importar el azul y blanco, que predominó en algunos lugares, en recordatorio del logro de una república, el sindicalista reiteró que ningún Estado puede denominarse democrático, sin garantizarle a la población “derechos fundamentales como una vida digna, salud, vivienda, trabajo y respeto a la libertad sindical, libertad de expresión y asociación”. En cuanto al “heroísmo” el presidente Bukele hizo alusión al trabajo realizado por el personal de salud, en medio de la pandemia del COVID-19. Así como, su reconocimiento a la Fuerza Armada y Policía Nacional Civil, quienes han ejercido el control de la población. “Este día que conmemoramos hoy dimos un paso, dejamos de ser una colonia extranjera. La independencia es eso, un proceso que se trabaja con altos y bajos que al final es un anhelo al que queremos llegar”, afirmó el presidente Bukele. Méndez, de la CSS, señaló que los niveles de discriminación social, económica, cultural o la educativas que carece de calidad científica, en todos los niveles, es una amplia brecha que solo va a generar pérdida para generaciones completas de salvadoreños. El tema económico y su rescate fue mencionado por el mandatario, quien señaló, que desde abril pasado, la Asamblea Legislativa, tiene en sus manos el proyecto para reactivar la economía y agro del país. Para los sindicalistas una patria independiente no puede construirse, sobre la base de la inseguridad alimentaria, el alto número de despidos, y la amenaza de privatización de servicios básicos como la salud o el agua. Y la venta de activos, como la Lotería Nacional, que estará en manos de una empresa extranjera. Méndez dijo: “Como coordinadora Sindical Salvadoreña continuaremos impulsando nuestra plataforma reivindicativa y programa de lucha que contempla el no pago de la deuda externa, el incremento del salario mínimo que dicta la Constitución de la República. Y dejar las directrices del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) bajo los intereses del gobierno de los Estados Unidos, porque sino, no podemos hablar de independencia o soberanía nacional”, indicó.

 

 

LA PATRIA CELEBRA.

I

¡La Patria celebra! ¿Qué es eso?

¿Qué es eso que tanto la gente idolatra,

y que llaman Patria?

¿Es algo que dicta una ley?

¿Una letra muerta escrita en un papel?

¿O acaso esos ríos que corren furiosos

abriendo sus cauces entre las montañas?

Ríos caudalosos…..

Volcanes gigantes guardando sus fuegos entre sus entrañas…..

El aire que encierra los tantos mensajes

que escriben historias

de héroes fantásticos…..preciosos paisajes

que guardan sus glorias…..

Y aquél alimento que surge venciendo la tierra

que abona sus fuertes raíces,

que nos dan la vida cuando se nos llegan

los días oscuros con sus noches grises…..

El árbol que ofrece sus frutos de tantos sabores,

que nos da una sombra que se extiende al suelo como sueva alfombra.

Si esa es la Patria, ¡Bendita ella sea¡

¡Brillen sus honores!

II

O acaso es esa otra con todas sus gentes

y todos sus sueños, y todas sus ansias,

y todas sus dudas, brazos impotentes

que una vez supieron ser brazos valientes.

Y sus meretrices,

vendiendo sus cuerpos por unas monedas,

con sus días tristes, sus días de penas,

y la vida yéndose ante sus narices.

Con sus grandes circos vendiendo alegrías,

risas que no llenan el hambre que muerde….

…..El hombre se pierde

en el crudo enredo de sus fantasías…..

Y unos que caminan, de saco y corbata,

que se dicen sabios,

pobladores de las academias,

cerebros-anemia

a quienes su orgullo la moral les mata;

que gastan la vida haciendo unos libros que nadie discute

porque no se quedan más que entre los labios.

III

…..Hay noches serenas,

noches en que el viento se lleva la breña.

¡Sí que hay noches buenas!

Y en ellas, el hombre se levanta y sueña.

Pero pasan rápido y vuelven los truenos

que anuncian tormentas cargadas de espanto,

y regresa el llanto

de los hombres buenos…..

IV

¿Cuál es, pues, la patria? ¿La de los contentos?

¿Es esa figura de que hablan las leyes?

Letras que repiten los niños que van a la escuela

para que les cuenten cuentos.

Y gritan aquellos que viven en los parlamentos.

Patria triquiñuela que emboba al humilde,

que mata al honrado,

que ha sacrificado

tantos de sus hombres que han luchado en vano

por un ideal que al final no existe.

Patria que ha soñado ser libre sin serlo.

Y cuesta creerlo,

pero ha sido esclava de sus propios hijos

llenos de prejuicios.

¿Es esa la patria? La que es un lamento.

La Patria de niños famélicos, de madres de rostro agachado;

del padre que implora cuando el niño llora, y se queda callado

pues no tiene el medio que le dé el sustento.

La Patria del cuento,

de la letra muerta,

es la patria muda

con sus realidades tocando a la puerta.

V

Un día, la puerta se quitó el candado

que la resguardaba del ataque infame,

de aquél opresor que buscaba sus oros,

y todos sus otros tesoros;

y el indio que asoma, y tras quinientos años,

se da cuenta entonces que nada ha pasado,

que el reloj del tiempo se le ha detenido

mientas él estaba dormido, dormido,

dejando que avance aquél yugo que muerde.

Y el indio se pierde…..

Por eso, por esos lugares, todavía, hermano, camina el Quijote

con sus Sanchos Panzas cubriendo la espalda,

y defiende el indio su hermoso cenote

que el agua de vida le guarda…..

Mas también por ella caminan unos caballeros

blandiendo sus lanzas sobre los penachos

del indio valiente que aun se resiste….

El indio está triste,

mira a los gigantes montando sus machos

rudos y ligeros.

Le engañan espejos

que surten misterios con tantos reflejos

cuando la luz llega y les cambia los ojos,

que se vuelven rojos

de tanto mirarlos.

VI

Díganme cuál Patria para así cantarle

con el tono grave del alma que implora,

o con el acento del que se la roba.

Díganme cuál Patria que quiero abrazarle.

VII

¡Cantemos, hermanos, un himno a la Patria

que es la Patria nuestra!

¡Estamos de fiesta!

II

EL ARMA EN LA MANO

El arma en la mano,

se sacude el viento.

Un pecho que se abre,

se esfuma un aliento.

Allí está el soldado

con su vestimenta,

su casco apretado,

la muerte en su mente.

Se escucha la orden

y el disparo llega.

El hombre que cae,

y el dolor que queda

en la viuda triste

y el niño que llora,

y un pueblo que gime

por la paz que implora.

Arropó el silencio

aquél acto infame.

Pero quedó al viento

la historia, el reclamo.

El arma en la mano,

se sacude el viento.

Ha muerto un hermano,

¡Qué triste el momento!

III

ATADO AL PALO SECO QUE UNA VEZ FUERA UN ROBLE.

Atado al palo seco que una vez fuera un roble,

extraviada la vista, ya espera la descarga.

Es su culpa el ser indio y llevar vida amarga

cargando a sus espaldas el dolor de ser pobre.

El pelotón apunta, y a la voz del sargento

se escucha en el silencio la ráfaga asesina.

Todo termina rápido. Sólo se escucha el viento,

y el llanto de una madre rendida ante la inquina.

Se dobla el cuerpo indígena, hijo de aquella tierra,

se inclina el duro rostro sobre el pecho sin vida.

Fue cosa de un instante…..se terminó la guerra,

y se ahogó la lucha en la sangre vencida.

¿Cuántos fueron? ¡Qué importa! Al decir, fueron todos.

El indio originario se quedó sin sustento…..

…..Es la historia que, necia, sigue, de todos modos

Apagando las voces, silenciando el aliento.

IV

PATRIA, TIERRA DE MESTIZOS Y DE MAZORCAS.

Patria esta mía, tierra de mestizos y de mazorcas

donde se abre la sal llenando de sudor la frente,

donde corre el mandril vestido de caballo

rozando las veredas con sus cascos robados al venado.

Aquí dicen que tuvo que morir el bosque

porque el aire se hubo de ocultar un rato

para, después, ya puro, que volvieran los esdrújulos

montando nunca vistos cuadrúpedos mayores.

Se hicieron con sus lanzas venciendo las esquinas dormidas,

atravesando los penachos y las flores,

y con sus dos espuelas aguijoneando las carnes

del centauro que les iba cargando.

Al final, cuando hubieron acabado con todo

se fueron como huyendo del hambre amenazante.

y de nuevo volvieron a florecer los bosques,

y volvieron también mestizos y mazorcas,

y el aire se hizo otra vez cálido

de tanto que rozaban los hombres sus esquinas.

Llovió de nuevo a cántaros

y sobraron los peces…..

Y este pueblo, antes triste,

a cuyos cacicazgos vencieron los cascos y corazas,

volvió a la caza del cunicuil y del pezote,

y volvió a ser el reino de mestizos y mazorcas,

y eso somos ahora:

patria, pueblo de mestizos y mazorcas

a quien el sol curtió sus pieles

volviéndolos adoradores de cipactlis y pacunes.

El tiempo, con su llaga,

avanza, pero avanza en retroceso.

Pareciera que llega una nueva conquista,

¡El eterno retorno!

porque andan unos gavilanes haciendo sus piruetas

cruzando el cielo y viendo hacia los montes

donde futuras y atontadas presas

medran sin darse cuenta de su fatal futuro.

Eso se lo contaron a un Atlacatl desnudo

que ni él se daba cuenta de si había existido

o había sido sólo más bien un espejismo.

Y dijo, despertándose en su tumba, que eso ya lo sabía,

que era la misma historia que siempre le contaban

los chalanes, los brujos, y hasta los charlatanes

mientras iban recorriendo los lodos de sus porquerizas

y trepando en los árboles buscando copinoles.

Patria, pueblo de mestizos y mazorcas….

El indio lleno de penachos de pájaros de oro,

y aquél centauro esdrújulo que apenas conoció sus selvas,

juntaron sus pijamas, y dieron luz

a un pueblo confundido que no entendió esa historia.

Hoy, como siempre, nuevos gavilanes

van surcando los cielos con sus nubes aladas,

y esperan con paciencia que exhalen el último suspiro

para volver a devorar el bosque enrareciendo el aire.

Vamos, pues, a ser ciervos de nuevos señoríos.

Abramos nuestros pechos a las lanzas mortales,

que si de algo la historia nos llama y se repite

es para ser los súbditos del poder que se rapta

escondido en caminos nebulosos y oscuros,

para después surgir, de nuevo el aire enrarecido

y al bosque inútil que ni siquiera oculta.

V

LA MANO TENDIDA, CUBIERTA DE TIERRA.

La mano tendida, cubierta de tierra,

mortal es el signo en el rostro, ya seco.

Y todos la miran. Niña sólo era.

Ahora no es más niña; ahora es recuerdo.

Duerme el uniforme, duerme satisfecho.

Cumplió la jornada…..disparó al silencio…..

La bala, ya loca, se perdió en el eco

cayendo en el rostro de aquél tierno cuerpo.

Ella no lo supo. Breve la agonía.

El fuego en la entraña…..no entendió el suceso…..

Le mordió la bala sus ansias de vida,

Y no le dio tiempo…..El cuerpo en el suelo…..

Ya murió la niña…..Se murió en su ensueño…..

El soldado duerme. Cumplió la faena.

Feliz es su rostro, el gozo le llena…..

¡No se ha dado cuenta que ha muerto en el sueño!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Ilustración de Iván Alvarenga. Sin título. Portada Suplemento Cultural Tres Mil, sábado 14 diciembre 2024