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Redacción Nacionales
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La Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA) reveló que agosto fue el mes más violento para la mujer salvadoreña, con 7 casos de feminicidios. Estos forman parte de los 27 casos registrados en lo que va de 2024; de los cuales 11 han sido cometidos en el contexto de las relaciones de confianza.
Silvia Juárez, investigadora y directora de proyectos de la organización, señaló que el observatorio especializado en violencia sobre la mujer salvadoreña, en conjunto con otras entidades, realizó el monitoreo ciudadano para determinar las estadísticas, basada en fuentes noticiosas, registros administrativos de las instituciones y las víctimas.
Juárez señaló que la Red Feminista presentó hace algunos días un documento donde se reveló el análisis de la violencia hacia las mujeres de la última década, desde el 2012 hasta la actualidad, y señaló que es “preocupante” y les genera mucha “alerta”, porque a pesar de que la Ley Especial Integral para una Vida libre de Violencia para las Mujeres (LEIV) existe una tendencia “inalterada” sobre la violencia que viven las mujeres.
“Son 27 feminicidios de los que estos al menos 11 han sido cometidos en el marco de las relaciones de confianza, es decir, que en todo ese tiempo la política de seguridad ha sido incapaces de poner fin a la inseguridad que viven las mujeres en espacios de confianza que debería de ser el más seguro, pero en realidad es el más seguro de los perpetradores”, señaló.
De acuerdo con ORMUSA, agosto fue el mes que más feminicidios reportó en lo que va de 2024, según los casos que ha podido confirmar la organización. En enero se confirmaron 3; febrero 1, marzo 4, abril 2, mayo 4, junio 3, julio 3 y agosto 7.
En todo el territorio salvadoreño el departamento de San Salvador es el que más feminicidios reporta, con ocho casos hasta la fecha, luego San Miguel con 3, Ahuachapán, Sonsonate, La Libertad, Usulután y San Vicente con 2 cada departamento.
Para Juárez, es importante que en las políticas de seguridad se advierta que el escenario de mayor peligrosidad para las mujeres es su entorno de confianza; “el hogar”, por lo cual, se deben tener alertas tempranas porque una mujer que vive una relación de pareja donde hay expresiones de violencia, amenaza, daños, entre otras acciones y que el Estado siempre ha minimizado, son la antesala de un feminicidio.
“Si advertimos que el machismo y la misoginia deberían estar en las políticas de criminalidad como criterios de alta peligrosidad podríamos evitar que las mujeres sean asesinadas”, concluyó.
