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Acceso limitado, las mujeres siguen al margen de espacios de poder

La reducción de espacios de elección popular, en la Asamblea Legislativa y concejos municipales, se agregó a una lista de problemas a los que se enfrentan las mujeres en el acceso a espacios de poder. Sin políticas y cambios reales para disminuir la brecha de género, la inequidad y desigualdad en la participación política de las mujeres seguirá por generaciones. Foto Diario Co Latino/Archivo (Samuel Amaya)

Samuel Amaya

Rebeca Henríquez

@DiarioCoLatino

Desde la ausencia de leyes que garanticen la equidad en la participación real, hasta reformas que complican todavía más su incursión en la política y en cargos de elección popular, la participación política de las mujeres en El Salvador es limitada.

Con la reestructuración municipal y legislativa, los espacios en los puestos de poder disminuyeron y, con ello, la posibilidad de las mujeres para acceder a estos y promover sus derechos desde espacios importantes como la Asamblea Legislativa y los gobiernos locales.

“La Ley de Reestructuración Municipal redujo los asientos en los concejos municipales. Antes el concejo municipal más grande tenía 14 concejales, ahora tiene diez. Entonces, los espacios son menos, son menos para las mujeres, para los jóvenes, para otro tipo de poblaciones vulnerables que puedan ser representativas en un concejo municipal”, reflexionó la diputada del partido VAMOS, Claudia Ortiz, sobre el estado desproporcionado en la esfera política para la mujer salvadoreña.

En junio de 2023, la Asamblea oficialista aprobó la Ley de Reestructuración Municipal, que redujo los 262 municipios a 44. La decisión, proveniente de la Presidencia de la República, se basó en un supuesto diagnóstico de “todos los municipios del país” y “fundamentado en diversas fuentes”, según el decreto aprobado.

También se reformó el Código Electoral para recortar las diputaciones en la Asamblea Legislativa y pasó de 84 a 60.

Pese a que el decreto aseguraba que era necesaria “la implementación de cambios profundos” en la administración municipal y la gestión legislativa, lo cierto es que quedaron muchas preguntas sin respuesta sobre el nuevo funcionamiento y, de paso, afectó más a las mujeres en su acceso a espacios de toma de decisiones.

¿Beneficios para quién?

Denisse Siliézar, coordinadora del Centro de Monitoreo Político de Acción Ciudadana, infiere que las reformas de junio del año pasado “obedecieron a un tema de concentración de poder por parte del partido Nuevas Ideas”.

“Obviamente, (al reducir) las circunscripciones municipales, el número de escaños dentro de la Asamblea Legislativa, se está reduciendo la posibilidad de que otros partidos políticos puedan acceder a los distintos cargos de elección popular”, dijo.

Pero, además, asegura que la medida no contribuye con la disminución de la brecha de género en este ámbito.

“En el caso específico de las mujeres, lo que observamos es que antes tenían 262 posibilidades para poder acceder a un cargo, ahora solamente hay 44 posibilidades. Pero en todo esto hay que tener en consideración que, por ejemplo, existen también limitaciones para que ellas puedan acceder a participar dentro de la política de manera general”, comentó Siliézar.

La participación política de la mujer salvadoreña, históricamente, ha sido minoritaria en espacios de poder público y especialistas en el tema consideran que hoy, más que nunca, se ve amenazada ante la poca participación de mujeres en la política.

“Es algo tan sencillo, por ejemplo, no verse representadas dentro de un concejo municipal, que no existan políticas a favor de las mujeres dentro del concejo y es que, si no hay voces femeninas, no hay puntos de vista que puedan discutirse, que puedan apoyar propuestas o que pueda plantearse algún tipo de lineamiento que ayude a las mujeres dentro de las comunidades a poder salir adelante”, puntualizó.

A juicio de la abogada y experta electoral, Ruth Eleonora López (jefa de Anticorrupción y Justicia de Cristosal), la Ley de Reestructuración Municipal “definitivamente no tiene como objetivo mejorar la calidad y la atención de los servicios para la población”; más bien, “tiene muchos impactos que incluso no han sido medidos todavía, y que tampoco son percibidos por la población”.

De hecho, afirmó que, con las reformas, la gestión municipal se alejó de la población, pues esa intermediación a través de los ahora distritos ya no permite que las personas, sobre todo de los que eran municipios más pequeños, puedan tener un contacto directo con sus alcaldes y con sus concejos municipales.

 

Contexto sociocultural del país que condiciona la participación política de las mujeres. Foto Diario Co Latino/Informe Acción Ciudadana

Mujeres ‘cuesta arriba’ 

La Ley de Partidos Políticos señala en su artículo 38 que todos los institutos políticos deberán integrar en sus planillas para elección de diputaciones a la Asamblea Legislativa, Parlamento Centroamericano y miembros de los concejos municipales al menos un 30 % de participación de mujeres.

Sobre el tema, el “Diagnóstico para El Salvador de Índice de Paridad Política”, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ONU Mujeres y el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional), plantea que esta medida conlleva algunas restricciones o debilidades, asociadas con su diseño legal e interacción con el sistema electoral, lo que requiere de medidas correctivas para que tenga un impacto en la representación y no solo al momento de la inscripción de las candidaturas.

Por ejemplo, explica que la medida ha sido interpretada o recibida por la mayoría de los partidos políticos como un techo y no como un piso, lo que se evidencia en los estatutos partidarios. Los institutos políticos lo norman de acuerdo con el porcentaje legal.

La cuota se aplica de manera conjunta a la lista de candidaturas propietarias y de suplencias. La experiencia salvadoreña da cuenta de que, de los últimos cuatro periodos de elecciones municipales y legislativas, las mujeres son inscritas y electas mayormente en puestos de suplencias, limitando el ejercicio sustantivo de sus derechos políticos.

Estas organizaciones sostienen que contar con una medida afirmativa, como la cuota de género en El Salvador, no está necesariamente respondiendo de manera efectiva a la expectativa con la que nace: que las mujeres realmente tengan mayores posibilidades de ser electas.

Silvia Juárez, de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), planteó que, desde siempre, las mujeres han arrastrado la idea social de que a ellas no se les vincula con el poder. Pero, además, los partidos políticos no convencieron a su electorado de tener que votar por las mujeres y las ponían sólo por el cumplimiento de la exigencia del 30 %.

Sobre las reformas hechas en junio de 2023, Juárez aseguró que cualquier reforma que afecta a los territorios afecta la participación política de las mujeres, entendiendo que la participación no solo se circunscribe a la participación de mujeres en cargos de elección popular; sino, a la participación de toma de decisiones en su ámbito más local.

En ese sentido, planteó que los cargos en los concejos municipales también se redujeron significativamente.

“El total de concejalías o de personas regidoras propietarias, hasta las elecciones de 2021, era de 1,424. Es decir, había una proporción en la cual las mujeres podían participar. A partir de las elecciones de este año (2024), solo fueron 196. Las mujeres no han sido prioridad por una serie de obstáculos, sabemos que esta reforma les va a impactar significativamente”, dijo.

El escrutinio final de las elecciones para el periodo 2024-2027 determinó que las mujeres electas solo representan el 18 % del resultado total de las postulaciones de alcaldes y alcaldesas para la gestión actual. Es decir, que solo ocho mujeres ocupan puestos de toma de decisión pública de las 44 alcaldías en el territorio salvadoreño.

En tanto, los hombres representan el 82 % de esta elección, lo cual pone en evidencia la histórica y reducida presencia femenina que por décadas se ha visto minoritaria y ahora, con la Ley de Reestructuración Municipal, se ve agravada.

De las 319 personas que corrieron en las elecciones municipales de febrero pasado, únicamente 59 eran mujeres. Las ocho mujeres electas son: Milagro Navas (Arena), del municipio de La Libertad Este; Nohemí Alfaro (NI), de Usulután Oeste; Luz María Torres (Fuerza Solidaria), de Usulután Norte; Victoria Gutiérrez Salmerón (NI), de La Unión Sur; Marcela Pineda Erazo (NI), de La Paz Este; Janet González (Gana), de La Libertad Oeste; Carolina Escobar (NI), del municipio de Santa Ana Este, y Guadalupe Campos (NI), de Cuscatlán Sur.

Respecto a la Asamblea Legislativa, de los 60 escaños, 19 de ellos son ocupados por mujeres. La mayoría (17) los ocupan representantes del partido Nuevas Ideas y sólo hay dos de oposición, de los partidos VAMOS y Arena.

Involución en la participación política de las mujeres

Participación de las mujeres en concejos municipales desde 1994 a 2021. Foto Diario Co Latino/Informe Votante

En el informe “Violencia electoral y política contra la mujer en espacios de participación política”, presentado en marzo de este año por la iniciativa Votante, que aglutina a diversas organizaciones de la sociedad civil, se muestra la evolución de la participación legislativa y municipal que han tenido las mujeres en los últimos periodos, algo que ahora parece ir en retroceso.

Por ejemplo, en el año 2009 la cifra era de 16 mujeres como diputadas propietarias en el recinto legislativo, misma que incrementó a 23 en 2012 y ascendió a 27 en 2015, la cifra más alta en las últimas diez gestiones. En 2018 fue de 26 y en 2021 bajó a 24.

En la actual gestión legislativa, que está conformada por 60 diputados (19 mujeres), el 55 % de los cargos de suplencia corresponde a mujeres; es decir, que 33 de los 60 puestos de suplencia son mujeres, de partidos oficialistas o afines, y únicamente tres corresponden a partidos de oposición.

Votante considera que la disminución en la participación de las mujeres en cargos de elección popular, en gran medida, se deriva de las escasas condiciones de equidad en la contienda de la actividad institucional para actuar frente a la violencia política, a falta de incentivos de participación y por la violencia estructural, cultural y patriarcal que existe en El Salvador.

El análisis de Acción Ciudadana sobre las elecciones municipales de 2024 da cuenta de que, históricamente, la participación de las mujeres ha sido baja, pues el promedio de participación como alcaldesas es del 12.2 % en el periodo que comprende desde 2012 hasta finalizar el actual, en 2027. Porcentualmente, el 11 % de los cargos de alcaldes han sido ocupados por mujeres, frente al 89 % atendidos por hombres.

La participación política en la Asamblea por parte de la mujer salvadoreña incrementó evidentemente como diputadas propietarias. Sin embargo, también lo hicieron las cifras en cargos de diputaciones suplentes, que solo en las últimas cinco gestiones pasó de 26 (en 2009) a 45 (en 2021).

Esto representa, en muchas ocasiones, un impacto negativo al ser relegadas de los cargos, porque no existe una relación directa en la participación de toma de decisiones o de apoyo a las iniciativas en favor de las mujeres.

En un caso distinto, el porcentaje de efectividad de las candidatas a municipalidades en las últimas cuatro gestiones no ha aumentado más allá del 18 %. En el año 2015, de 191 mujeres inscritas para ostentar algún cargo de elección pública, solamente 27 fueron electas, lo que representa un 14.14 %.  En 2018, de 186 candidatas sólo 29 fueron electas, este dato engloba un 15.59%.

Para el caso del periodo 2021, de 199 fueron elegidas 29, lo que nuevamente bajó el porcentaje a 14.57%. En los más recientes comicios, la cifra fue de 18.5% y, si bien el porcentaje tuvo un leve incremento, la cantidad no ha sido significativa, precisamente por la reducción de municipalidades.

De acuerdo con la representante de Acción Ciudadana, Siliézar, el hecho de que las mujeres no se vean representadas dentro de un concejo municipal y que no existan políticas a favor de las mujeres, significa que no habrá puntos de vista que puedan discutirse para apoyar propuestas de mujeres dentro de las comunidades, que buscan, por ejemplo, soluciones con programas económicos a favor de ellas, que es uno de los aspectos que más les afecta.

Para la abogada López, de Cristosal, la problemática no solo se aborda desde las nuevas propuestas que puedan darse a favor de las mujeres; sino que también se enfrasca en el aspecto de qué tanta empatía existe entre la representación de mujeres en el congreso salvadoreño, ya que ese aspecto también se vuelve una limitante para apoyar las causas que beneficien a las voces femeninas del país.

Según la diputada Ortiz, la mujer salvadoreña debe aprender a defenderse a sí misma, sujeta a sus derechos y a su dignidad. Destacó que las mismas pueden sentirse identificadas con sus representantes políticas en la medida que también las mujeres políticamente activas las defiendan y se defiendan a sí mismas de los ataques.

De acuerdo con el informe de Acción Ciudadana denominado “Mujeres, Financiamiento y Elecciones en El Salvador”, la cultura machista sigue siendo un obstáculo para las mujeres que aspiran a un cargo de elección popular. En los testimonios recogidos por la organización destaca que el machismo no solo se percibe en el territorio, sino también en los organismos de dirección de los partidos políticos, ya que persiste la tendencia a favorecer las candidaturas de hombres.

“Cuando te hablo de machismo incluso tiene que ver adentro de las estructuras partidarias, como mi partido (…). Cuando íbamos en la campaña yo era la única candidata mujer y nunca me mencionaban y me paraban atrás del resto de candidatos”, comentó una de las entrevistadas para los testimonios de Acción Ciudadana.

Las entrevistadas en este reportaje coinciden en que la participación de las mujeres en los espacios de tomas de decisiones es fundamental no solo para las mismas mujeres; sino para las juventudes, comunidades organizadas y trabajadores, así como para la defensa de derechos humanos, entre otros aspectos.

Consideran que la mujer salvadoreña es la que empuja por sacar y resolver los problemas que enfrenta la sociedad salvadoreña y, sin su presencia, la equidad continuará amenazada en una sociedad donde predomina la voz masculina.

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