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Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter
Está a la orden del día la defensa de las conquistas populares alcanzadas en el proceso de lucha revolucionaria, y para ello es meritorio recordar que es posible la transformación de las sociedades cuando cobran fuerza las ideas de justicia social, de libertad, soberanía y se cree en el pueblo. Traer al presente a quienes con su vida han dado muestras de esta verdad es algo más que justo para la memoria de nuestros héroes y mártires, es una necesidad para fortalecer las convicciones de aquellas y aquellos que en el presente aceptamos el reto de luchar en defensa del pueblo, en defensa de lo justo. En este contexto, los líderes del Frente Democrático Revolucionario (FDR), representan un digno ejemplo para las generaciones presentes.
El 27 de noviembre de 1980, fueron secuestrados y posteriormente torturados y asesinados los integrantes del Consejo Ejecutivo del FDR: Enrique Álvarez Córdova, Juan Chacón, Manuel Franco, Enrique Escobar Barrera, Humberto Mendoza y Doroteo Hernández. Los sacaron del Colegio Externado de San José en el centro de San Salvador y luego aparecieron sus cuerpos con señales de tortura en el municipio de Ilopango. El FDR representó la concurrencia de fuerzas políticas y sociales que luchaban con la claridad de ser parte de un movimiento revolucionario plural, no armado y consciente de que bajo la dictadura oligárquica era imposible alcanzar un gobierno electo por las mayorías y que trabajara en beneficio de las mayorías. Su planteamiento programático se sintetizaba como “Gobierno Democrático-Revolucionario” e incluía reivindicaciones como la Reforma Agraria, educativa, bancaria y del comercio exterior, entre otras.
El empresario y ex Ministro de Agricultura, Enrique Álvarez Córdova era el Presidente del Movimiento de Profesionales y Técnicos (MIPTES), y en representación de éste se integró al FDR. Prominente miembro de una de las familias que, por su condición económica, era parte de la oligarquía, pero por su sensibilidad social y sus conceptos políticos se convirtió en un revolucionario. Luego de su asesinato le sucedió en el MIPTES el ingeniero Eduardo Calles y en el FDR, Guillermo Manuel Ungo (Secretario General del Movimiento Nacional Revolucionario MNR).
La conformación del FDR expresó convicción de lucha, un suceso político de unidad frente a la represión y empecinamiento de los grupos de poder por impedir los cambios que el pueblo reclamaba; fue integrado por el Frente Democrático, conformado por el MNR, una escisión de la democracia cristiana, el MIPTES y la Coordinadora Revolucionaria de Masas, así como un conjunto de organizaciones laborales y, como observadores, la Universidad de El Salvador y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
Enrique Álvarez Córdova había sido varias veces, y por cortos espacios de tiempo, Ministro de Agricultura; la última vez con la Primera Junta Revolucionaria de Gobierno que resultó del golpe de Estado el 15 de octubre de 1979 y de la cual formó parte el Doctor Guillermo Manuel Ungo. Álvarez Córdova fue el impulsor del Decreto Ejecutivo No. 7, que prohibió la partición de las grandes propiedades de tierra por venta, reparto o herencia; comprendía que esta era la condición de una reforma agraria. En su concepto, esto era más que entrega de tierras a quienes la trabajaban, pues el Estado debía ayudar a crear condiciones de productividad en beneficio de la gente y de la economía.
Cada uno de los líderes del FDR encierra virtudes y méritos que debemos conocer y reconocer; pero sin lugar a dudas el origen social y poder económico de Álvarez Córdova le hace merecedor de un reconocimiento particular; antes de ser Ministro de la Junta, había realizado la transformación de su propia hacienda, entregándola a sus trabajadores en forma de Cooperativa El Jobo, de Sonsonate; en ese mismo lugar nos costó convencerle para ser nuevamente Ministro de Agricultura, tarea que nos correspondió realizar a Manuel Franco y a mi persona.
Su visión era profunda, el aseguraba que la oligarquía y los militares no permitirían realizar un cambio en ese experimento. Tenía razón, fue preciso mucho más.
El Presidente Salvador Sánchez Cerén, fue una de las personas que supo tratarlo, y hoy, en su condición de mandatario, nos lo recuerda en su programa “Gobernando con la Gente”, desarrollado en Santiago Nonualco, al señalar: “Sabemos que es difícil emprender las tareas cuando se trata de beneficiar a los más humildes, a los más pobres; nuestra sociedad no está acostumbrada a ello,…es lo que queremos transformar en El Salvador”. Y si es hasta hoy, que con gobiernos del FMLN, los dueños de la tierra tienen sus títulos de propiedad, se culmina así el proceso que empezó Álvarez Córdova.
Defender las conquistas y lograr otras es hacer homenaje a los líderes del FDR en el 36 aniversario de su asesinato.
