A nadie desanima

Carlos Burgos

Fundador

Televisión educativa

[email protected]

 

Conocí a Silvia Elena Regalado en Los Planes de Renderos, recipe como directora de la Casa del Escritor cuando conducía un taller de literatura.

Allí no había gatos pero alguien le llevó de regalo una gata negra, viagra ojos anaranjados, relumbrantes. La gata asistía a todos los talleres, se echaba a dormitar en una de las sillas. De allí nadie la movía. La llamábamos Pantera. Por la sensibilidad de Silvia fue motivo de algunos de sus versos que junto con la fotografía y el nombre Pantera la subió a su facebook.

Cierto día, un tallerista nuevo preguntó a otro: ¿Quién es la Pantera?, en el mismo momento que Silvia se hizo presente. No esperó respuesta sino que hizo otra pregunta: ¿Silvia es la Pantera? Los demás respondimos en voz baja: Síí… Ella no se percató de tal afirmación.

Silvia es una poeta elegante, con tez color moreno claro, cabello negro y abundante, con ojos en un rostro con personalidad como de pensadora, filósofa, literata, pantera… Se graduó como licenciada en Literatura, luego estudió una maestría en Educación y sigue con otra maestría en Investigación Literaria.

Con frecuencia ella es la conductora de talleres sobre poesía y narrativa. Le gusta entregarnos papelitos en los que ha escrito una palabra y nos obliga a escribir sobre tal palabra. A veces pide a cada tallerista escribir en un papelito una frase con el final de un cuento. Luego intercambia los papelitos y nos ordena escribir el cuento correspondiente a ese final. Cuando leemos el producto expresa: Qué lindo, está bonito y enseguida pide cambiar tal cosa, pulir el lenguaje, agregarle algo…pero a nadie desanima.

En la obra «MUJERES: Reunión Poética», primera edición, marzo 2013, compilada por la Secretaría Nacional de Arte y Cultura del FMLN, figuran 18 poetas de los siglos XX y XXI de El Salvador. De Silvia Elena se incluyen los poemas «Manyula» y «El Dios que me habita», de este seleccioné el siguiente fragmento:

«Ese Dios no me dice y me deja lanzarme

pero me cierra puertas, me interpone silencios.

Deja noches sin almas y paredes inmensas.

Me las clava en las manos, en los pies, en el pecho»

En cierta ocasión nos explicaba que el escritor a veces tiene que redactar en primera persona de sus personajes, y nos puso a escribir un pasaje de la vida de una quinceañera tal que uno se expresara como ella. Me costó ubicarme con la conducta y verbalidad de una chica de esa edad, y después de emborronar varias cuartillas, di en el blanco. Pero enseguida sí nos puso en un aprieto: nos pidió redactar en primera persona el monólogo de una prostituta. Nunca en mis narraciones se me había ocurrido tal escena.

Después de leerle mi escrito me dijo: Está lindo, pero cámbiele la introducción, si quiere también el final o mejor todo, busque otro enfoque. No servía nada. Esto para mí se convirtió en un reto, le puse pensamiento fino y logré escribir un cuento corto que lo calificó de muy bueno, no le encontró pifia alguna.

En los recitales que organiza, entrevista a los expositores, es oportuna con las preguntas y sugerencias. Sabe sacar la información que esperan los asistentes

Uno de los últimos poemas de Silvia lo capturé en su facebook, el 3 de marzo 2015, y dice así:

«Vuelve. Poeta. Vuelve.

Retorna del fondo de tus mares.

Del magma que incinera tus entrañas

y hace estallar tu fuego

contra la oscuridad.

El camino está lleno de voces y palabras.

Hojas y miel

para que siendo pájaro lo encuentres.

Para que siendo piedra puedas rodar

y reír hasta encontrar tu orilla.

Regresa.

Cientos de manos armadas de palabras esperan tu voz».

A sus lectores facebookceantes les encantó y la elogiaron por mayor.

Así es Silvia Elena, la maestra literata, filósofa, pensadora. A nadie desanima en su intento de querer ser escritor y nos provee café sonriente.

Ver también

Nacimiento. Fotografía de Rob Escobar. Portada Suplemento Cultural Tres Mil, sábado 21 de diciembre de 2024