Diario Co Latino 134 años comprometido con usted
Artículos relacionados
Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Con una misa en la Cripta de Catedral Metropolitana fueron recordados los mártires ambientalistas Marcelo Rivera, Ramiro Rivera y Dora Sorto, ésta última con 9 meses de embarazo, asesinados hace 12 años por defender sus territorios contra las empresas mineras. Más de una década ha transcurrido y los casos siguen en la impunidad, los autores intelectuales de los asesinatos siguen sin ser llevados ante la justicia.
Vidalina Morales, representante de ADES Santa Marta, expresó que en 2009 el movimiento social en resistencia contra las empresas mineras, recibieron el peor golpe en la historia de la lucha por la prohibición de la minería metálica en El Salvador, al asesinar a tres ambientalistas, quienes mantuvieron una férrea oposición contra estas empresas que con engaños y falsas promesas pretendían explotar minerales en los territorios de Cabañas.
El primer crimen ocurrió el 18 de junio de 2009 cuando desapareció el defensor ambiental Marcelo Rivas, su cuerpo fue encontrado el 30 de junio con señales de tortura y asfixia por estrangulamiento; 6 meses después, el 20 de diciembre de 2009 fue asesinado con arma de fuego el ambientalista Ramiro Rivera cuando se conducía en su vehículo junto a otras personas y dos policías de la Unidad de Protección de Víctimas y Testigos de la PNC, asignados para resguardar su vida luego de sufrir un primer atentado meses antes.
El 26 de diciembre de 2009 la defensora ambiental Dora Sorto, en estado de embarazo avanzado, fue atacada con arma de fuego, cuando se dirigía a su casa en compañía de su hijo, a quien llevaba en los brazos después de lavar en el río. En el acto murió la activista y su bebé no nacido. Un mes antes del crimen un grupo de hombres armados irrumpieron en la casa de habitación de Dora y su familia, quienes fueron amenazados.
“Marcelo, Ramiro y Dora rechazaban la explotación de oro y plata que la transnacional canadiense Pacific Rim pretendían realizar en las comunidades de Cabaña y otro departamento del país, buscaban que se aprobara una ley que prohibiera la minería metálica de forma definitiva en El Salvador. Esta empresa minera fue la que demandó al Estado salvadoreño por no otorgar los permisos para hacer negocio con los bienes naturales, para lo cual utilizaría grandes cantidades de agua para hacer posible sus procesos de extracción de nuestro subsuelo”, detalló Morales.
Mientras tanto, fray Andrés Avelino Berdúo, dijo que durante la celebración eucarística se recuerda a estos hermanos quienes lucharon por prohibir la minería metálica en el país, por el hecho de morir martirizados su sangre ha purificado los pecados, al igual que murió Monseñor Romero, quien no olvida a su pueblo y lo anima a mantener la esperanza.
El religioso señaló que en algunos países los mineros se asocian a gente del gobierno con la promesa de generar más empleo y beneficios a las comunidades, pero en realidad sucede lo contrario.
“Generalmente, en estos asesinatos los autores intelectuales mandan a un sicario, pero son personas muchas veces interesadas en la minería o en querer negociar territorios, que estos compañeros les anime a seguir adelante, recordarlos es ponerlos al frente de Dios para que participen de la gloria de él, que la historia no quede en el olvido, porque un pueblo sin historia es un pueblo sin memoria”, afirmó el religioso.
Las comunidades señalaron que el país sigue enfrentando los impactos negativos por las actividades de explotación en las minas ejecutadas en el pasado, pues todavía siguen generando contaminación de los ríos, por lo cual pidieron al gobierno implementar la Ley de Prohibición de la Minería Metálica, para frenar el avance de la contaminación hacia el río Lempa, así como tomar medidas ambientales en las comunidades de la zona norte del país, y brindar alternativas económicas a las familias que todavía sobreviven de la minería artesanal.
