@OscarCoLatino
Mangos, salve paternas, mamey, marañones y otras frutas de temporada fueron colocadas al pie de la Santa Cruz, con lo que se agradece a Dios y a la tierra por los frutos obtenidos durante la cosecha pasada y se pide abundancia para la cosecha venidera.
En la actualidad muchos hogares colocan una cruz de “palo de jiote”, adornada con papel de “china”, recortado en forma de cortinas y cadenas, elaboradas por manos artesanas salvadoreñas que en el sector informal desarrolla el comercio en estas fechas. A su vez al pie de la cruz dejan las frutas de temporada para compartir después de santiguarse.
La tradición de adorar a la Santa Cruz tiene sus orígenes en la
celebración precristiana conocida como Festividad de los Mayos, en la
que se conmemoraba el tiempo medio de la primavera rindiendo cultos a
la naturaleza.
Se festejaba adornando un árbol al que se le ponían gallardetes o flores,
mientras se hacían danzas rituales y se cantaban o hacían
recitaciones. Con la llegada del cristianismo, esta fiesta fue
adaptada a la nueva fe, reemplazándose el tótem por la cruz cristiana.
Paralelo a la adoración de la Santa Cruz se realizan otras
actividades religiosas, entre ellas, misas en las diferentes
comunidades.
Estudiantes del Centro Escolar Católico de Panchimalco participaron en
la adoración de la Santa Cruz, ordenados desde los grados inferiores
hasta los superiores, cada uno de los alumnos pasaba, se santiguaba y
con respeto tomaba una de las frutas colocadas al pie de la Cruz.
Para los alumnos, la actividad es una forma de agradecer a Dios por los
frutos, de la temporada, que son de sus preferidas.
“Me gusta mucho el mamey, por eso agarré
este bien grande que estaba en la Cruz”, dijo Alejandro Méndez,
estudiante de cuarto grado.
Kelvin Romero, párroco de Panchimalco, explicó que este tipo de
tradiciones paulatinamente se están perdiendo debido a la influencia
de otras culturas que algunas veces nos imponen en el país sus
costumbres, ejemplo de ello es la costumbre del día de Brujas o
“Halloween”.
“Esto es propio de nosotros, es una celebración muy significativa
porque denota el sentido religioso del pueblo, porque es una acción
para dar gracias a Dios por los frutos y para pedir la bendición sobre
la tierra, con las lluvias”, indicó Romero.
El párroco agregó que Panchimalco es una comunidad en la que las
personas tienen mucha fe, lo que conlleva un alto sentido religioso y
devoción. “La gente es muy devota, muy religiosa, demuestran la
cultura del pueblo y por supuesto la gente está confiada de que con
estos actos de religiosidad Dios los escucha”, dijo.