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Ágora cuscatleca: ¡¡abajo los 4 atilas de la Sala!!

Carlos Girón S.

¡¡¡Abajo los 4 Atilas de la Sala!! /&%$# ¡Abajo los 4 Atilas de la Sala!! #$&% ¡RA RA RA! Gritaban estentóreamente Filadelfo, Julián y Tomás en el Ágora Cuscatleca temprano de la mañana, ese día.
–“Bueno… y a estos muchachos ¿qué les pasa?, ¿qué habrán comido anoche que les hizo daño?, se preguntó María, la pupusera del loroco.
¡¡Abajo los 4 Atilas de la Sala! ¡Ra Ra Ra!, siguieron con su grito de batalla el sorbetero, el billetero y el fontanero.
–“Ya me imagino lo que quieren decir estos señores con sus gritos”, dijo Enrique, el taxista que los oía desde la acera con su taxi.
–¿Qué quieren decir, usted con eso?, indagó Fidelina, la de la mochila a la espalda con café y pan dulce.
— El taxista dijo que ese 4 le recuerda a los 4 enemigos del pueblo enquistados en la fatídica Sala Inconstitucional, como luego lo confirmaron los protestantes.
–Pues lo que decimos y pedimos es que hay que echar abajo cuanto ante a los 4 destructores de la Sala Inconstitucional de la CSJ –respondió el sorbetero con indignación–, que se están ”paseando” en nuestras vidas y en la integridad de nuestra República, agarrándola –y perdonen la expresión—como papel higiénico, y eso no podemos seguir perdonándoselos y agachando la cabeza, diciendo amén ante todas sus agresiones y acciones criminales en contra de nosotros..
–“¡Ah, ya!, ya entendí. Pero, ¿qué tiene que ver ese don Atila con estos dictadorcitos de a cuartillo?, inquirió Romilia, vendedora del mercado.
–“Hay que leer un poquito de historia”, doña Romilia, acotó el fontanero Tomás. Atila fue un personaje de la historia antigua que aterrorizó a toda Europa. ¿Sabe?, se dice que era rey de los hunos, un pueblo de China, quien hacia el año 395 de nuestra era, con un gran ejército de vándalos que logró formar se lanzó a invadir pueblos y a su paso lo arrasaba todo, matando gente y destruyendo códigos y leyes.
–“Ya, ya veo”, dijo Romilia. Sí, es aquí donde nace el apodo de Atilas para los 4 dictadores destructores de esa bendita Sala Inconstitucional. Han hecho destrozos a diestra y siniestra imponiendo su capricho.
–¿Hay aquí pensionados? Que levanten la mano quienes lo sean… preguntó y pidió el fontanero.
Las respuestas fueron numerosas, hombre y mujeres de los que andaban por allí a la espera de ser contratados para trabajos que ellos pueden hacer.
Al ver la múltiple respuesta, Tomás dijo: “Pues sepamos que corremos peligro de quedarnos sin comer por culpa de los 4 Atilas que le han bloqueado al Gobierno la fuente de donde puede obtener los recursos necesarios para cumplir este compromiso de las pensiones”.
–Son más de 150 mil familias las que están en ese peligro por la misma causa, dijo Gilberto un contador que dijo haber trabajado más de 20 años en un puesto público.
–“Hay algo igualmente peor que eso: esos zánganos han tenido el valor de decir que también el Presupuesto de la Nación es “inconstitucional” –miren esta otra estupidez”, se acercó a decir Apolonio el vendedor de paletas.
–El universitario acotó que con eso lo que pretenden los facinerosos de la Sala es entrampar, no al Gobierno, sino a la Nación, paralizando todas las actividades administrativas y gubernamentales, creando un caos en el que caerían todos los sectores productivos, acusando luego de ello a la administración de Sánchez Cerén, cuando los únicos culpables van a ser los Atilas y sus titiriteros oligarcas.
–“Como aquél, estos Atilas de la Sala han arrasado también con todo el derecho, la institucionalidad y la constitucionalidad de nuestra República, pues han usurpado el poder y las funciones de los tres Órganos del Estado, incluyendo el mismo Judicial, pues allí no se ve una autoridad capaz de frenar esta máquina terraceadora, dijo el universitario.
–“Y son tan ignorantes que, en su prurito por declararlo inconstitucional todo, son capaces de salir en cualquier momento declarando inconstitucional ¡la Constitución Política de nuestra República, aduciendo que ya es obsoleta o por cualquier otra zarandaja!, dijo Julián.
–¡¡Abajo los 4 Atilas de la Sala!! ¡RA RA RAAA¡ ¡Abajo los 4 Atilas de la Sala! ¡RA RA RAAA!, este grito se hizo más estentóreo pues a los tres primeros parroquianos que comenzaron se sumaron todos los que ya se habían concentrado en la plaza del Ágora Cuscatleca y sus expresiones también mostraban tremenda indignación.
–Y ¿saben?, dijo el universitario: Si pudieran, los 4 Atilas querrían extender sus tentáculos y lenguas hasta Venezuela para declarar inconstitucionales las elecciones del domingo 30 de julio pasado para la Asamblea Constituyente. Y a ésta también ahora que ya fue instalada para la rabia de todos los enemigos gratuitos de Venezuela. Las elecciones e instalación de la Constituyente han sido una demostración palmaria de la democracia funcional que impera en ese noble país con su “dictador”, Nicolás Maduro.
–“¡Ah! esperen que se los ordenen así sus titiriteros arenosos y correrán a hacerlo, sin importarles la ridiculez que harían” –murmulló Otoniel, el de los hot dog con chile jalapeño.
–“Oigan, una cosa: y ¿ustedes creen que esos pobres Atilas tienen paz mental y emocional, pues seguro que su conciencia les remuerde a cada rato por las tantas injusticias que cometen contra todos nosotros y contra la Nación?”, inquirió Guadalupe, la del canasto con cosméticos y bisutería.
–“¿Conciencia? ¡Ja! ¡Ja! ¿cuál conciencia? Si tuvieran no fueran tan maléficos como lo son contra nuestro pueblo, y no tendrían que andar con canillera donde quiera que van, mirando siempre de reojo a un lado y al otro, pese a sus chalecos blindados y la tropa de guardaespaldas, pues saben bien lo que hacen.
Gritemos todos entonces más fuerte: ¡¡Abajo los 4 Atilas de la Sala! ¡RA RA RA! – ¡Abajo los 4 Atilas de la Sala! ¡RA RA RAAAA! y con ese canto de batalla se fueron retirando todos del recinto del Ágora Cuscatleca, mirando al cielo como acariciando la esperanza de que más temprano que tarde se materialice su deseo, que saben es de todo el pueblo decente y trabajador que ama a su Patria.

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