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57 años del asesinato del General Maximiliano Hernández Martínez

César Ramírez
@caralvasalvador

El día 15 de mayo de 1966 en la Hacienda Jamastrán, Danly, Honduras, el chofer Cipriano Morales asesinó al expresidente de El Salvador, en circunstancias inespecíficas, que los periódicos no reseñaron en su momento.

Destaquemos que su nombre ha sido usado por organismos ilegales denominados Escuadrones de la Muerte durante el siglo pasado, esos individuos demostraron su saña contra inocentes como el asesinato de Monseñor Romero, su sed de sangre fue de tal intensidad que aún provoca recelo en nuestros días, existe un morboso culto al militar golpista que derrocó al gobierno constitucional del presidente Arturo Araujo y posteriormente ejecutó la mayor matanza étnica de nuestra historia en el siglo XX.

La vigencia y recuerdo de 1932 de aquella imagen represiva es motivo de preocupación por amplios sectores académicos, iglesias, sociedad civil etc. puesto que evoca antiguas historias de violencia desproporcionada en un Estado Policial que gobernó con mano de hierro durante catorce años, en esos años se multiplicaron los presos políticos, torturas, asesinatos, exilios etc. la Constitución fue simplemente un “traje a la medida” del dictador.

Como hemos referido en otros artículos existe cierto paralelo entre aquél evento de 1932 y la actual administración 2019-2024, situaciones ampliamente divulgadas con el agravante del Régimen de Excepción, Relección, impago etc. de tal manera que el lejano suceso de hace 91 años del Golpe de Estado (1931), cobra vida como uno de esos relatos de “realidad alternativa” en las rutinarias y torpes series actuales, pero entretienen como el espejo de un chico infanto-juvenil que no piensa en su carrera profesional… de solo pensar en esa época como un demócrata o defensor de los Derechos Humanos uno imagina el sangriento destino personal.

Una cita acude a mi memoria, como un relámpago de antiguas lecturas en mi desvelada y mínima biblioteca sobreviviente de: inundaciones, traslados de residencia, préstamos a lectores más olvidadizos que yo, etc. en el libro “No pronuncies mi nombre: poesía completa III /Roque Dalton – 1ª e.d – San Salvador, El Salv.: Dirección de Publicaciones e Impresos, 2008 – p 291-  “MARTINEZ KAMPF Los Estados Unidos reconocieron al Gobierno de Martínez en 1933. En 1934 Martínez dicta una ley discriminatoria contra las minorías árabes, hindúes y chinas. Se prohíbe la entrada de negros al país. En 1936 Martínez reconoce al Gobierno de Franco, antes que Hitler y Moussolini. Martínez reconoció asimismo al Manchukúo, el Estado títere del imperialismo japonés en Machuria. Un coronel prusiano, Von Bonster, funge como director de la Escuela Militar. El presidente Martínez hace llegar al Estado Mayor alemán un plan táctico de desembargo de tropas en costas norteamericanas. En el puerto natural salvadoreño de Mizata se abastecen submarinos japoneses. A fines de 1941, El Salvador declara la guerra al Japón, Alemania e Italia. El gobierno de Martínez incauta las propiedades de los ciudadanos de dichos países residentes en El Salvador”.

No omito la compulsión a publicar un relato circunstancial en 20101.

Leyenda: La muerte del General Martínez 

Año 2010: “en cierta ocasión, en la vela de un nuestra amiga ilustre Dra. Matilde Elena López, dos personas hablan casi en alta voz a pesar del luto familiar, mi vecindad ocasional, me permitió seguir la conversación “involuntariamente”, como quien sigue una serie de Netflix : Love, Death + Robots´ cuestión surrealista: -¡Mirá chero!- te contaré la historia de la muerte del General Martínez, ¡fijáte! que Cipriano Morales era su chofer en Honduras, pero no solo eso, el hombre era un “milusos” de esos al estilo mexicano, era caporal de hacienda, peón de campo, mayordomo, limpiador de botas sucias, lavador de inodoros del servicio y  privado, paseador de perros, alimentador de pollos, además le ayudaba en su tina de baño… ¡ya vés! que los viejitos tienen sus “temas”, -¡pués mirá!-  resulta que la mujer de Cipriano estaba embarazada, ya tenía más de ocho meses y muy pronta a parir, avanzaba el término de su gestación pero no el pago de muchos meses atrasados,  -¡pués mirá!- que Cipriano le pide al General el salario, pero el anciano en un arranque senil lo insulta de la forma más grave que un hombre siente en su virilidad, además le recuerda a su progenitora de la peor forma, sin omitir un escupitajo en el rostro, Cipriano estoico de condición humilde, ya había visto a otros caporales heridos a bastonazos que se plantaron con el mismo reclamo, su destino había sido triste y además el anciano dictador siempre estaba mal acompañado de un Revólver especial, así Cipriano aguantó la carga, pero en su corazón aquello no quedaría sin respuesta, con la humildad de un lobo de la manada ante el jefe alfa, agachó las orejas y casi se arrastra ante aquella insolencia, el general continuó con una murmura amarga, Cipriano espero su turno, sabía que todos los días tomaba el baño antes del almuerzo, Cipriano se presentó como si nada al día siguiente, pero ya tenía un plan, tomaría un cuchillo usado también como herramienta de labranza (en la casa había  una colección de cuchillos Douk Douk Geant plegable, Ka-Bar, Bowie, Kukri)  Cipriano tomó el más afilado, sabía que el hombre de lento hablar con pausa militar, tomaba una ducha y luego tenía su ritual de almuerzo, le llevaría su comida a la mesa, pero ese día a su espalda desenvainó aquél cuchillo que pareció centellar al acometer el emaciado cuerpo del expresidente de El Salvador,  fueron muchas la cuchilladas a corta distancia, en cada una Cipriano profería las mismas palabras que había escuchado días anteriores… luego se fue donde su mujer, se despidió, pero ya el asesinato era noticia nacional e internacional, decidió entregarse, de todos modos ese viejo había matado a más salvadoreños en 1932 que los que se pueden contar con un ábaco  -¡mirá chero!- quizás un día publique esta historia, me la contó una amiga de la mujer de Cipriano que la cuidó postparto y en soledad sin marido…”    Todo esto parece leyenda ahora. amazon.com/author/csarcaralv

1. Publicado en Suplemento Cultural 3000 16MAY023, con agregados y correcciones.

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