Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“La gran decepción en realidad es que la Fiscalía General haya entregado el caso a la jueza local (Dulce Nombre de María, Chalatenango), porque eso va a tardar, es mi impresión, y tengo miedo que se convierta en muchos años más para obtener justicia”, dijo Gert Kuiper, hermano menor de Jan Kuiper, uno de los periodistas holandeses asesinado por unidades del ejército.
“Ahora qué pueden perder (los militares), ya tienen más de 60 años, y también, si tuvieron el valor de abrir la boca y ordenar el asesinato, les pido, les insisto, que abran la boca y digan la verdad”, expresó Kuiper.
Los familiares de los periodistas Jan Kuiper y Hans ter Laag fueron acompañados por la Embajadora del Reino de los Países Bajos para Centroamérica, Christine Pirenne, y el Embajador de la Unión Europea en El Salvador, François Roudié, quienes brindaron su acompañamiento y apoyo.
“Es un crimen de Lesa Humanidad, 40 años han sido una herida abierta para los familiares, pero también para la sociedad holandesa. No se puede cometer un asesinato sin consecuencias, porque eso comunica a periodistas de hoy, que se puede hacer eso, pedimos como gobierno nada más, ni nada menos que justicia en este caso”, dijo Pirenne, embajadora de los Países Bajos.
Mientras, François Roudié, embajador de la UE, expresó: “Mi presencia acá es para marcar el apoyo a todos los europeos, porque las heridas no se cierran sin justicia. Recordamos y exigimos verdad y justicia”, manifestó.
Gert Kuiper, al recordar a Jan, reveló: “siento una obligación moral hacia mi hermano”, a quien describió como una persona sensible, inteligente, provocativo y curioso como le exigía su carrera en el periodismo, que ejerció en su última etapa para la cadena IKON TV, un medio de comunicación eclesiástico holándes.
Fue corresponsal en Alemania del Este y Oeste, Rusia, publicó muchos artículos informativos en la época de la “Guerra Fría”, así también, viajó a América Latina en las décadas de los años 70 y 80, durante las dictaduras militares y conflictos armados internos de países como Colombia, Chile y en su última etapa Centroamérica y El Salvador.
“Provenimos de una familia evangélica – o protestante- de Holanda, fuimos educados por nuestros padres con un gran sentido por la justicia en general, que tiene su origen en la Biblia, de no vivir solo para sí mismo sino también para la sociedad y eso impactó a mi hermano Jan en su trabajo, porque tenía un gran compromiso con la justicia”, recordó Kuiper.
Koos Koster, Jan Kuiper, Hans ter Laag y Joop Willemsen, periodistas de la cadena IKON Tv de Holanda, fueron asesinados la tarde del 17 de marzo de 1982, cuando eran guiados por cinco miembros -en ese entonces- del movimiento insurgente Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), para realizar una entrevista a los líderes de la guerrilla.
La emboscada y crimen ocurrió en el desvío a Santa Rita, que se encuentra en la carretera que lleva de San Salvador a Chalatenango, que tendió una patrulla del Batallón Atonal, por órdenes del coronel Mario A. Reyes Mena, comandante de la 4a Brigada de Infantería, y con conocimiento de otros oficiales de alto rango, según describe el Informe de la Comisión de la Verdad “De la Locura a la Esperanza”, divulgado el 15 de marzo de 1993.
Los Familiares de los cuatro periodistas holandeses junto a la Fundación Comunicándonos y ASDEHU, interpusieron una acusación particular ante el Juzgado de Primera Instancia de Dulce Nombre de María, Chalatenango, lugar cercano al desvío de Santa Rita, donde fueron asesinados Koos Koster, Jan Kuiper, Hans ter Laag y Joop Willemsen.
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR), retomando la sentencia de la Sala de lo Constitucional de 2016, que derogó la Ley de Amnistía, presentó la acusación formal en 2018, determinando que el caso se ventilara en el Juzgado de Primera Instancia de Dulce Nombre de María.
“Nosotros no hemos registrado ni hemos encontrado voluntad política de la Fiscalía General de la República, para poder empujar, ayudar y acompañar todo este proceso de búsqueda de la verdad y la justicia. Por eso repetimos que la impunidad de ayer, es la impunidad de hoy”, declaró, Oscar Pérez, director de la Fundación Comunicándonos.
“El trabajo de la Fiscalía General de la República, para decirlo diplomáticamente, ha sido discreto”, agregó, Pedro Cruz, abogado de la Asociación Salvadoreña por los Derechos Humanos (ASDEHU) y representante de la parte acusadora particular en el caso de los periodistas.
“En cuanto a la actividad del órgano Judicial, es bueno recordar que la Fiscalía decidió tramitar este caso conforme a las reglas de 1973, con los códigos (Penal y Procesal Penal) de aquella época, entonces, este procedimiento da un rol protagónico al juez, es decir, tiene un papel similar al que tiene la Fiscalía actualmente, no igual pero si similar”, explicó.
“En el Juzgado también notamos que no existe un impulso de oficio del caso de los periodistas como una iniciativa por investigar, pero también debemos reconocer que la jueza de Dulce Nombre de María ha permitido el trabajo de la parte acusadora particular y accedido a las peticiones que hemos realizado permite nuestro trabajo, pero no lleva de oficio la investigación”, agregó Cruz.
En cuanto a la Fiscalía, señaló Cruz que desde la presentación del caso en el Juzgado de Primera Instancia en el municipio de Dulce Nombre de María, afirmó que “no hemos sabido más de ellos”.
Mientras, Oscar Pérez opinó que otro aspecto medular en el asesinato de los cuatro periodistas holandeses es la apertura de los “archivos militares” y el acceso a la información que resguarda el Estado Mayor de la Fuerza Armada, la que han solicitado al Instituto de Acceso a la Información Pública, reiteradamente .
“Queremos que nos brinden la información que tiene el Estado Mayor de la Fuerza Armada, ya sea de tipo administrativa, órdenes, listados, porque sabemos que, están en ese lugar. Se han presentado 20 solicitudes a lo largo del proceso y de esas solo nos han entregado 3, el listado del batallón que estaba activo, jefes de la Policía de Hacienda y jefes del Estado Mayor que estaban en ese momento, sin otra información”, afirmó.
“Incluso, el abogado representante de la Fuerza Armada, ante el IAIP, dijo que no sabía si había existido o no el batallón Atonal, así que, le ofrecimos el libro en donde detallan todo el accionar de este batallón, y con esto reitero que la apertura de los archivos militares son muy importantes”, acotó Pérez.
Ese 16 de marzo se realizó una reunión en el Cuartel El Paraíso, Chalatenango, en donde se reunieron personeros de la extinta Policía de Hacienda, Estado Mayor Conjunto, el coronel Mario Reyes Mena -quien dio la orden a la patrulla- de emboscar a los periodistas holandeses y militares de alto rango del batallón Atonal, a quienes les solicitaron información crucial de esa época, señaló.
“Les solicitaron información de esas fechas sobre los vuelos que realizaron los helicópteros entre San Salvador al cuartel El Paraíso, los horarios de esos vuelos y objetivos de las misiones, pero al final afirmaron no tener conocimiento de los hechos”, refirió.
“Los archivos militares son tan importantes para este caso, como para el resto de casos, el director de la Policía de Hacienda que entrevistó a los 4 periodistas ese 15 de marzo en ese cuartel, antes de su asesinato el 17 de marzo, quienes han dicho que todos los archivos, luego de cerrarse ese cuerpo policial, fueron entregados al Estado Mayor de la Fuerza Armada, entonces, la información debe estar en algún lado”, puntualizó Pérez.
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