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“Hablar de abril es retornar a Ellos,
A su sangre encendida y levantada.
¡A su águila fecunda
y a su sortija universal y clara!
En homenaje a Ellos debe llamarse abril todo lo grande.
Izalco abril y su corona con su abril de fuego.
el Lempa abril y el horizonte abril,
mientras nos llega abril, ¡abril de nuevo!
Oswaldo Escobar Velado
Con el Coronel Mariano Castro Morán (1920-2005), héroe de la gesta cívico-militar de 1944, concertamos, al menos en dos ocasiones, un café en su residencia de San Salvador, que desgraciadamente por los horarios laborales inmisericordes del que esto escribe, nunca pudimos concretar. Sin embargo, donde sí nos encontramos fue en los medios radiales, televisivos y culturales en varias ocasiones.
Tuve el privilegio de entrevistarle y de coordinar en mi calidad de Presidente del Comité de Apoyo de la Casa de la Cultura del Centro Histórico de San Salvador, su conferencia del 3 de abril de 2004, titulada “A 60 años de la gesta del 2 de abril de 1944”.
Castro Morán fue un patriota indiscutible e incorruptible. Profesor militar, Ex – Viceministro de la Defensa Nacional (1961), Ex – Miembro del Directorio Cívico Militar (1961-1962), Precandidato a la Presidencia de la República, por el partido Unión Nacional Opositora, UNO, en 1977.
Desarrolló a partir de su retiro militar voluntario, en 1962, una notoria actividad intelectual, dedicándose al estudio y publicación de numerosos ensayos de carácter histórico y artículos periodísticos. Entre sus obras, consignamos: “Función Política del Ejército Salvadoreño en el Presente Siglo”, Premio Nacional de Ensayo “UCA – Editores, 1983”, “La Guerra Prolongada que sufre El Salvador” (ICAP), “El Impacto de las Políticas Estadounidenses en América Central” (ICAP), “Subordinación del Poder Militar al Poder Civil en El Salvador” (FLACSO) y “Relámpagos de Libertad, Tomo I” (Editorial Lis, El Salvador, 2000).
El Coronel Castro Morán dictó muchas conferencias y recibió premios por su destacada vida profesional. Fue miembro de la Orden Dr. Salvador Mendieta, Académico Honorario de la Academia Salvadoreña de la Historia e Hijo Meritísimo de la Ciudad de Mejicanos. Falleció en el 2005.
El texto de su conferencia es apenas un brevísimo resumen del contexto social y político que determinó los hechos del levantamiento cívico-militar del 2 de abril de 1944 contra la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez. Este tema se convirtió en una de las columnas vertebrales de su interés histórico a lo largo de toda su vida. No podía ser para menos, ya que nuestro autor participó de forma directa en la gesta patria, al tomar control del Regimiento de Santa Ana, en un intento por derrocar al régimen de Hernández Martínez. Fue condenado a muerte por un Consejo de Guerra, y finalmente, no sin sortear grandes dificultades, sobrevivió para escribir su testimonio.
Las jornadas de abril, mayo y diciembre de 1944, con sus muertos, heridos y exiliados, constituyen uno de los episodios más dolorosos y estremecedores de la historia nacional, en ellas se puso a prueba la inquebrantable voluntad popular por defender los valores democráticos frente al oprobio dictatorial. Todos somos hijos e hijas, herederos y herederas de 1944.
En mis haberes personales guardo muy frescamente los testimonios de mi padre, el economista Gilberto Lara (1921-1982), miembro del Partido Comunista de El Salvador, exiliado en Guatemala (donde fue funcionario en el Ministerio de Economía del Presidente Jacobo Árbenz) y en Argentina, a lo largo de esos regímenes despóticos. Y no puedo obviar a mi madre y a mi abuelo desfilando con el rojo y blanco del PUD, el partido del doctor Arturo Romero durante esas jornadas, en una muestra clara de hermosos sueños por este país. Ni a mis tíos pertenecientes a aquella juventud valiente y estudiosa que tuvo que huir o resistir los acosos delirantes del martinato.
El conocimiento, valoración y constante estudio e interpretación de estos hechos deben iluminar las conciencias de los hombres y mujeres del siglo XXI, en aras de la sempiterna lucha por la justicia social y la democracia. Ejemplos como los del Coronel Mariano Castro Morán y tantos patriotas, seguro animan, y señalan el camino.
