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A 100 años del nombre oficial de la República de El Salvador

Ramón D. Rivas*

Mañana 7 de junio se cumplen cien años que por decreto se oficializó el nombre de la República de El Salvador.  ¿Cómo se escribía? ¿Cómo se llegó a oficializar dicho nombre? ¿Qué significa en estos tiempos dicha efeméride? La celebración de los 100 años del nombre oficial de la República de El Salvador es un hecho sin precedentes. Por una centuria esta fecha estuvo en el olvido. Nadie le ha dado en estos tiempos el valor histórico al Decreto Legislativo del 7 de junio de 1915, viagra sale publicado en el Diario Oficial n.° 133, salve tomo n.° 78, health en la cual se definió que el nombre oficial de nuestro país es: República de El Salvador. Este día en un acto oficial que se llevó a cabo en la Cancillería de la República con la presencia titulares del Ejecutivo  se ha reivindicado esa fecha  por el hecho que la misma ha tenido  un significativo desarrollo en eso de la conformación de la identidad como Estado, con una forma de gobierno democrática y representativa, tal y como lo establece la Constitución Política de nuestro país. Esta es otra manera de rescatar la memoria histórica de nuestro país. Para ello, en la Secretaría de Cultura de la Presidencia estamos incrementando la investigación científica como fuente de conocimiento y herramienta que contribuya al rescate, valorización y preservación de la memoria histórica. Desde esa política institucional se presentó en el evento la publicación de la investigación denominada EL NOMBRE OFICIAL DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR, el cual es un documento de gran valor histórico, que describe el proceso que se impulsó desde los años 1822 hasta 1915 para definir el nombre oficial de nuestra Nación. Por razones que han sido objeto de estudio por parte del autor del libro, la confusión alrededor del nombre del Estado salvadoreño perduró durante mucho tiempo. Esta ambigüedad estuvo presente desde el preciso momento del nacimiento de la primera República, en 1822, en el espacio que ocupó el antiguo reino de Guatemala. Por muchas décadas, el país admitió diversas variantes en el uso de su nombre. Por ejemplo, el Estado del Salvador se constituyó como “Estado independiente y soberano” mediante la Constitución del 22 de febrero de 1841, donde la forma de gobierno se define como republicana, representativa y federal. En esa misma Constitución, en lo que se refiere al nombre del país, se usa indistintamente: Del Salvador, El Salvador y Salvador.  Seguramente por inercia administrativa continuaron usándose dichas denominaciones y eso perduró incluso hasta la declaratoria de república independiente. El desarrollo de la sociedad salvadoreña complicó esta situación cuando El Salvador comenzó a emitir su propia moneda a finales del siglo XIX. Además, la expansión y diversificación de las relaciones comerciales, asociadas a la producción cafetalera, complicó aún más esta situación. Todo ello cambió con el decreto legislativo del 7 de junio de 1915, donde se definió que el nombre oficial de nuestro país es: República de El Salvador. Los detalles de ese proceso se encuentran en esta investigación que hoy presentamos en las vísperas de los 100 años del nombre oficial de nuestro país. A lo mejor más de algún lector se preguntará: ¿cuál es la importancia de esa fecha en nuestros días?  Sin entrar en detalles, considero que es fundamental conocer esa parte de la historia para ir definiendo nuestra identidad como salvadoreños. Hay un paralelo entre la situación vivida en 1915 con la actualidad, y eso tiene que ver, precisamente, con los esfuerzos de transformación institucional en función de una modernización que conllevara a una mayor eficiencia de la gestión estatal. Sin lugar a dudas, la identidad estatal salvadoreña quedó definitivamente cimentada a partir del decreto de José María Lemus en 1958, en donde se prohibió suprimir la palabra «El» cuando fuera asociado a las palabras «República» o «Estado». Asimismo, se determinó la reserva del derecho a contestar cualquier documento o suscribir cualquier convenio donde apareciese escrito incorrectamente el nombre oficial de la República. Es así como, finalmente, el nombre oficial de este país centroamericano se consolida como República de El Salvador. De ahí que la presente celebración reafirma la identidad de nuestro Estado, en un momento en que los procesos de globalización, relativizan las soberanías estatales. Acertadamente, el Gobierno salvadoreño ha decidido conmemorar un acontecimiento que contribuye a la construcción definitiva y a la confirmación de la identidad estatal de El Salvador. Para celebrar estos 100 años de nuestro nombre, la Secretaría de Cultura de la Presidencia también ha organizado una exposición museográfica donde encontrarán documentos, fotos y monedas que se imprimieron en los años donde aún no se definía la forma correcta de escribir el nombre de El Salvador. Esta exposición estará abierta a partir del 8 de junio, en el Palacio Nacional y en el Museo Nacional de Antropología; en ella podrán constatar el relato que los autores del libro hacen sobre el nombre oficial de nuestro país. Aprovecho la oportunidad para felicitar a Óscar Meléndez, Carlos Pérez, Adolfo Bonilla y Carlos López Bernal por tan valioso aporte académico dado a nuestra cultura, a través de esta importante investigación.  Desde la Secretaria de Cultura de la Presidencia saludamos con entusiasmo esta iniciativa, con el aporte de una publicación que constituye un modesto primer paso en la profundización del estudio del desarrollo histórico del Estado salvadoreño. Finalmente, les invito a que visiten el Museo Nacional de Antropología y el Palacio Nacional para que puedan apreciar, mediante objetos y documentos de la época, las variantes en el uso del nombre de nuestro país. También tendremos, este sábado, el concierto sinfónico del Sistema de Coros y Orquesta de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, que ha preparado un repertorio alusivo a esta efeméride. Este es un esfuerzo que hacemos para que juntos disfrutemos de nuestro arte, máxima expresión del ser humano.

*Secretario de Cultura de la Presidencia.                     

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