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Ezequiel linares
@EzequielLinar12
Hace seis años, un 23 de mayo de 2015, miles de salvadoreños que habían esperado por décadas fueron testigos de uno de los momento más histórico, sublime y lleno de espiritualidad en El Salvador, luego que monseñor Oscar Arnulfo Romero fue beatificado.
Para el hermano menor de monseñor, Gaspar Romero, la beatificación era “una deuda que se tenía con él. Porque él se entregó a los pobres y por haberse entregado a los pobres de este país, fue ofendido, amenazado y asesinado solo porque amó y defendió a los pobres”.
Un día antes de la beatificación la lluvia sorprendió al país, y las historias de miles de personas iban apareciendo en relación a imagen de monseñor Romero, su compañía, su protección, los milagros que ha hecho.
Romero, quien durante su trabajo pastoral denunció las injusticias, la represión y todas las violaciones del sistema hacia los más desposeídos, se ganó el corazón de los salvadoreños.
El mártir salvadoreño fue asesinado por un francotirador de los Escuadrones de la Muerte enquistados en la extinta Guardia Nacional, el 24 de marzo de 1980, en la capilla del Hospital Divina Providencia, en una misa en memoria de la familia Pinto.
De acuerdo a la información oficial, el francotirador y subsargento de la extinta Guardia Nacional (GN), Marino Samayoa Acosta, fue quien recibió todo el apoyo logística del mayor Roberto d’Aubuisson para asesinar a Romero, mediante una estructura irregular al mando del capitán Álvaro Saravia.
Este domingo de pentecostés se recordó, en alguna iglesias, la beatificación que hace seis años movió a todo el país y también al mundo.
Su causa a favor de los derechos humanos en El Salvador lo ingresó a la vasta lista de candidatos a beatificar por el Vaticano.
Es de destacar que los feligreses católicos siempre mantuvieron en su corazón la idea de que monseñor Romero, luego de su muerte, había resucitado en el pueblo.
Y también la esperanza de que fuera nombrado Santo, lo que ocurrió el 14 de octubre de 2018.
Este año, el recuerdo de su beatificación coincide con el domingo de Pentecostés, en el que la Iglesia católica conmemora el día que fue enviado el Espíritu Santo sobre los apóstoles que estaban reunidos.
Esto es considerado como el nacimiento de la Iglesia, al final de los 50 días después de la resurrección de Jesús con lo cual termina el tiempo de Pascua.
Su proclamación como Beato fue hecho por el cardenal Ángelo Amato, lo que precedió su santificación años después, como mártir de la Iglesia universal.
Es de destacar que cuando el papa Francisco lo santificó en la Plaza San Pedro en Roma, mencionó que monseñor era un hombre lleno de humildad, compromiso con los más pobres y amor por el Evangelio.
Estos calificativos fueron retomados en la visión que el papa Francisco utilizó hace dos años, al referirse a monseñor Oscar Arnulfo Romero, durante su canonización, en la Plaza de San Pedro, el 14 de octubre de 2018.
Una de las iglesias que recordó la beatificación fue la de Ciudad Barrios, donde el párroco David Torres se refirió al recibimiento de la imagen peregrina de Jesucristo del rescate y al día del sexto aniversario de la beatificación de san Oscar Arnulfo Romero.
Los feligreses en esa Iglesia dieron también gracias a Dios por el pentecostés.
“Al espíritu santo, a Jesusito del rescate y a san Oscar Arnulfo Romero un fuerte aplauso, que viva el pueblo Santo de Dios”, dijo el sacerdote con evidente emoción.
