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César Villalona
El aumento al salario mínimo aprobado por la ANEP y la representación laboral en el Consejo Nacional de Salario Mínimo (CNSM), es una burla a la población trabajadora y deja fuera de ese beneficio a 70,000 personas.
El aumento es de 41 centavos diarios en el sector industrial, 38 centavos en comercio y servicios, 35 en las maquilas y entre 16 y 28 centavos en el campo, según el rubro donde se labore.
Los medios de comunicación de derecha dicen que el aumento es de 15%, para que la población crea que ese sería el ajuste en un año. Y no es así. El aumento es de 5% anual, por un período de tres años. Y en el sector comercio y servicios es de 13.5%, a razón de 4.5% cada año. Cuando calculamos los montos mensuales y los dividimos entre 30 días, nos dan los centavos mencionados antes.
La propuesta del gobierno, de llevar el salario mínimo a 300 dólares en el área urbana y a 250 en el área rural, beneficia a la franja de la población que gana entre el mínimo y esos montos. Para explicarlo con un ejemplo, si alguien que trabaja en una maquila recibe el mínimo actual, que es de 210.90 dólares al mes, el ajuste hasta 300 le beneficia mucho. Pero también se benefician quienes ganan más de 211.90 y menos de 300.
Datos de la Unidad de Inteligencia Económica del Ministerio de Economías, elaborados con estadísticas del ISSS, muestran que 27,186 personas que trabajan en las maquilas (39%) tienen salarios que van de 211.90 a cerca de 300 dólares al mes. Todas se benefician del ajuste propuesto por el gobierno. Pero como el ajuste aprobado eleva el mínimo en las maquilas a 221.45 dólares, nadie que gane más de ahí tendrá beneficios en el primer año. O sea, toda la población que gana más de 221.45 y menos de 300, que se beneficiaba con la propuesta del gobierno, quedó excluida con el acuerdo impuesto por la ANEP.
En total, 21,856 empleados y empleadas de las maquilas no recibirán aumentos. Si hacemos el cálculo para todos los sectores de la economía, son alrededor de 70,000 las personas que no recibirán aumentos en el primer año.
Ante semejante afrenta a la población trabajadora, las reacciones de la ciudadanía no se han hecho esperar. Diversos sindicatos, organizaciones sociales, instituciones académicas, medios de comunicación alternativos y dirigentes políticos de izquierda y de derecha (incluyendo un diputado de ARENA), condenaron el aumento aprobado y lo calificaron de insignificante y ridículo.
Una de las declaraciones más contundentes las dio Monseñor Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, quien afirmó lo siguiente: “Cuando se ha dicho que es ridículo, una burla, pienso que se quedan cortos esos calificativos. ¿Cómo calificar esa acción? Yo diría de grave, pecaminosa el no pagarles a los trabajadores un salario digno (…) el Papa dijo que cuando se paga injustamente los salarios se comente un pecado mortal gravísimo, que solo puede perdonar Dios”.
