Salvador Ventura
La semana pasada leí un artículo del señor Ricardo Chacón, diagnosis en El Diario de Hoy en el cual hacía unas afirmaciones temerarias, fuera de contexto y tratando de disculpar (por cierto gratuitamente) y de exonerar al gobierno de Estados Unidos de la serie de disturbios provocados por grupos minoritarios en Venezuela.
En concreto, el señor Chacón decía que sectores vinculados a la izquierda tratan de culpar de los acontecimientos ocurridos en Venezuela “al imperialismo norteamericano”, lo cual, agregaba “es falso”. ¡Ver para creer! Estamos ante un caso de ignorancia, ceguera política o total desconocimiento de la realidad de América Latina y los Estados Unidos.
En qué mundo vivirá el señor Chacón, a quién defiende, ¿por qué oculta la realidad, confunde términos y procesos históricos, atropellando la verdad volviéndose fanático de la mentira? y, sobre todo, tratando de soslayar hechos pasados y actuales sobre intervenciones y participación directa de Estados Unidos en golpes de Estado y asonadas militares.
Los documentos desclasificados del Pentágono y del Departamento de Estado, así como de organismos de inteligencia, la CIA y el FBI muestran claramente la participación de las estructuras de poder militar y políticas de Estados Unidos en golpes de Estado contra gobiernos legítimamente electos en América Latina y otras regiones del mundo.
La estrategia de Estados Unidos, actualmente en Venezuela, ha seguido el manual de las intervenciones en América Latina. Una versión metamorfoseada de las aplicadas en Chile con el gobierno de Allende, en la década de los 70; en Nicaragua (1980) y Haití (1990). Muchos años antes en República Dominicana, Granada, Guatemala, Paraguay, Argentina, Brasil, etc.
Los archivos “desclasificados de la Seguridad Nacional” (National Security Archives) han revelado los intricados complots ideados por Henry Kissinger y sus colaboradores para aplastar el crecimiento del socialismo en América Latina.
En Chile invirtieron cientos de miles de dólares entregados a sindicatos, asociaciones empresariales y organizaciones sociales dispuestas a “luchar contra Allende”, un presidente democráticamente elegido por el pueblo de Chile. ¿Dónde queda entonces la democracia y las libertades defendidas por los mismos imperialistas?
Los transportistas bloquearon las calles, se negaron a transportar alimentos y materias primas para abastecer la producción y a la gente, los empresarios provocaron desabastecimiento y carestía, la “gran prensa” informaba a grandes desplegados todos los días de la crisis económica, de la “falta de papel higiénico”, de la paralización del agro, la industria y el comercio.
Mientras tanto, los millones de dólares seguían fluyendo, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, exhortaba al gobierno “a no reprimir a los estudiantes y a los trabajadores”, la campaña mediática precedió y preparó el Golpe de Estado, los militares corruptos vendidos al imperio cumplieron su parte, como también lo hicieron empresarios y sindicatos.
En 1980, señor Chacón, invirtieron miles de millones de dólares para eliminar a los sandinistas, esos que alguna vez en su vida usted defendió desde sus trincheras en México. Fue una guerra sucia y convirtieron a Nicaragua en la “prueba de fuego” de sus nuevas operaciones estratégicas.
El presidente Reagan creó a los contras, una fuerza contrarrevolucionaria compuesta por 15 mil efectivos fuertemente armados. Cuando el Senado de los Estados Unidos se opuso a seguir entregando dinero, utilizaron las drogas y el cruce de dólares para continuar sosteniendo las sucias maniobras contra los sandinistas.
Esos “angelitos” ahora defendidos por usted en Venezuela, han venido recibiendo millones de dólares desde 2001, cuando inician las maniobras para desestabilizar y derrocar al gobierno del presidente Hugo Rafael Chávez Frías, un hombre honesto, patriota, líder y elegido democráticamente por su pueblo. La Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy), un organismo de fachada de la CIA, entregó los primeros $390 mil al Instituto Republicano Internacional (IRI), institución luego convertirá en el partido Primero Justicia, actualmente liderada por Henrique Capriles y Leopoldo López.
Es lo que revelan los documentos desclasificados de la CIA. En esa lista también aparecen los nombres de Julio Borges, Liliana Hernández, Leonardo Carvajal (quienes viajaban constantemente a Estados Unidos a recibir instrucciones y, por supuesto, dinero para invertir en acciones contrarrevolucionarias).
En la nómina de la CIA también están Pedro Carmona, quien era presidente de Fedecámaras, como decir la ANEP en El Salvador, el Consorcio Justicia, Acción Campesina, Asamblea de Educación, Centro de Servicio de la Acción Popular (CESAP), Movimiento de la Gente, Instituto Prensa y Sociedad, Asociación Civil Justicia Alternativa, AD, COPEI y muchos más. Todos estos agentes, incluyendo a la diputada Corina Machado, e instituciones actualmente dirigen y participan en las revueltas, “guarimbas” les llaman, contra el gobierno de Nicolás Maduro y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Extraoficialmente se comenta, que el asesor de Arena, J.J. Rendón, coordina desde Miami, muchas de esas acciones desestabilizadoras, corruptas y antidemocráticas contra Venezuela. Este es apenas un principio, una parte de la realidad de América Latina y de las intervenciones de Estados Unidos, señor Chacón.