@arpassv
El representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Christian Salazar, urgió al país sobre un “nuevo pacto contra la pobreza y la vulnerabilidad”, que “ponga en el centro del debate el bienestar de las personas” y “genere balances sociales, económicos y ambientales”.
En un artículo publicado ayer en un diario matutino, Salazar plantea que -para no retroceder en la reducción de la pobreza- el país debe “fortalecer los sistemas de protección social, incluyendo las pensiones y los cuidados a lo largo del ciclo de la vida, el acceso a activos físicos y financieros, y las mejoras en competencias y habilidades laborales”.
El representante de Naciones Unidas llama especialmente la atención sobre la necesidad de sistemas tributarios más justos; y sostiene que “se debe caminar hacia el logro de acuerdos fiscales, al fortalecimiento de las instituciones y a la generación de condiciones para un crecimiento económico inclusivo”.
“¡No es tarea fácil; pero sí, urgente!, enfatiza Salazar; y argumenta que la medición multidimensional de la pobreza debe ser punto de partida para una nueva generación de políticas públicas.
Para esto -dice el funcionario internacional- es necesario el diálogo entre empresa privada y gobierno, partidos políticos y otros actores. “Existe una responsabilidad conjunta de los tomadores de decisiones de evitar el re-empobrecimiento de miles de personas y lanzar al país en una ruta de desarrollo incluyente y ambientalmente sostenible”, señala Salazar.
El oportuno llamado del representante del PNUD debe ser acatado por todos los actores políticos del país, pero especialmente por la derecha oligárquica que se opone a un incremento digno al salario mínimo y a una reforma fiscal progresiva donde “paguen más quienes tienen más”.
Esta derecha mezquina y parasitaria, incluso, bloquea -a través del grupo parlamentario de ARENA y los cuatros magistrados de la Sala Constitucional- los ingresos gubernamentales, limitando así el financiamiento de programas de salud, educación, seguridad pública, saneamiento, infraestructura, productividad, etc.
Ojalá que las élites oligárquicas del país atendieran el llamado del representante de la ONU y aceptaran acuerdos que lleven al país a mayores niveles de inclusión, equidad y sustentabilidad. Vaya, pues, dicha exhortación a oídos de la oligarquía salvadoreña.