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Adiós 2018

César Ramírez
@caralvasalvador

La prolongada ausencia de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia verificó la profunda desconfianza política que atrapa a la comunidad jurídica. Prevalecía el discurso amigo-enemigo frente a tan altos cargos, no era para menos, la Ex Sala Constitucional dejó un amargo sabor de arbitrariedades que aún ahora son incomprensibles, por ejemplo: el SITRAMSS, la calificación de funcionarios públicos afiliados a partidos políticos que les inhabilitaba en cargos de la Corte de Cuentas de la República, el Tribunal Supremo Electoral, la misma Corte Suprema de Justicia; además, negar a militares retirados ejercer cargos públicos, el veto a la emisión de bonos de la República, la exclusión de diputados suplentes de la Asamblea Legislativa, la tardía inhabilitación del candidato a la presidencia, Tony Saca, el voto cruzado, la apertura de urnas electorales que no cambió en absoluto el resultado del TSE (significó más de $1 millón), etc.

El quehacer de la Fiscalía de la República tiene un desequilibrio notable, si bien actuó contra bandas criminales y organismos terroristas, dejó de perseguir a notorios miembros políticos que recibieron sobresueldos sin declararlo en Hacienda, no investigó desfalcos fiscales en instituciones públicas de administraciones anteriores, ni actuó de oficio ante reuniones públicas de personeros políticos con terroristas, tampoco ante los llamados insurreccionales en momentos poselectorales, etc.

Existe una grave preocupación sobre el futuro evento electoral, debido a la manifestación pública de miembros del partido Gana que invadieron el TSE, acto promovido por los líderes de esa organización a través de llamados públicos en redes sociales; mañana, cuando otro partido gane la elección, la reacción podrá ser similar, pero con graves consecuencias sociales.

Si bien la pasada derrota electoral del FMLN es un síntoma evidente de una enfermedad sistémica, el antídoto junto a un tratamiento de cuidados intensivos puede restaurar la salud del partido, la recuperación se encuentra en la historia… nada es más dañino que perder la moral y el honor de la organización… “los soldados rusos más valientes en la segunda guerra mundial, al ser capturados les hablaban de traición de sus propios amigos, les lavaban el cerebro, les hacían creer que luchar por sus principios no tenía sentido, así les acobardaban y les destruían moralmente, se convertían en esclavos…” pero cuando descubrían que aquello era falso en poco tiempo recobraban su valor y coraje… luego vencieron a los nazis. La buena noticia llegó con Monseñor Romero (14OCT018).

www.cesarramirezcaralva.com

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