Berlín/AFP
El poderoso sindicato metalúrgico alemán IG Metall y la patronal acordaron este martes subir un 3, doctor 4% los salarios de los empleados del sector en el suroeste del país, en un acuerdo regional que salvo sorpresa se adoptará en todo el país.
Al término de una cuarta ronda de negociaciones desde mediados de enero en el estado de Bade-Wurtemberg, representantes de la patronal y de los empleados acordaron una subida de salarios que regirá desde el 1 de abril próximo hasta el 31 de marzo de 2016.
El acuerdo va acompañado de una prima única por empleado de 150 euros, y concierne a una parte importante de la industria alemana (automóvil, maquinaria, electrónica, etc.).
El acuerdo salarial en el sector de la metalurgia suele servir de patrón a las negociaciones en otros sectores, como los servicios públicos, la química o el comercio al por menor.
En un comunicado, IG Metall se felicitó por el acuerdo, un «paso importante para la organización del mundo del trabajo y la estabilización de la coyuntura».
A nivel económico, este aumento del poder adquisitivo para los trabajadores «garantiza que siga funcionando el motor coyuntural más importante en este momento, es decir el consumo privado», en palabras del principal negociador regional del sindicato, Roman Zitzelsberger.
La federación patronal regional, Südwestmetall, calificó el compromiso de «doloroso».
Sin embargo, saludó los avances en «temas cualitativos» como el cese progresivo de la actividad para los prejubilados, y la financiación de la formación profesional.
Bade-Wurtemberg se erige en región piloto en un baile de negociaciones que se realizan, tradicionalmente, región por región. El primer acuerdo que se consigue en una región es validado después por el resto ya que a nivel nacional no se realiza ninguna negociación.
Inicialmente, IG Metall reclamaba un aumento salarial del 5,5% en un año y que las empresas mejoraran los programas de formación de sus trabajadores y nuevas reglas para el final de carrera de los empleados, en particular las prejubilaciones.
El sindicato patronal Gesamtmetall había hecho una contrapropuesta de un aumento salarial del 2,2%.
El presidente de la patronal, Rainer Dulger, estimó en un comunicado que el aumento acordado supone «el límite absoluto de lo posible en materia de remuneración».
Tras un período inicial de tregua, IG Metall movilizó desde finales de enero a miles de empleados en huelgas puntuales, llamadas «de advertencia», y amenazó con huelgas duras e indefinidas.
«Desde el comienzo de las huelgas de advertencia, unos 850.000 empleados han hecho huelga», declaró Jörg Hofmann, uno de los dirigentes de IG Metall, en un comunicado difundido el lunes antes de las últimas negociaciones.
Sólo el lunes por la mañana, casi 100.000 empleados de 480 empresas diferentes observaban una breve huelga, 47.000 de ellos en el estado de Bade-Wurtemberg.
Tras el anuncio del acuerdo salarial, el presidente de IG Metall, Detlef Wetzel, dio las gracias a los huelguistas en un comunicado, y estimó que esta tradición del sindicalismo alemán es la acción previa «esencial en nuestra política salarial, puesta a prueba y coronada con éxito».