Caralvá
Escrito y fundador de suplemento 3000
La versión original fue una serie radiofónica que José Ignacio y María López Vigil escribieron para SERPAL su primera edición en 1982 ese es Un tal Jesús: La buena noticia contada al pueblo de América Latina /José Ignacio y María López Vigil – San Salvador: UCA editores, 1992 – 580 pág. La memoria de aquellos años ochentas en plena guerra civil cuando arreciaba el terrorismo de Estado, la persecución de civiles, la muerte acampando en cualquier calle de la nación y la vida multiplicada en la esperanza por una paz extraviada hace muchos años de autoritarismo militar, se iluminaba con pequeñas oraciones cristianas que reposaban en el corazón del pueblo.
Algunos párrafos de su introducción: Del Cristo palestinense al Cristo de la fe, identifican el espíritu de la obra, «La historia de la salvación pasa por la historia de los hombres. No hay otra historia que la humana, ni otra vida que la humana, ni otro lugar que la tierra para anunciar y realizar progresivamente el Reino de Dios» pág 23 Idem, estos elementos son tesis teológicas que aún en nuestro tiempo provocan escándalo, aún ahora muchos que no quieren ver más allá de los muros que encierran sus fanatismos y supersticiones.
R. Bultmann afirmó: «Jesús no fue cristiano, sino un judío» pág 21 Idem, la categoría es tal que trasciende el contexto tradicional religioso, ubica temporalidad, humanidad e incluso situación histórica la cual invita a la comprensión, más que a la interminable discusión teórica, pues no se trata de excluir o incluir nacionalidades, pueblos, etnias, etc., afortunadamente la vida de Jesús es más universal que particular, el apartado introductorio es firmado por Benjamín Forcano, José-Ramón Guerrero, Julio Lois.
Otras palabras de Ignacio Ellacuría en el artículo: «Una obra importante» cierran la introducción, sus palabras no solo recuerdan a Monseñor Romero con su ejemplo de vida, sino también su propio ejemplo, siete años antes de su asesinato junto a sus compañeros jesuitas en noviembre de 1989… tanto Romero como Ellacuría transformaron el evangelio teórico en su práctica vital, ahora ese crimen es para detractores y perseguidores una manifiesta vergüenza mundial, ellos comprendieron que la diferencia fundamental entre las acciones declarativas y las discusiones infinitas de los que dicen seguir a «Cristo a su modo», debía someterse a la realidad con el ejemplo de sus propias vidas al enfrentarse al poder terrestre con su verdad, asumiendo el mismo destino del Jesús histórico.
«Un tal Jesús se sitúa desde los evangelios -claro está- antes de los evangelios. Como es sabido, los evangelios no son relatos puramente históricos, sino que son primariamente la expresión del recuerdo y de la fe de las comunidades primitivas, muchas de las cuales habían vivido más intensamente la experiencia del Resucitado que el recuerdo del Crucificado. Son relatos en los que ya aparece muy explícitamente que «Jesús es el Señor»; pero, por lo mismo, son relatos en que no se nos transmite la experiencia constatable de los que fue su vida histórica. El esfuerzo de Un tal Jesús es situarse en esa experiencia constatable de lo que fue su vida histórica» pág 29 Idem.
Ahora a la luz de la Historia afirmamos que Monseñor Romero, Ignacio Ellacuría y otros, representan la vida de Jesús Histórico en la tierra, en esta pequeña nación privilegiada por ejemplos trascendentales.
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