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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
Flores, música, alfombras, velas y mucha oración, llena la visita a la Virgen de Guadalupe, la Morena del Tepeyac, la Guadalupana, de la feligresía que llegó a la Basílica para venerar su nombre, testifican sus milagros y pedir protección del cielo.
Los colores verde, rojo y blanco lucen brillantes al sol y la edad no condición para vestirse con ropa indígena, ser penitentes y recibir agua bendita a su salida de la visita. Siendo una fiesta nacional en México, la devoción por la Guadalupana se ha extendido en América Latina, en donde la imagen de la Morena del Tepeyac, concentra el principal centro de culto latinoamericano.
En El Salvador, la familia Arucha, elabora cada 12 de diciembre, una alfombra en honor a la Virgen de Guadalupe, a manera de tributo espiritual, en donde se combina el fervor, la fe y el arte. Y que como muchos salvadoreños, convertidos en peregrinos buscan su bendición.
César Arucha afirmó: “Esta alfombra es una ofrenda a nuestra Virgen de Guadalupe, somos una familia muy católica y nos une la fe. Este año estamos haciendo esta alfombra de doce metros de longitud, y que tiene como punto central el rostro de la Virgen de Guadalupe, este marco tendrá rosas, ángeles, la luna y el sol, para representarle a quienes visiten la basílica que la Virgen de Guadalupe es la Madre del Cielo”, explicó Arucha.
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