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Diario Co Latino/Comunicaciones MARN
Por 100 años el gigante Ilamatepec se mantuvo dormido. De repente, order la presión de su cámara magmática comenzó a dar señales de que algo estaba por ocurrir… hasta que aquel sábado 1° de octubre de 2005, no rx despertó.
A las 8:20 de la mañana del sábado inicio la erupción del volcán. Es decir, treatment volvió a la vida el Ilamatepec. Su despertar explosivo estremeció a la población de los departamentos de Santa Ana y Sonsonate. Una densa columna eruptiva cargada de cenizas, gases y rocas comenzó a elevarse sobre su cráter, y tras ello, el pánico de humanos y animales que habitaban la zona.
La enorme columna de gases y cenizas alcanzó una altura aproximada de 10 km sobre el nivel del mar, manifestando la ira del gigante entre los edificios de la cordillera volcánica de Apaneca.
La bocanada eruptiva descargó una lluvia de rocas y bloques de piedra que parecían volar en el aire como proyectiles balísticos de diversos tamaños.
Rocas de hasta un metro de diámetro cayeron sobre la carretera que conduce al Cerro Verde, viajando por el aire distancias de hasta 2.5 km del cráter e impactando con tal fuerza que quedaron incrustadas formando cráteres de impacto en la carretera de pavimento.
Oleadas piroclásticas y rocas de gran tamaño impactaron la parte alta del volcán. En total, un estimado de un millón quinientos mil metros cúbicos de ceniza fueron lanzados en tan solo 30 minutos de la erupción (8:20 a 8:50 am).
La mezcla de gases volcánicos y materiales sólidos calientes emitidos del cráter cubrió de ceniza la vegetación, que en su mayoría eran cafetales, y un fétido olor a azufre invadió toda la zona.
La erupción coincidió con llegada del huracán Stan. Las intensas lluvias provocaron el desplazamiento de flujos de escombros que bajaron por el costado este del volcán impactando las comunidades de Planes de La Laguna en la rivera del lago de Coatepeque.
Un despertar anunciado
El despertar del Ilamatepec no fue súbito. Señales sísmicas precursoras, registradas por la red de monitoreo instalada alrededor del volcán fueron registradas hasta con 16 meses de antelación.
Cambios más palpables fueron observados cuatro meses antes, reportándose una explosión a mediado de junio con emisión de ceniza hacia el norte, observándose un incremento en la emanaciones de gases y la presencia de incandescencia en el fondo del cráter, así como cambios en los patrones sísmicos registrados asociados a la actividad volcánica.
Lo anterior permitió realizar acciones de comunicación y coordinación con el sistema de Protección Civil y población cercana al volcán para mitigar el daño. La actividad volcánica registrada meses después de la erupción, hasta el primer trimestre de 2006, fue impredecible y se caracterizó por un aumento en los valores de sismicidad, fuerte emisión de gases y evaporación de la laguna.
Al finalizar el año 2006, los datos del monitoreo permitieron concluir que la actividad del volcán se estaba normalizando, y durante el primer trimestre de 2007, se observó un comportamiento normal en el volcán, es decir, leve emisión de gases, baja actividad sísmica y condición estable en la química de las aguas de la laguna.
Sin embargo, en marzo 2007, inició un cambio en los parámetros de actividad, tales como incremento de sismicidad y actividad fumarólica. Se observó además que el agua de la laguna se evaporó en un 85%, con lo cual tendía casi a desaparecer. En esta ocasión la actividad fue disminuyendo hasta alcanzar valores considerados normales a finales del 2007
En general, transcurridos 10 años después de la erupción del 1 de octubre 2005, el volcán Ilamatepec presenta actividad considerada moderada, observándose en el transcurso de este periodo niveles estables de actividad, variando a ligeros cambios en la vibración sísmica (Medida de las Amplitudes de las señales Sísmicas en tiempo Real-RSAM), emisiones de gases, actividad fumarólica y ebullición de la laguna.
De hecho, el monitoreo sugiere que siempre existe la posibilidad de que el volcán tenga un cambio repentino en su actividad que pueda concluir en un proceso eruptivo de baja a moderada magnitud, por lo que el MARN continúa vigilando la evolución de su comportamiento a través el plan de monitoreo sistemático para este volcán.
Diez años han pasado desde que el volcán salió de su estado de coma y volvió a la vida por media hora. Hoy solo duerme…
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