Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
En la cripta de catedral metropolitana de San Salvador se desarrolló la homilía presidida por el padre Guillermo Palacios, en esta jornada hablaron sobre la parábola de la mujer adúltera, el perdón de Cristo.
El padre habló que Jesús tuvo frente a frente a una adúltera, humillada porque había sido sorprendida en adulterio. Y pidieron para ella, sentencia de lapidación. Y aquel Jesús que después de echar en cara, sin decir palabra, el pecado de los propios jueces le pregunta a la mujer: «Nadie te ha condenado?» «Nadie, Señor. Pues yo tampoco te condeno; pero no peques más.»
En el Deuteronomio señala que toda mujer sorprendida en adulterio debía morir y cuando quedaba un espacio para discutir cómo debe ser esa muerte, discutían los fariseos y los letrados: «¿por lapidación, por estrangulación?» y a esto se refiere la pregunta: «Esta mujer ha sido sorprendida en adulterio, nuestra ley dice que debe morir, ¿Tú qué dices? Según la discusión actual, ¿cómo debemos matarla?». A Jesús no le importan esos detalles legalistas. «El que de ustedes esté sin pecado, que tire la primera piedra», dijo Jesús.
Los más viejos se fueron yendo del lugar porque tenían más pecados incluso que la mujer adúltera. La mujer adúltera ante todo el escarmiento creyó en Dios y fue perdonada.