Rafael Lara-Martínez
New Mexico Tech,
Desde Comala siempre…
y
Karen Escalante Barrera
Gracias infinitas
(Apoyo documental)
I. Es el mismo y es otro, su reflejo
Es posible que aa-sel-w(i)a combine tres raíces, a saber: aa-t, “agua”, selia/celiâ, “recibir/aguantar/hospedar/retoñar” o sel/cel, “tierno, verde, puro”, y w(i)a/hu(i)a, “verbalizador (1); incoativo (volverse X) (1), “abundancia/posesión” (3) o “pasivo” (2). Dos fórmulas disímiles enunciarían la hipótesis anterior: RN + RV + SUFIJO1 (SUF) vs. RN + ADJETIVO (ADJ) + SUFIJO2. De este compuesto se derivaría una doble glosa: “lo que recibe/hospeda/retoña agua”, “(lo que) causa/se vuelve agua tierna/fresca”. Además, el sustantivo acel(li), significa “liendre” (ahsi:l(ti) en Campbell) —RN + SUFIJO3— ofreciendo una tercera paráfrasis alternativa, aun si otro topónimo resulta semejante: acilao. Estas interpretaciones exhiben una división técnica del significante —sonido y grafía— ya que los nahua-hablantes interrogados aportan otras lecturas divergentes.
Si por su índole posesiva y personal no se incluiría el homófono —no–cêl/nu-seel, “mi-mismo/soledad; yo mismo/solo (my-self/alone)”— un certero albur legitima otra cuarta exégesis alternativa: a-seel-wate, “agua-sola/misma-chacha/gemela” (Posesivo (POS) + RN + RN), sin terminación locativa que lo justifique como topónimo según se explicará en seguida. En el náhuatl-mexicano, esta palabra se emplea precedida de un adjetivo posesivo —no-cêl ni-câ, “mi-solo/self yo-estoy; estoy solo/I’m by myself”— o se incorpora a la raíz verbal, como la de “agua”, aat/âtl, al anteceder al verbo en su variante cêm/n: îel quichihua, “lo hace íntegramente”; nitlacênteca, “lo reúno/coordino”. En náhuat-pipil: nak-tuk i-sel i-naj-naka-yu, “sólo han quedado las carnes; quedar-participio/perfectivo su-solo su-reduplicación-carne-inalienable”; naka-k i-sel-chin (t)i-pan, “se quedó solo atrás; quedar-pretérito su-solo-diminutivo su-locativo”; ni-k-seen-tepeewa, “lo recolecto/recojo; yo-lo-uno-recolectar”.
Esta lectura la validaría el documento que afirma la existencia de dos aguas —una cálida y otra fría— las cuales podrían confluir hacia la misma cuenca en ciertas épocas:
El rio (Acelhuate) —agrega más adelante— que corre como de la parte del Sur, hacia el Oriente, aunque desemboca en el mar del Sur (a través del rio Lempa), corre por la circunvalación oriental de la ciudad, a raíz (al pie) de unas sierras (Amatepec cerro de San Jacinto, [nótese el locativo final, -c]), de donde brollan a trechos algunos manantiales de agua caliente (El Coro, La Chacra y Agua Caliente), que incorporada con la del rio, que es frío, hace una temperatura muy suave para baños, más o menos tibia, según la elección y gusto de los que la usan (Fray Francisco Vásquez (Guardián del Convento de San Antonio (1693), San Salvador), “Crónica de la Provincia del Dulcísimo Nombre de Jesús de Guatemala”, Libro II: 12, 1714, según Lardé y Larín, 1976).
En su surco coincidiría la doble faz del concepto náhuatl-mexicano côåtl, “serpiente” y “gemelo, cuate”, tal cual en el verbo nitlacôâmati, “hospedo/recibo a alguien”. No en vano, según las nahnatzin, Acelhuate se glosaría “reencuentro de aguas” (información de Juliana Ama), acaso de ahci/ajsi, “llegar, encontrar” por una antigua imagen del amor en río. Sin confusión, su vertiente mezcla el agua de cauces diversos. Por otro nuevo juego de palabras, también remite a los watales/huatales, a los breñales acuáticos (a-) frescos (sel-/cel-), listos a la siembra, según otras nahnatzin (Guillerma Paz, Andrea López, Visitación García, María Úrsula García). Las fórmulas serían: RN + RV + SUF sin especificar vs. RN + ADJ + RN.
Adicionalmente, de presuponer que los topónimos poseen una terminación locativa ineludible —la cual la oculta la traducción española— es posible que el sufijo erosionado –te corresponda a –tan/co…, “en el lugar de”. En verdad, la pérdida de la /n/ final resulta un rasgo común de muchas hablas locales nahuas, desde el centro al sur de México. Hipotéticamente en El Salvador, lo demostrarían los topónimos de dos afluentes del Acelhuate —Matalapa e Ilohuapa— para los cuales debe restituirse la terminación locativa -pan (Lardé y Larín). En la entrada toponímica anterior a este río, Geoffroy Rivas mismo restablece el locativo -tan de Aceceite —“a(t)-sesec-tan, en el lugar de agua fría” (RN + ADJ + LOC)—el cual, por paralelismo con el sufijo en cuestión, obligaría a aplicarle la misma lógica. Esto es, por razón gramatical equivalente, se reescribiría A-cel(-)hua-tan. De cambiar la primera consonante a tz/ts, la grafía modificada la confirmaría el verbo incoativo tsejtselwa/tzejtzelhua, “agitar”. Sin la sílaba reduplicada inicial —y la raíz de “agua”, incorporada al principio— se obtendría atzelhua o atzelhuatan/atselwatan con un sufijo locativo terminal. Es decir, “en el lugar donde se agitan las aguas”.
Esta hipótesis resuelve la incógnita del esquema de incorporación nominal ampliándola de la manera siguiente en tres fórmulas dispares:
Topónimo de Acelhuate = RN + RV compleja + LOC ≠
Posesivo (POS) + RN + RN + LOC ≠
RN + ADJ + SUF + LOC.
En dado caso la quíntuple glosa rezaría “en el lugar que recibe/hospeda/retoña el agua” (1), “en el lugar que causa/hace/germina el agua tierna/pura” (2), “en el lugar de abundantes liendres” (3), “en el lugar del agua sola y gemela; en el lugar del encuentro de aguas” (4-4bis), o “en el lugar de los breñales de fresca agua/frescos breñales acuáticos” (5). De mantener la paráfrasis de Geoffroy Rivas, se enunciaría: “en el lugar (-te, -tan/co…) del riego; en el sitio de irrigación/del rocío”, o bien “en el lugar donde se agita el agua/las aguas” (6-6bis). Al quinteto hipotético se añade un par de lecturas alternativas. La reescritura que omite el locativo implica una cuestión espinosa, ya que identifica el topónimo o locativo al nombre de una entidad, es decir, el estar se asimila al ser. ¿Hay (There is/are X) ser (to be) sin estar (X is there)? Esta distinción se explica en seguida al comentar la imagen social del río.
A continuar: II. Riyendo voy por el río