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En Centroamérica se prevé que El Salvador y Panamá tendrán la mayor afectación del Producto Interno Bruto (PIB) (-9 %) y, en Guatemala, el impacto sería menor (-2 %). El déficit fiscal alcanzó $2,251 millones a septiembre (5.9 veces más que en igual período de 2019) y la deuda pública rondaría 90 % del PIB al final del año.
Por lo que la Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA) consideró necesario que la gestión fiscal busque eficiencia en el gasto y que la deuda pública sea sostenible, así como predictibilidad de la política fiscal a mediano plazo, lo que contribuiría a mejorar la percepción de riesgo soberano.
La recuperación económica del país requiere preservar un entorno favorable a la inversión y a la generación de empleo.
La economía global fue afectada por la pandemia y las medidas para contenerla.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó en octubre que el PIB mundial disminuirá 4.4 % en 2020.
En tal sentido, el respeto a la institucionalidad y al Estado de Derecho son esenciales, así como realizar esfuerzos para lograr acuerdos entre los órganos del Estado en temas de la agenda nacional De igual forma, el sistema bancario salvadoreño reportó que, hasta noviembre del presente año, el financiamiento empresarial aumentó un 4.7 %, lo que equivale a $281 millones; dichos recursos fueron destinados para empresas de diferentes segmentos y sectores económicos.
Servicio, comercio e industria fueron los rubros a los que se les otorgó mayor número de créditos, ya que concentran el 65.8 % del total de préstamos otorgados a empresas. Durante 2020, los bancos realizaron sus actividades en un entorno marcado por los efectos de la emergencia sanitaria. Sin embargo, el crédito registró un saldo de $13 mil 302 millones a octubre de 2020, reportando un crecimiento del 2.4 %.
La ABANSA reportó que los depósitos persistieron en su crecimiento a tasas interanuales de dos dígitos durante 2020, ya que a octubre aumentaron 11.1 %, arribando a $14 mil 802 millones, es una señal Este crecimiento se observó principalmente en los de cuenta corriente (12.9 %) y de ahorro (17.9 %), originado mayormente por empresas y personas.
ABANSA también reportó que a octubre, la liquidez del sistema bancario es amplia, el coeficiente de liquidez neta registró 38.2 % (35.7 % un año atrás). La ratio de solvencia fue 14.90 %, superior al 12 % requerido por ley. La cobertura de reservas alcanzó 201.3 %.
Por lo que ABANSA consideró que los indicadores financieros muestran solidez y estabilidad del sistema bancario, desde antes de la pandemia, lo que permitió a las entidades apoyar a sus clientes afectados por la crisis, con soluciones financieras flexibles, y continuar desembolsando créditos