Por Hammoud Mounassar
Sana/AFP
Los combates entre rebeldes chiitas e islamistas sunitas apoyados por el ejército cerca del aeropuerto internacional de Saná provocaron este viernes la suspensión de vuelos por parte de las aerolíneas internacionales y de emisiones de la televisión pública.
Más de 40 personas murieron la víspera en el sector norte de la capital, donde se encuentra este aeropuerto, el más importante de Yemen, en violentos combates entre estos rebeldes y los islamistas sunitas, según varias fuentes.
Los rebeldes chiitas del grupo Ansarualá -denominados huthis- parecen más que nunca decididos a acentuar su presión militar en Saná para alcanzar sus reivindicaciones: un nuevo gobierno, el derecho a influir en las elección de ministros y un acceso al mar.
La continuación de estos combates el viernes provocó el corte de la emisión de la tres cadenas de emisión públicas durante una hora, en concreto, «debido a los tiros de los huthis que continúan ininterrumpidamente», dijo un responsable del sector audiovisual.
Desde el jueves por la noche, los presentadores de las tres cadenas reiteran los llamamientos a poner fin a los disparos contra sus locales situados en las afueras de J’raf, no muy lejos del complejo aeroportuario. Este sector alberga también varios ministerios, entre ellos, el de
Electricidad y Comunicación.
Suspensión de vuelos durante 24 horas
Los disparos provocaron también la suspensión de vuelos en el aeropuerto internacional de Saná, anunciada por la autoridad de aviación civil.
«Las compañías aéreas árabes y extranjeras decidieron suspender sus vuelos a Saná durante 24 horas debido a la situación en la capital», anunció por la noche la aviación civil en un comunicado.
Esta medida, que entró vigor el jueves por la noche, podrá prolongarse o reconsiderarse «en función (de la evolución) de las condiciones de seguridad en la capital», precisó.
Los rebeldes de Ansarualá y sus partidarios, que reclaman la marcha del gobierno acusado de corrupción, acampan desde hace más de un mes en Saná y sus alrededores, en especial, en la carretera hacia el aeropuerto.
Las autoridades reconocieron un avance de los rebeldes en el norte de la capital y les instaron a «retirarse de las posiciones que conquistaron», en cuyo defecto «se tomarían medidas para retomar estas posiciones».
Según los habitantes, las fuerzas gubernamentales retomaron a primera hora de la mañana algunas de estas posiciones.
Mediación de la ONU
Mientras tanto, el enviado de Naciones Unidas, Jamal Ben Omar, negociaba con el líder de Ansarualá, Abdel Malek Huthi, una salida de la crisis, según fuentes próximas a los negociadores.
«Benomar habló de nuevo hasta tarde con Abdel Malek Huthi, pero sin resultados», declaró a la AFP este viernes una de estas fuentes.
Los negociadores de la presidencia de Yemen también se encuentran en Sada (norte), feudo de Ansarualá, para mantener conversaciones con el jefe de la rebelión y, desde el miércoles, con la participación de Benomar.
Las negociaciones continuarán el viernes por la mañana, pero los negociadores parecían decididos a abandonar a Sada durante la jornada «con o sin acuerdo» con Huthi para contener la crisis, precisaron las mismas fuentes.
Los rebeldes rechazaron en agosto una propuesta del presidente yemení, Abd Rabo Mansur Hadi, sobre el nombramiento de un nuevo primer ministro y la reducción de un aumento controvertido de los precios del carburante, dos de sus principales reivindicaciones.
Los rebeldes, que controlan la región de Sada, están acusados de querer ampliar su zona de influencia en el futuro Estado federal, que contaría con seis provincias.