Ramón Suizo
Diario Co Latino
El jueves 14 de marzo campesinas y campesinos de las comunidades La Bermuda, Papaturro, Marianela García, Las Américas-La Pedrera, San Rafael La Bermuda, El Milagro, El Barío y Colectivos de San Salvador conmemoraron el 41 aniversario de la masacre de pobladores del Cerro de Guazapa que huyeron del operativo contrainsurgente de “Tierra Arrasada” del Ejército de salvadoreño.
Con los últimos rayos de luz del día se realizó una corta peregrinación de farolitos hasta las ruinas de la colonial Hacienda La Bermuda, donde tuvo lugar la masacre de 30 campesinos entre mujeres, ancianos y niños y la captura y el posterior asesinato de Marianela García Villas, Presidenta de la Comisión No Gubernamental de Defensa de los Derechos Humanos.
Con música y cantos de la revolución inconclusa del siglo pasado, testimonios de la masacre, una misa oficiada por el Padre Trini y con la denuncia de la reinstauración de la dictadura por el Clan de Los Bukeles se rindió tributo a las víctimas de la Masacre de La Bermuda.
LA HISTORIA DE LA MASACRE DE LA BERMUDA
En marzo de 1983, recién de regreso en sus humildes casas en el Cerro de Guazapa, cansados y hambrientos de largos días de huida de la Fuerza Armada, varios pobladores con heridas y todos doloridos por la pérdida de 250 familiares y compañeras y compañeros en la masacre del 28 de febrero en el Plan del Tenango y la Cuesta de Guadalupe, los pobladores del Cerro fueron avisados por el Poder Popular que el Ejército estaba por invadir otra vez Guazapa.
Por el cansancio acumulado de la pasada guinda los pobladores decidieron esconderse en los montes, quebradas y tatús del Cerro.
El 14 de marzo, una columna no operativos de la guerrilla, sanitarias, logística, educación y propaganda decidieron salir del cerco militar hacia la zona de Radiola, entre ellas iba Marianela García Villas, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES no-gubernamental), quién en las últimas semanas había recogido en Guazapa abundante material de prueba del uso por parte de la Fuerza Armada de Napalm y otras armas prohibidas por el derecho internacional, que iba a presentar en Ginebra, ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
A Marianela le habían asignado a la guerrillera SONIA para apoyarla en su tarea y al mismo tiempo para su seguridad.
La larga columna pasó en la profundidad de la noche frente a la colonial Hacienda de La Bermuda, sin saber que dentro estaba acampamentada una unidad del Ejército gubernamentel. Cuando el soldado de posta que se durmió se despertó, hubo un corto intercambio de gritos y la tropa abrió fuego sobre la columna, logrando matar a más de 30 campesinos y campesinas.
A Marianela la llevaron herida al Alto Mando de la Fuerza Armada en San Salvador, donde la torturaron y la asesinaron al darse cuenta de su identidad como presidenta de la CDHES.
En la madruga del 15, una columna guerrillera junto, con el Padre Tilo, llegaron al lugar de la masacre y dieron sepultura a los más de 30 masacrados de La Bermuda.
Durante la conmemoración también condenaron el genocidio cometido por el Régimen sionista en palestina y, además de patentizar la solidaridad con el Pueblo de Palestino