Iván Escobar
Colaborador
La necesidad de fomentar entre los estudiantes y fortalecer el trabajo de los académicos, catedráticos, así como compartir experiencias entre investigadores locales e internacionales, son algunas de las apuestas del Seminario de Investigación de Antropología Sociocultural, que se desarrolló en la Universidad de El Salvador (UES).
“El propósito de este seminario es inculcar a los estudiantes el interés por la investigación científica, desarrollar esa cultura de investigación científica en El Salvador…para superar esa visión cortoplacista que se tiene”, expresó Carlos Lara Martínez, catedrático y Coordinador de la Licenciatura de Antropología Sociocultura de la UES.
El seminario desarrollado entre el 9 y 10 de octubre del presente año, reunió a estudiantes e investigadores internacionales en mesas de trabajo y discusiones sobre investigaciones locales realizadas por universitarios, quienes por más de un año trabajaron en sus temas, los cuales ahora someten al debate profesional. Jeimy Huezo, estudiante de la UES, se mostró optimista por el encuentro que les permite dar a conocer sus trabajos, así como intercambiar experiencias, y conocer de primera mano investigaciones extranjeras.
El seminario arrancó con la ponencia magistral del Dr. Angel Zarco Mera, quien compartió una investigación realizada en el sureste de México, luego de la pandemia del COVID-19, específicamente en el Estado de Chiapas, en San Cristóbal de las Casas, respecto a una bebida local y propia de las comunidades indígenas.
También participaron durante este seminario, con sus trabajos y aportes, la Dra. Denisse Román Burgos, quien presentó: “La expansión del aguacate Hass, regulaciones ambientales y el Estado mexicano del siglo XXI”; y se cerró con la ponencia magistral de la Dra. Edith Françoise Kauffer Michel, del CIESAS.
Los estudiantes presentaron diversos trabajos sobre Antropología económica, Memoria e identidad sociocultural, y Ecología cultura y política.
Entre los temas a destacar están: “Las flores de papel encerada de Quezaltepeque. Creatividad que ha trascendido con el tiempo”; “La situación socioeconómica de los pescadores y lancheros de la Isla Perico, en el departamento de La Unión”, “Imaginario colectivo y moneda nacional: aproximación antropológica al impacto de la dolarización en la cultura popular salvadoreña”; “Efervescencia de género como posicionamiento político o experiencia de clase: identidades no binarias frente al estado salvadoreño”; “Memoria histórica y ritual: construcción de la identidad, los espacios de memoria y la memoria histórica a partir de la conmemoración de la Masacre de La Quesera”; entre otras.
La pandemia en México detonó el uso de medicina ancestral
La ponencia magistral del Dr. Zarco se basó en la presentación de la investigación que realizó posterior a la pandemia del COVID-19, la cual dijo que “en México detonó la utilización de la medicina natural”.
Zarco explicó que su trabajo se desarrolló en San Cristóbal de las Casas, sobre una bebida ancestral, que se llama “Pox”, un aguardiente elaborada a partir del maíz, pero que en la historia desde tiempos de la colonia, este varió, y hoy este ingrediente original fue desplazado, y sustituido por la Caña de Azúcar (la panela), y el salvado de trigo.
El investigador comentó cómo una bebida propia de los mexicanos, y muy común en las comunidades indígenas, hoy en día, llega a costar en zonas turísticas hasta el triple o más de su precio original, sin que se preserve ni su esencia originalidad ni beneficie a los productores locales de la misma.
Pero con la pandemia del COVID, su investigación reveló cómo el Pox pasó de ser una simple bebida, a un medicamento preventivo del mortal virus, para los mexicanos. “Detonó la emergencia estos saberes, sus usos culturales se siguen actualizando”, quedó en claro, aseguró.
La antropología biocultural, dijo, permite interpretar y conectar con estas situaciones que pueden pasar desapercibidas si la ciencia, si la investigación no indaga más. Con la pandemia y el miedo de la gente, muchas personas, sobre todo curanderos o expertos en medicinas naturales en las comunidades indígenas y localidades, encontraron en bebidas como el Pox, una cura, una opción para las personas. “Se crearon espacios histórico culturales para conocer y de actualización de esos saberes”, concluyó.
Con esta ponencia magistral, Zarco demostró que la investigación rigurosa puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas, pero sobre todo demostrar con hechos, de voz de la propia comunidad qué y cómo actúan frente a una situación crítica, además de conocer cómo algo propio es desplazado por lo que se vende como un producto mejor o que genera más ganancias pero a personas ajenas a la comunidad o sector.
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