Intimissimun
9F EL FIN DE LA PRIMAVERA SALVADOREÑA
Caralvá
Durante mucho tiempo los teóricos y analistas políticos afirmaban que la postguerra nunca había sucedido, porque “el capital dinerario” no había sufrido ningún cambio y continuábamos en el sistema capitalista; en ese sistema sobrevivir era la norma aún con la presencia de conceptos que dieron origen a la guerra, por ejemplo temas clásicos como la tierra, el sistema bancario, acceso a los capitales, la cultura, en pocas palabras la inexistencia de la movilidad social y la democratización económica, no obstante muchos consideraron la llegada de la primavera democrática a partir de 1992 por la nueva legalidad, ello permitió la formación de un nuevo partido político negado durante décadas.
El inicio del Acuerdo de Paz da paso a la primavera salvadoreña entendida como la apertura democrática y cambios constitucionales que se manifiestan en nuevos conceptos de la Fuerza Armada, Policía Nacional Civil, Seguridad, Derechos Humanos etc., aspectos contribuyentes a la reunificación social.
Pasaron 28 años de libre ejercicio democrático con alternancia política, respeto a las instituciones como la Corte Suprema, la Fuerza Armada, la PNC, los Derechos Humanos, la transparencia, etc., esa democracia aún y sus defectos funcionaba, a pesar de imperfecciones el saldo fue positivo.
Desafortunadamente aconteció el 9 de febrero de 2020, el asalto a la Asamblea Legislativa inicia el fin de una concepción democrática configurando una torcida interpretación constitucional desde Casa Presidencial, la pandemia es el motivo perfecto para un endeudamiento de las futuras generaciones por venir; el manejo de la pandemia ha sido un desastre humanitario no solo por el confinamiento sino por el daño a miles de familias, existe ahora un colapso económico del comercio informal, pequeñas empresas, profesionales, etc. no se atendió la oportuna llamada de los médicos ni académicos, tampoco de centros universitarios, el resultado es una horrorosa malversación de fondos que ha colocado a nuestra nación en alto riesgo de inversión por las calificadoras financieras internacionales, o incluso el peor panorama el retorno a la moneda local, que causaría un caos cambiario y social.
Creímos haber tocado fondo, pero no fue así, en declaraciones oficiales el presidente Bukele declara que la guerra civil fue una farsa, posteriormente los discursos de odio generan la muerte de dos miembros del FMLN, mientras un ministro afirma que la Fuerza Armada debe participar en política, como si fuera poco la comisión Ad Hoc propondrá el período presidencial a 6 años y otro funcionario añade “esta guerra la vamos a ganar”… es el fin de la primavera salvadoreña.
El inverno de la dictadura del General Martínez permaneció 14 años, la sucesión autoritaria de cuartelazos y fraudes electorales consumió décadas, ahora es el invierno social que asoma a nuestras calles con sangre de inocentes y atropellos constitucionales.
Uno piensa en miles de amigos y amigas que murieron en la defensa de sus principios por la realidad de 1992, tantos desaparecidos imposibles de olvidar, la vida y más vida que llenó de esperanzas a nuestras generaciones; no podemos renunciar a los sueños ni a su final venturoso, entonces recordamos que nuestros valores son superiores a un proceso electoral y vencerán a cualquier tirano de turno. El invierno ya lo conocemos, pero comprendemos mejor las genuinas respuestas contra el tirano; al final, aunque lleguemos en silla de ruedas, aunque veamos a todos los mercenarios, gatopardos, desleales y variopintos trabajando por la dictadura, ellos tendrán el destino que merecen cuando la historia se los demande.
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