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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Como una preparación para celebrar el nacimiento del niño Jesús, la iglesia católica inició este domingo el tiempo litúrgico del Adviento, que comprende los cuatro domingos previos a la Navidad. Este año comenzó el 28 de noviembre y finalizará el 19 de diciembre, el sentido de esta época es avivar en los creyentes la espera del Señor.
Un símbolo importante de este tiempo es la Corona de Adviento, durante los cuatro domingos en las iglesias y también en algunos hogares, la familia o la comunidad coloca una corona de ramas de pino, adornada con cuatro velas o cirios de colores diferentes.
Cada domingo se enciende una vela, la primera es morada y representa el espíritu de vigilia, la segunda es verde y significa la esperanza, la de color rosado es símbolo de la alegría por la cercanía del nacimiento de Jesús, y la última es blanca, color de la presencia luminosa de Dios.
La forma circular de la corona significa que no tiene principio ni fin, es señal del amor eterno de Dios, así como del amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar. Las cuatro velas hacen pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios, así como las tinieblas se disipan con cada vela encendida los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo al mundo.
La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas, partían de sus costumbres con el propósito de enseñarles la fe católica.
Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la Corona de Adviento, leen algún texto bíblico o hacen una meditación, debe ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, de preferencia donde la puedan ver los niños, de manera que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento.
Las lecturas bíblicas del Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías. También se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.
En la actualidad los valores del Adviento son amenazados por la costumbre de convertir la preparación a la Navidad en algo comercial, llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad consumista, por ello, es necesario orar y meditar para no olvidar el sentido del Adviento y celebrar el nacimiento de Jesús en un clima de sobriedad y sencillez alegre, con una actitud de solidaridad para con los pobres y marginados.
Una de las propuestas es que toda la familia participe en el armado de la Corona de Adviento y el pesebre porque es una oportunidad para entrar en contacto con el misterio de la Navidad, en recogimiento espiritual meditar las lecturas bíblicas referidas al nacimiento de Jesús.
En el primer domingo de Adviento el Papa Francisco enfatizó que precisamente en los momentos cuando todo parece acabado, el Señor viene a salvar al hombre, por eso es importante esperarlo con alegría, incluso, en medio de las tribulaciones, en las crisis de la vida y en los dramas de la historia. Exhortó a no dejarse absorber por las dificultades, los sufrimientos y las derrotas, sino estar en vigilancia y no permitir que el corazón se vuelva perezoso y la vida espiritual se ablande en la mediocridad, ser un cristiano adormecido, sin ímpetu espiritual y sin ardor en la oración.
