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César Ramírez
@caralvasalvador
La famosa libertad en la redes sociales, Facebook, Instagram, Twitter, internet en general es una ficción, veamos el ejemplo de la Unión Europea, EEUU y otras naciones contra Rusia; en menos de un mes las comunicaciones financieras están congeladas, al igual que las transacciones económicas, similar destino tienen los medios de comunicación: Radio, Prensa, Televisión, Cables Internacionales e incluso los productos farmacéuticos: vacunas, instrumentos, medicamentos etc. esa situación en extrema negativa nos indica un elementos oculto en todo el panorama: la propiedad privada de esos modelos productivos, mejor dicho son propiedad de empresas capitalistas con un puñado de dueños millonarios… así las nuevas criptomonedas en todas sus formas son resultado de un monopolio anónimo, los grandes Bitcoin-tenientes (Ballenas) son inversores anónimos, ellos poseen 10,000 Bitcoin, así controlan un tercio de las criptomonedas; tienen información privilegiada, dominan el mercado, pueden subir o bajar los precios y en algún momento lo pueden desconectar como ha sucedido en el actual conflicto con Rusia-Ucrania donde el modelo no funciona y no lo hará en mucho tiempo… ¿qué pueden esperar los usuarios de esas redes? ¿son capitales privados o rehenes políticos por su nacionalidad? ¿en El Salvador también podría desconectarse de un día para otro? ¿qué contrato respalda las inversiones?
Me parece que la guerra Rusia-Ucrania es una lectura del mercado comercial con un importante componente político.
Si el panorama es un conflicto económico como en la I y II guerra mundial los resultados serán un nuevo orden, pero si la guerra se debe a un componente político discutimos elementos históricos: territorio, seguridad, fronteras, desarrollo armamentista, hegemonía internacional, los Tratados del siglo pasado etc. el resultado será la exclusión de unas naciones contra otras, una Guerra Fría Recargada.
Después de la II Guerra Mundial nace la Guerra Fría, que produjo dictaduras en América Latina.
En nuestra nación el conflicto Rusia-Ucrania se perfila como crisis de combustibles, alimentos, migración, inestabilidad económica y en el centro el Dólar norteamericano que riñe en esencia con el Bitcoin que no es moneda; las monedas tradicionales permanecerán intactas porque son acuerdos internacionales, mientras la criptomoneda no tienen ningún conglomerado económico legal internacionales que respalden sus funcionamiento, todo es secreto, en consecuencia lo más seguro es: un pacto con el FMI, no permanecer en la aventura del Bitcoin, retornar a la política de integración monetaria con el dólar estadounidense o asumir la exclusión internacional del comercio internacional, como sucede con Rusia en estos momentos.
