La noche del viernes 5 de julio, el inconstitucional presidente de la república, Nayib Bukele, desarrolló una reunión con su gabinete de gobierno que se transmitió en cadena de radio y televisión. El motivo de la reunión y cadena, según lo anunció Bukele, fue para tratar lo que él llamó las tres crisis que afectan al país: los efectos de las lluvias, el dengue y la carestía de las hortalizas.
Sin embargo, Bukele inició la cadena para despotricar contra la diputada opositora del partido Vamos, Claudia Ortiz. Y la utilizó como ejemplo, sin decir la palabra, como una muestra de corrupción de la diputada. Bukele dijo que había reclamado a la presidencia de la Asamblea Legislativa el por qué la diputada Ortiz recibía veinte mil dólares mensuales para pagar a personal de apoyo para la fracción.
Bukele quiso hacer creer que la diputada Ortiz “se había burlado de la Asamblea” o más concretamente de la Junta Directiva de la Asamblea, porque ella tenía 20 mil dólares para su fracción, cuando el límite eran $14,000. El resto de los diputados, dijo el mandatario, incluidos los de Nuevas Ideas, solo recibían mensualmente, además de sus cuatro mil dólares de salario, $14 mil 500 dólares más para sus gastos de operaciones de apoyo.
Bukele, entonces, “indignado” por los 20 mil de Claudia Ortiz, le ordenó entonces al presidente de la Asamblea, que le redujera a los diputados $2,500 a cada uno, incluida a la diputada Ortiz, por tanto, en vez de entregarles $14,500, mensuales, les dieran “solo” $11,000 (Once mil dólares), además de los $4,000 del salario.
La reacción de Bukele se da luego de las reacciones en contra o de sorpresa a la publicación que hizo la diputada Ortiz en la página web de su fracción, en la que daba cuenta del recibo de esos fondos del Estado, y de cómo se han utilizado. La diputada Ortiz dijo, días después, en un programa televisivo, que los $20 mil dólares para su fracción fueron aprobados por la Junta Directiva de la Asamblea Legislativa, para la contratación de personal de apoyo para cada fracción y diputado.
En el caso de Vamos, dijo la diputada, el dinero no lo recibe ella, pues la Asamblea le cancela los salarios a su personal de apoyo.
El titular de este editorial es una frase popular que significa que las cosas resultaron totalmente contrarias a lo que Bukele tenía planeado, desprestigiar a la diputada Claudia Ortiz. No lo logró, por el contrario, en muchos ha acentuado la admiración por la diputada por su transparencia. Transparencia que el presidente Bukele no profesa, como tampoco sus empleados, como en la Asamblea Legislativa.
Hasta el 5 de julio, antes de la cadena de radio y televisión, los diputados de Nuevas Ideas negaban que recibían los $14 mil dólares mensuales, tal como hacía cerca de un año lo había denunciado el antropólogo y analista político Aguilar.
De hecho, tres diputados de Nuevas Ideas del oriente del país, en un programa de televisión, se mofaron de Aguilar y lo retaron a que comprobara que recibía esa suma de dinero adicional a sus salarios. Uno de esos diputados, a pesar de que Buekele reveló que recibían los $14, 500, dijo que solo utilizaba $8000.
Bukele, con su “carabina de ambrosio, abrió la caja de pandora, que permitirá conocer más al interior de la corrupción en Nuevas Ideas, que tanto le costó mantener en “secreto”, pero en un arrebato o en un acto de odio para destruir a la diputada Ortiz, Bukele destapa los manejos de fondos de los diputados ajenos a sus salarios que un día criticaron. La ciudadanía no debe quitar el dedo del renglón, sobre todo a los votantes de Nuevas Ideas, en el sentido de exigirle a sus diputados en qué utilizaron esos 14 mil dólares mensuales, dado que los parlamentarios de Nuevas Ideas no necesitan ningún tipo de asesor o especialista, ya que, como ellos dicen, “son conocedores de la técnica legislativa”, es decir, solo puyar el botón. Y es que, desde hace tres años, en la Asamblea Legislativa no se practica el parlamentarismo, sólo votar a favor lo que envían de Casa Presidencial.