Licenciada Norma Guevara de Ramirios
El 10 de octubre próximo se cumplirán 44 años de la fundación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN.
Este partido se construyó para responder a una necesidad vital de luchar para derrotar la dictadura militar oligarquía que oprimía, reprimía y mantenía en miseria a la mayor parte del pueblo; se construyó como el mayor símbolo de unidad de organizaciones político-militares que, cada una por su propia cuenta, querían y se creían, como fuerzas revolucionarias, dispuestas a buscar un ideal: la construcción de una nueva sociedad, justa y humana.
Al surgimiento del FMLN le siguieron otros esfuerzos unitarios de las fuerzas políticas y sociales no armadas, que identificaban, sin embargo, la justeza de la lucha en su forma armada, no como la única, sino como la más desafiante frente a la dictadura.
Así, el Frente Democrático Revolucionario, FDR, expresó esa otra unidad y construyó con el FMLN el eje de la lucha político-diplomática, que puso la lucha del pueblo salvadoreño por su liberación en los distintos espacios sociales, políticos y gubernamentales en todos los continentes.
El Salvador sí era conocido por la valentía de su pueblo luchador, por el salvajismo de la dictadura, por la violación a los derechos humanos. Y ese conocimiento del mundo será el final del conflicto con el acompañamiento solidario de pueblos, de internacionalistas y del organismo intergubernamental más amplio del mundo, la ONU.
Ser izquierda y tener apoyo de gobiernos de distinto signo político, como los de Colombia, Venezuela, Argentina, México, Francia, España, Costa Rica, Panamá, fue el signo más claro de inteligencia de los liderazgos colectivos de las organizaciones fúndanles e integrantes del FMLN, jamás se dudó ser izquierda por tener buenas relaciones con gobiernos conservadores, como en ese entonces eran los de Colombia y Venezuela.
La Resistencia Nacional, el Ejército Revolucionario del Pueblo, el Partido Comunista de El Salvador, las Fuerzas Populares de Liberación y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (RN, ERP, PCS, FPL Y PRTC), eran organizaciones debidamente experimentadas a la hora de decidir unirse.
Respondieron a la necesidad imperiosa de enfrentar juntas a un enemigo del pueblo que masacraba, que perseguía hasta por leer un libro, por organizarse, por pedir aumento de salario, por defender la autonomía universitaria.
Nadie dudaba en el mundo y en la cabeza de cada militante de las organizaciones, estaba claro que éramos izquierda, y ser izquierda es estar, tener claridad de que, en la lucha de clases, el sistema político y las instituciones que en él se crean, están al servicio de las clases económica y políticamente dominantes, que estas clases y sus gobernantes están articulados con un sistema de dominación, que no es infalible.
El FMLN pasó varias etapas en estos años, forjarse, luchar con todas las formas de lucha, negociar unos acuerdos de paz que recrearon al país y abrieron una transición democrática, mientras las clases dominantes gobernaban, ganar espacios institucionales en municipios, diputaciones nacionales y centroamericanas, y dos períodos ganar la presidencia de la República. Todo eso con apoyo del pueblo, con aliados, incluso el que hoy nos gobierna inconstitucionalmente, fue parte de esos aliados.
Nada es absoluto, hay méritos, hay errores, hay aciertos y desaciertos, hay cambios en el contexto nacional y mundial, pero el FMLN ha dejado un vacío que corresponde a la izquierda, no es fácil de llenar por otros que se lo propongan, y solo puede ser llenado si el FMLN tiene el coraje de levantarse y ser de verdad izquierda, esto es identificar los problemas inmediatos y estructurales de nuestra sociedad y disponerse a ser opción.
Sí, se requiere coraje para aceptar que su origen es diverso y que la diversidad da fuerza, que para enfrentar al régimen fascista que tenemos debemos hacerlo potenciando alianzas con otros que luchan con consecuencia contra las injusticias que se comenten.
Este sencillo elemento es la clave para levantarse, para fortalecerse y volver a ser opción para la sociedad de hoy, que no es la misma de hace 44 años.
Desgraciadamente, después de perder la elección presidencial se cometió el error de creer que, con solo cambiar los dirigentes para poner el partido en manos de jóvenes sería suficiente; ha quedado demostrado que se ha instalado un pensamiento, que junto con el rechazo a quienes dirigieron el partido antes de esa pérdida electoral, se rechaza lo bueno, lo que puede ser aprendizaje para un momento como el que vivimos hoy.
No puede el FMLN ser como los alemanes que se enteraban de que los nazis mataban, capturaban opositores o inocentes y era como no ver. Aquí hay inocentes capturados, exfuncionarios perseguidos, opositores perseguidos, hay destrozo de lo poco que la democracia construyó, que se vulnera al pueblo y el FMLN guarda silencio, no articula lucha solo y en unión con otros.
Identificar lo que lastima a nuestro pueblo, y quien es el adversario o enemigo principal es fundamental, para motivar a la militancia y a los simpatizantes que aún esperan que el FMLN sea la opción de izquierda partidaria.
Hay llamados a discutir, pero sobre todo el llamado es a actuar como izquierda y no con indiferencia ante los problemas del pueblo, que se convierte automáticamente en beneficio de los que hoy nos gobiernan y están causando más destrucción y daños irreversibles, en corto o mediano plazo. El aniversario es un tiempo apropiado para discutir entre militantes, aunque para evitarlo algunos simplemente acusan e inventan leyendas. Será difícil sí, pero es necesario y posible para levantar a la izquierda.