Liliana Martínez-Scarpellini
Los Angeles/dpa
“50 Sombras de Grey” fue uno de los estrenos del año pese al contundente varapalo de la crítica. Un golpe que no ha impedido que su secuela, “50 Sombras mas oscuras”, llegue ahora la cartelera apenas dos años después.
Lo hace con la misma pareja de protagonistas, Dakota Johnson y Jamie Dornan, y bajo la dirección de James Foley, que toma el relevo de Sam Taylor-Johnson. Pese al éxito rotundo de taquilla, ésta decidió abandonar la franquicia un mes después del estreno, en febrero de 2015, debido, al parecer, a la tensa relación entre la cineasta y la autora de la saga, E.L. James.
Ahora, tanto Universal Pictures como Focus Features han planteado la secuela como un thriller y no tanto como la entrega de morbo que todo el mundo esperaba de la primera.
En “50 Sombras mas oscuras “ hay algo más de relación convencional entre ambos personajes, Anastasia (Ana) Steele y Christian Grey. El joven empresario trata de convencerla para recuperar su relación tras una ruptura, ahora con las condiciones de ésta. Ana acepta y vuelven las escenas de cama que el público espera, pero la narración adquiere tintes de thriller cuando una antigua amante de Grey trata de interponerse entre ambos.
La química vuelve a estar presente entre los jóvenes actores, una pareja que estuvo a punto de romperse fuera de cámaras tras los rumores sobre la renuncia del británico a seguir haciendo de Grey. Al final todo quedó en eso: rumores.
Ahora, el modelo nacido en Belfast y convertido en actor asegura que la presión es mucho menor que cuando rodaron la primera, por aquello de que ya no hay tantos ojos sobre ellos ni esperando a ver cuál es el estilo de la película. De alguna forma, se ha perdido el misterio.
“Me sentí mucho más cómodo la segunda vez”, indicó. “En la primera había muchísima presión. Creo que cuando haces la primera película de una franquicia hay mucha presión porque estás estableciendo el tono”.
Recuerda además que fue muy duro en 2015 por haber tenido tan solo seis semanas de preparación antes de comenzar el rodaje, y que con la segunda parte sintió que tuvo mucho más tiempo para poder acostumbrarse y volver a meterse en el personaje.
“La presión pareció rebajarse en cada departamento porque todo el mundo hizo mucho dinero con la primera. Todo el mundo estaba en un mejor lugar. Así que definitivamente ha sido una experiencia mejor”.
Es algo con lo que Johnson, la hija de Melanie Griffith y Don Johnson, coincide plenamente. “Creo que hemos eliminado la presión en comparación con la anterior película”, dijo la actriz de 27 años en una entrevista promocional. “Nos sentimos definitivamente mucho más cómodos, sabiendo mucho mejor qué hacer que en la primera parte”.
Para Johnson la historia es “definitivamente un relato de amor” y una ocasión especial para volver a un personaje, algo novedoso para ella. “Fue como volver a estar en familia”, indicó.
Tanto Johnson como Dornan estarán juntos hasta el final de la trilogía, ya rodada y a la espera del dictamen de la crítica y el público con la que ahora se estrena. Aunque esta vez se presupone mucha menos taquilla para un producto erótico que hasta ahora no ha estado a la altura de lo esperado.