Tomado de Carta Económica
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En un país donde impera la pobreza, clinic miseria y hambre, cialis resulta indignante que las grandes empresas nacionales y transnacionales sean subsidiadas por el Estado salvadoreño, éstas el año pasado por cada 0.42 centavos de dólar que pagaron por impuestos, recibieron un dólar de subsidio. Estas empresas obtienen ganancias exorbitantes gracias a la explotación laboral de sus empleados y un alto índice de evasión y elusión fiscal y el subsidio de la población; sin embargo, los hogares, que en verdad necesitan de ayuda estatal, no son beneficiados porque pagan más en impuestos en comparación de lo poco que reciben en concepto de inversión social como salud, educación y subsidios.
En 2014, las familias pagaron 165 dólares por cada 100 dólares que el Estado invirtió en electricidad, gas, educación y salud; no obstante, en ese mismo año, las empresas apenas pagaron 42 dólares por cada 100 dólares recibido en concepto de gasto de desarrollo del entorno empresarial que hizo el Estado. En el Gráfico No. 1 se presenta la inversión que el Estado ha hecho para las empresas y los hogares, desde el 2009 al 2014.
En este contexto del neoliberalismo, la inversión social se ha considerado un error económico que distorsiona el funcionamiento del mercado y provoca una colocación ineficiente de los recursos de la sociedad, es así que pregonan que las personas deben tener acceso a los servicios y bienes únicamente por medio de los mecanismos de mercado, a partir de su capacidad adquisitiva, por lo que este modelo contempla que la educación, la salud, el agua, la energía eléctrica, el transporte deben ser un bien que se debe comercializar, esto a costa de la pobreza de más del 80% de la población. Simultáneamente, la aberración neoliberal ha impuesto que el Estado debe subsidiar a las empresas para que los ricos continúen acumulando y se hagan más ricos y que los pobres sigan siendo pobres.
En el Cuadro No. 1 tenemos la dinámica de la poca inversión social en el marco del modelo neoliberal en El Salvador, esto a lo largo del periodo 2000-2014, en términos nominales y reales, y una estimación per cápita.
El cuadro referido refleja que a partir del 2009 ha habido un aumento notable de los recursos disponibles para el financiamiento de servicios sociales como la educación, salud y las transferencias monetarias a los hogares como los subsidios. Así para el año 2000 la inversión social nominal fue de 593.20 millones de dólares, mientras que para el año 2014, se destinó 1,806.80 millones de dólares, un incremento del 304.59%, sin embargo, esto aún es insignificante para resolver los graves problemas estructurales que vive el pueblo salvadoreño.
En cuanto a la inversión social per cápita, en el Cuadro No.2, se refleja que ésta igual se ha aumentado, resultado de que el gobierno actual ha incrementado los recursos asignados a esta inversión social en un 285%, esto con relación al año 2000, en dicho año la inversión social nominal per cápita alcanzó los 99.53 de dólares y para el año 2014 se incrementó a 284.54 de dólares. A pesar de este notable incremento, la inversión social continúa siendo insuficiente, para que el país logre salir del subdesarrollo en que se encuentra, dicha inversión según los estándares internacionales debería quizás hasta quintuplicarse.
Al hacer una comparación de la inversión social en América Latina y el Caribe con El Salvador, tomando en cuenta los flujos invertidos en educación y salud, relacionado con el Producto Interno Bruto (PIB) y el Gasto Público Total, los países de la región latinoamericana necesitan poner atención a estas áreas, ya que los niveles de inversión (porcentaje del PIB) que se están generando en dichos rubros son bajos, sumados éstos no sobrepasan ni el 10% en promedio para América Latina y en el caso de El Salvador apenas alcanza el 5.74%, por lo que nuestro país se sitúa muy por debajo del promedio de América Latina. No obstante en cuanto al peso de la inversión con relación al del gasto público total de El Salvador, éste se ubica sobre el promedio de Latinoamérica. Lo anterior demuestra que el Estado salvadoreño, a pesar de recibir pocos ingresos por parte de las empresas, quienes evaden y eluden significativamente impuestos, está haciendo un esfuerzo más allá del promedio latinoamericano por financiar la inversión social. Indudablemente, sin la elusión y evasión de los impuestos y sin el problema de la deuda, el Estado salvadoreño podría atender mejor sus responsabilidades con la sociedad.
En esa lógica podemos ver en el cuadro No.3, que la suma del servicio de la deuda, más la evasión y la elusión fiscal, han sido (en todo el período) superiores que la inversión social, en un rango de entre el 234% y el 410%, lo que confirma nuestra anterior conclusión.
En concreto, el servicio de la deuda más la elusión y la evasión fiscal son los verdaderos problemas que debe enfrentar el Estado salvadoreño para poder atender su papel como promotor del desarrollo y de atención a los problemas sociales del país. Entre el año 2000 y el 2015, esta carga se ha duplicado, así actualmente alcanza los 4,903 millones de dólares, cifra superior al presupuesto general de la nación del este año 2015, que es de 4,823 millones de dólares. Indiscutiblemente esta es la razón de que el Estado esté quebrado financieramente, por lo tanto, urge que se ataque la elusión y evasión fiscal y que se renegocie la deuda para que el país pueda contar con más ingresos que le permita invertir en áreas como salud y educación, que además de expresar justicia social, son los ejes estratégico para salir del subdesarrollo, ningún país ha mejorado sus condiciones de vida con un pueblo que vive en la ignorancia y sin salud, y más en una situación de violencia como la que se vive hoy en día, que tiene sus raíces en la pobreza y que actualmente está mezclada entre la delincuencia y el narcotráfico.