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A primera vista, el gobierno es un fiasco

Licenciada Norma Guevara de Ramirios

Por el bien del pueblo, es deseable que el Presidente Bukele Ortez, se dedicara a hacer buen gobierno; lastimosamente hasta para quienes de buena fe, pusieron esperanzas en él, se dan cuenta que al país le llevan por mal camino.

Aparte de ordenar despidos, unos pocos por twitter y otros muchos en silencio; intentar desacreditar avances de país,  logrados en la anterior administración y hacer el ridículo internacional, no se ve por donde aparezcan las buenas obras; más bien, crece la desesperanza, la incertidumbre y en algunos sectores hasta el miedo.

¿Es simple incapacidad?, ¿es afán de destruir institucionalidad para ganar en el desorden? Quizá  hay de las dos cosas.

Para una parte de los despidos,   traslada a la Asamblea Legislativa la responsabilidad, con iniciativas mal presentadas, aunque tiene funcionarios en el ministerio de Hacienda, que saben como deben ser hechas las cosas conforme a las leyes; pero posiblemente están de  adorno mientras otros toman las decisiones.

Todos los avances en materia de energía y telecomunicaciones, que alcanzaron reconocimiento internacional, pretenden ser ignorados y sepultados con ataques gratuitos al FMLN, es preciso recordar que la Super Intendencia de Energía y Telecomunicaciones SIGET, es en la práctica una entidad con dirección tripartita, en la que se integran la empresa privada, la Corte Suprema de Justicia y  la o él Superintendente, nombrado por el Presidente de la República.

Desde la SIGET en la gestión anterior se promovieron  transformaciones y reformas a las telecomunicaciones, reformas concertadas con los sectores involucrados. Sin duda el propósito real de los ataques,  es privatizar y volver al uso patrimonial del Estado de épocas pasadas, en los que se otorgaron frecuencias sin regulación alguna.

Lo más burdo es el ataque a los exfuncionarios de seguridad, profesionales de carrera que se empeñaron en romper con la tolerancia al delito, que fueron impulsores de una política concertada en el Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, producto de una visión del entonces Presidente,  Salvador Sánchez Cerén.

Son esos funcionarios los que emprendieron la desaparición del dinero como circulante en efectivo dentro de los centros penales, que ahora  anuncia como novedad; la restricción de las comunicaciones, las políticas de atención a las víctimas y el fortalecimiento de las instituciones como la PNC. Bastaría comparar los salarios y prestaciones de la PNC a mayo 2009 con las existentes, para comprender el cambio.

¿Quién ignora el prestigio nacional e internacional que generó el Programa YO CAMBIO? Los esfuerzos por acercar el sistema educativo a esos centros, promover acciones que faciliten cumplir una sana reinserción a la sociedad, son  ejemplo para muchos países.

Lo peor,  en este y otros casos de la actuación del Presidente Bukele, es el irrespeto a sus propios funcionarios, cuando les da ordenes hacer cosas que la ley les tiene prohibido, como la de destituir comisionados, de  ignorar las jerarquías  establecidas en la Ley de la Carrera Policial y otras disposiciones.

En los ataques a los funcionarios de seguridad, aparte de querer ocultar su fracaso, fue evidente buscaba situar la atención en una más de sus matonerías para distraer la atención pública, fijada en el cúmulo de críticas y burlas que provocó y provoca su actuación en México. Ignoro que sentirán sus seguidores fanáticos, pero me imagino que un poco de vergüenza; muchos otros dentro y fuera del país, pena ajena.

Más grave es su indiferencia  ante la tragedia de nuestros migrantes, silencio, falta de valor para reclamar justicia. Si un soldado mexicano, por muy amigo que sea el país y el gobierno, asesina a  una joven  salvadoreña y no le motiva siquiera demandar justicia, qué se puede esperar de este gobierno; eso indigna.

Vienen a la mente los   incidentes ocurridos en nuestro Golfo de Fonseca, cuando un lanchero se pasa de límites y  las cancillerías de los países, sin perder relaciones, presentan los reclamos correspondientes y actúan.

¿Por qué en estos casos que implican vidas no se actúa hoy?

Ni el Presidente ni la Canciller tiene valor para  reclamar al gobierno de EE. UU., por su política anti inmigrante causante de tragedias día tras día a nuestros compatriotas. Mejor Congresistas de EE. UU. y  presidentes de otros países, se expresan con dolor y reclamo impactados por la dramática  muerte del compatriota Oscar Alberto Martínez y su hija Valeria, cuando buscaban cruzar el Río Bravo para llegar a EE. UU.

La falta de sentido de soberanía y el sometimiento, le impiden actuar con  dignidad; la matonería y la ignorancia a cometer errores y causar mucho daño. No hay que esperar cien días, está a la vista que este gobierno es un fiasco.

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